"Cuentan que, cuando San Luis Beltrán predicaba en las Indias, veía que algunos poderosos españoles oprimían a los naturales de aquellas tierras con injustas contribuciones y tributos insoportables, castigándolos con rigor y ferocidad. Quiso darles una lección con un milagro que les causara temor y, tomando en sus manos el pan que estaba en la mesa, lo exprimió en sus manos y se vio que de él brotaba sangre; y les dijo así:"Esta sangre es el sudor de los pobres y de ella formáis vuestro alimento"".
(Fragmento extraído de 'El Santoral de Luis Carandell')
¡Caray con el santo!