«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

domingo, 28 de marzo de 2021

Javier Cercas: «Un escritor, que no corre riesgos, no es un escritor, es un escribano»

Javier Cercas
(Fotografía Daniel Mordzinski)
Nº 619.- Son las siete de la tarde de un día de marzo. La primavera ha comenzado a esparcir sus miasmas. Las tardes se prolongan más de lo acostumbrado en el invierno. Todavía brilla la luz natural mientras telefoneo a Javier Cercas, que termina de publicar ‘Independencia’, la segunda novela protagonizada por ese peculiar mosso d’esquadra que es Melchor Marín, al que ya conocimos en ‘Terra Alta’, su anterior entrega. En esta ocasión, Marín regresa a Barcelona para investigar un vidrioso caso: el chantaje sexual al que alguien está sometiendo a la alcaldesa de la ciudad condal. Con su inflexible sentido de la justicia y su rocosa integridad moral, Melchor tratará de desmontar esta extorsión y descubrir a las personas, o persona, que están detrás de ella. Para conseguirlo no le quedará otra opción que adentrarse en los círculos de poder, un espacio donde moran el cinismo, la brutalidad corrupta y la ambición carente de límites y escrúpulos. Cuando todo esto sucede transcurre el año 2025, y apenas resuenan los ecos del covid-19, ya diluidos en el olvido humano. Mientras pulso la tecla rec y el piloto rojo de la grabadora se ilumina, Cercas me cuenta que en algún tiempo practicó el balonmano, un deporte del que yo fui entrenador durante casi quince años. «Jugaba de central – dice – y también de lateral, ya que entonces era corpulento. Pero luego me fui quedando pequeñito, porque crecí demasiado pronto». A partir de este momento, su novela y la literatura acapararon nuestro tiempo. Era de lo que se trataba.

Javier, cuando un escritor decide dar un giro a su carrera, como hiciste tú con la novela ‘Terra Alta’, y es capaz de reinventarse, se debe a alguna causa muy justificada, ¿por qué se produjo ese cambio?

Por obligación moral. El peor peligro que puede correr un escritor, sobre todo a cierta altura de su trayectoria, es convertirse en un imitador de sí mismo y, si eso ocurre, desde ese mismo instante está muerto y yo no quiero morirme como escritor. Ya sé que la inmensa mayoría de escritores lo hace, pero a mí no me da la gana apoltronarme. Por otro lado, era un riesgo que yo quería correr, porque un escritor que no corre riesgos no es un escritor, es un escribano. Borges decía que todas las novelas eran novelas policiacas y creo que, a su manera, todas las mías lo eran porque planteaban un enigma que había que resolver. Y en eso consiste básicamente el género policial, aunque no sé si esto que escribo es policiaco y, además, me da exactamente igual. Te puedo adelantar que, en la siguiente entrega de esta serie, Melchor Marín ni siquiera será policía. En el fondo, solo hay dos tipos de novelas: las buenas y las malas, todo lo demás es palabrería.

lunes, 22 de marzo de 2021

Toni Hill: «Esta novela pueden leerla los aficionados al género negro clásico, pero también es una historia de personajes con muchos interrogantes»

Toni Hill (fotografía cedida por la editorial).
Nº 618.- Once de marzo. Me cuenta Toni Hill que en Barcelona luce un sol primaveral, un día luminoso que apetece pasear. Igual ocurre en València, la ciudad desde la que le telefoneo para entrevistarle. ¿Motivo? Podría ser cualquiera, pero en este caso es la publicación de su nueva novela, titulada ‘El oscuro adiós de Teresa Lanza’ (Grijalbo), en la que el escritor barcelonés nos habla de Castellverd, un lugar idílico, residencial, burgués, cercano a la ciudad condal,   de anchas avenidas y cuidados jardines, donde nunca pasa nada hasta que una mañana se ve invadido por unas extrañas esquelas, pegadas en los árboles, las verjas y las puertas de las casas, a las que se asoma la fotografía de una muchacha, acompañada por una cruz negra y una pregunta dirigida a nadie y a todo el mundo a la vez: ¿Quién mató a Teresa Lanza? Con el piloto rojo de la grabadora ya encendido y sin más preámbulos, comenzamos a conversar sobre este universo de ficción que, a lo largo de tres años, Hill ha tejido y destejido para contar su nueva historia de intriga.

Toni, ¿cómo te cruzas tú con esta novela?

La verdad es que fue una cosa un poco rara. Fue como el nacimiento de una imagen, la de Teresa muerta, una inmigrante hondureña que, de alguna manera, seguía yendo a las casas donde había limpiado mientras vivía. Surgió con mucha fuerza, tanta que la novela está montada en torno a ella, ya que los demás personajes nacieron porque Teresa existía.

A lo largo de tu trayectoria como escritor, has visitado distintos momentos históricos, ¿te gusta cambiar de época?

En realidad, cambiar de época solo lo hice en ‘Tigres de cristal’, pero en mi anterior novela viajé a los años setenta y es algo que me gusta, porque creo que me activa y me obliga a escribir de una forma distinta. También me interesa la actualidad y por eso siempre estoy navegando entre esas dos aguas, el pasado y el presente. De alguna manera, cada proyecto te embarca en un viaje distinto.

Has empleado un estilo calmado, mayoritariamente en tercera persona, envolviendo al lector, sin prisa por captar su atención, ¿ese es tu sello de identidad como escritor?

Creo que un poquito, sí. Siempre ha de haber un anzuelo al principio, que el lector debe morder, pero a mí me gusta que las novelas tengan su tempo, que la gente se interese poco a poco, porque así es como se involucra de verdad y puede empatizar con los personajes y comprender sus puntos de vista. Es mejor que la trama te vaya atrapando a medida que avanza la novela. Si esto no ocurre, entramos en uno de esos libros de consumo rápido y que, una vez acabados, no dejan mucho poso en el lector. Yo los empiezo a llamar libros Netflix, porque los lees y dices ¡mira qué bien!, pero al día siguiente no sabes si los has leído o no, porque todos son muy parecidos.

lunes, 8 de marzo de 2021

Un relato de Manuel Jabois

A lo largo de la entrevista sobre su novela 'Miss Marte', Manuel Jabois habla del personaje José Antonio Ventín, el director de un periódico gallego al que le aterra la actualidad, las exclusivas, las primicias, y que solo quiere publicar noticias que sus lectores ya han leído en otros medios. Jabois escribió un relato breve sobre este personaje en el periódico El País el 24 de agosto de 2015. Se titula El tiempo que hizo ayer. Y dice así:

El director Ventín deseaba publicar todos los días en portada lo que sus lectores supiesen

José Antonio Ventín era el director del periódico en Pontevedra, un hombre pálido y delgado que tenía estampa de cirio. Entraba todas las mañanas a las once con cara de funerario y se encerraba en su despacho con la cabeza hundida entre los brazos vigilando la puerta por si alguien la abría a traición. Ventín tenía una peculiaridad hermosa: detestaba las noticias. Cada vez que alguien traía una exclusiva lo primero que tenía que hacer era convencer a Ventín. El director se ponía unos anteojos extravagantemente grandes, que debieron de pertenecer a su bisabuelo, y miraba con cara de morsa al redactor. Cuando el redactor terminaba, Ventín abría la boca en tembleque.

Manuel Jabois: «Miss Marte es como una marciana que aterriza en el pueblo de Xaxebe»


Manuel Jabois (Fotografía: María Contreras)
Nº 617.- No es un libro de risa, pero es un libro con sutiles toques de humor. No es una novela policíaca, pero es una novela con una intriga bien dosificada. Tampoco es una historia de amor, pero en sus páginas late un enamoramiento de verano. No es un texto coral, pero sus personajes, principales y secundarios, son de los que dejan huella. No es una narración introspectiva, pero sus páginas esconden reflexiones muy particulares... Les hablo de ‘Miss Marte’ (Alfaguara), la segunda novela de Manuel Jabois (Sanxenxo, Pontevedra, 1978), periodista y escritor, que indaga sobre Mai, una chica muy joven con una niña de dos años, Yulia, que llegan al pueblo de Xaxebe a comienzos de un verano. Allí conocerá a Santi, se enamorarán y, al cabo de un año, celebrarán una boda que concluirá en tragedia, cuando en plena fiesta Yulia desaparezca misteriosamente. Veinticinco años después, una meticulosa periodista, Berta Soneira, decide filmar un documental sobre aquel caso irresoluto, que cambió la vida a los habitantes del pueblo. Hoy, ahora, son las seis de la tarde. Brilla el piloto rojo de la grabadora. Marzo estrena su primer día. Manuel Jabois y quien esto suscribe, comenzamos a hablar sobre ‘Miss Marte’ y el universo que la rodea.

Manuel, aunque llevas ya varios libros de periodismo publicados, esta es tu segunda novela de ficción. A la hora de escribirla, ¿ha pesado mucho el éxito de ‘Malaherba’, tu anterior entrega?

Sí, sí que ha pesado. Realmente tenía mucha ilusión por la buena acogida de ‘Malaherba’ y por todo lo que trajo consigo, referido a lectores, presentaciones, críticas, etcétera. Si no hubiera sucedido así, probablemente no hubiera escrito otra o hubiera tardado más en hacerlo, porque mientras la escribía me lo pasé bien y el hecho de pasárselo bien siempre repercute en las ganas de repetir la experiencia. No soy una persona muy segura de sí misma y, cuando la publiqué, no tenía ni puñetera idea de lo que iba pasar. Por lo tanto, el hecho de que funcionase y se leyese mucho influyó en mi autoestima y escribir con autoestima es mucho mejor que hacerlo sin ella.