«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

miércoles, 29 de enero de 2020

Casiodoro de Reina, traductor de la Biblia


Interesante artículo sobre Casiodoro de Reina, traductor de la Biblia que los protestantes hispanos consideran la mejor versión en lengua castellana. 

Fue publicado en Babelia el 27 de diciembre de 2019, bajo el título de Casiodoro de Reina: relevancia religiosa, grandeza literaria, y firmado por Félix de Azúa. Interesados clicar aquí.


lunes, 27 de enero de 2020

Ricardo Menéndez Salmón: «Sin los padecimientos de mi padre, probablemente yo no hubiera acudido a la literatura como fuente de conocimiento e interrogación»


Nº 597.- Las lluvias, muy pertinaces, que azotaron la ciudad de València y la Comunidad Valenciana durante la pasada semana impidieron la entrevista cara a cara con Ricardo Menéndez Salmón que, como buen escritor de paso, se dejó caer por esta villa, que no corte, para presentar su nueva entrega ‘No entres dócilmente en esa noche quieta’, editada por Seix Barral. A jarrazos, el agua celestial, inmisericorde, desvió su avión hasta Murcia. Desde allí se trasladó por carretera hasta la librería Ramon Llull, donde tuvo lugar el acto de presentación previsto. No hubo tiempo para conversar ni comentar el libro, solo para escuchar. Días después, nuestra conversación se desarrolló en la distancia y se alejó de la espontaneidad del toma y daca de la pregunta-respuesta-repregunta, etcétera. ‘No entres dócilmente en esa noche quieta’ encierra el retrato (¿confesión-reflexión-catarsis?) del propio padre de Ricardo Menéndez Salmón, tal y como él lo recuerda, «una persona siempre enferma, desde que a los treinta y ocho años sufrió un infarto que marcaría el resto de su vida y la de su familia», trazado con la maestría de las palabras que el gijonés, uno de los mejores escritores actuales en lengua castellana, ha alineado, una tras otra, en estas apenas 185 páginas.

Ricardo, al comienzo del libro, señalas que esta historia te ha venido impuesta, que no la has buscado tú, ¿quizá eso es debido a que su escritura tiene un claro carácter balsámico?
Este libro, como ninguno otro anterior en mi trayectoria, nace de una necesidad. Es cierto que todos los hacen, pero ninguno con tanta fuerza como el presente. Quizá porque, como novelista, siempre arranco de lo significativo para revestirlo con el traje de la ficción. Es decir, camino desde una idea hacia los hechos que conforman su peripecia. Mientras que aquí el trabajo ha sido inverso. Parto de los hechos desnudos, de la vida tal y como sucede, para destilar lo que de significativo encierra.

En la web de Seix Barral, te clasifican como «autor de novela contemporánea y novela literaria», esto último me suena muy raro. Independientemente de todo ello, si yo fuera el dueño de una librería y tuviera que clasificar ‘No entres dócilmente en esa noche quieta’ para orientar a los lectores, me encontraría ante un problema porque no sabría a qué género adscribirla: no es novela, pero lo parece; no es un ensayo, pero tiene rasgos; es y no es autoficción, ¿qué es, Ricardo?
Los anglosajones manejan un término que me agrada: memoir. Ahí caben títulos como ‘Stop-Time’, de Frank Conroy, ‘El año del pensamiento mágico, de Joan Didion, o ‘Patrimonio’, de Philip Roth. ‘No entres dócilmente en esa noche quieta’ es una memoir, un fragmento de vida narrado con las estrategias del novelista, pero amparado por las exigencias de la experiencia. No es una novela, no es autoficción. Es muchas otras cosas: un intento de autobiografía, un ensayo acerca de la enfermedad y de qué significa ser hijo, una búsqueda en pos de los orígenes de mi escritura.

domingo, 26 de enero de 2020

España, bicampeona de Europa de balonmano

Pues sí, lo ha vuelto a hacer, lo ha vuelto a conseguir. La Selección Española de balonmano se ha proclamado, por segunda vez consecutiva, campeón de Europa tras vencer a su homónima de Croacia por 22 a 20. Triunfo trabajado, costoso, por momentos agónico, pero merecido sin duda. La Selección ha concluido las dos semanas y media de duración del campeonato sin conocer la derrota. Un solo empate, precisamente ante Croacia el pasado miércoles, y el resto victorias. ¡Enhorabuena!

El Europeo estrenaba formato con grupos de cuatro equipos de los que se clasificaban los dos primeros. Y el formato, sin duda, ha pasado factura. A pesar de la dosificación de minutos exhaustiva, que han puesto en práctica todos los entrenadores, Jordi Rivera el primero, las selecciones llegaron a las semifinales con no demasiada gasolina. En la primera de ellas, Croacia se deshizo de una de las grandes favoritas, Noruega, por un solo tanto (29 a 28), tras disputar dos prórrogas cargadas de épica. Los noruegos murieron sobre la pista, lo dieron todo. Como los croatas. 

En la segunda semifinal y también en un trabajoso partido, España hizo lo propio con Eslovenia, aunque por dos tantos de diferencia (34 a 32). Esto ocurrió el viernes y ayer, sábado, en el partido por el tercer y cuarto puesto, que terminaría con triunfo noruego sobre Eslovenia (28 a 20), ya se percibió el cansancio de los jugadores por el poco tiempo de recuperación disponible. Hoy domingo, por la tarde, el corto marcador 22 a 20 de la final no solo es el reflejo de la intensidad defensiva y de las porterías bien guardadas, sobre todo la de Gonzalo Pérez de Vargas, que también, sino del agotamiento especialmente apreciable en la fase de ataque, con bastantes imprecisiones, faltas en ataque y pérdidas. Croacia salió a dormir el juego desde el minuto 1 y a fe que lo consiguió. Hoy, por tanto, hemos visto a dos equipos, sin duda los dos mejores, que querían y no podían porque la fatiga lo imposibilitaba. En ningún momento se pudo ver un ritmo de juego trepidante, con chispa, y no porque los contendientes no quisieran, sino porque no podían. 

Los dirigentes del balonmano europeo harían bien en hacérselo mirar y, tal vez otra fórmula con un
menor número de encuentros, o un espacio de descanso más grande entre partido y partido, se me antoja recomendable. Los futbolistas, durante sus campeonatos europeos y mundiales, compiten cada 5/6 días. En el balonmano el juego tiene una mayor intensidad y continuidad. Choques, saltos, sprints, desplazamientos laterales y caídas son prácticamente constantes. Es por ello que deberían incrementar el tiempo de recuperación, especialmente en los partidos decisivos. Hay que velar por la salud de los jugadores, que son los auténticos protagonistas de este bello deporte, y también por la brillantez del juego, por encima de otros intereses. 

Herme Cerezo

domingo, 19 de enero de 2020

Muñoz Molina y Simenon

Que Antonio Muñoz Molina es un estupendo articulista nadie lo duda. Para muestra y confirmación un botón: el artículo que publicó ayer en Babelia referido a Simenon, y que lleva por título 'Últimas noticias de Maigret', impecable y muy interesante para mitómanos. Los interesados en leerlo, que cliquen aquí.

sábado, 18 de enero de 2020

Marta Robles: «Soy una mujer comprometida y trato de significarme en todo lo que hago. También en la literatura»


Nº 596.- Con casi dos decenas de libros, ficción y no ficción, publicados, Marta Robles presenta ahora ‘La chica a la que no supiste amar’, editada por Espasa, la tercera entrega de la serie policial protagonizada por el detective Tony Roures, donde aborda el tema de la prostitución, de la trata de blancas y de los efectos del vudú en las personas. La acción se ubica en escenarios reales de Madrid, Castellón y Benicàssim, lugar en el que se recrea para dar a conocer este atractivo rincón de la costa mediterránea, mediante pinceladas ágiles y precisas como toda su prosa. Son precisamente los ojos del protagonista, los ojos de Roures, los que nos permitirán descubrir la cara b de esta zona, la de los puticlubs y descampados donde chicas medio desnudas, o medio vestidas, atrapadas, esclavas, trozos de carne, venden sus cuerpos por unos pocos euros. Con ‘La chica que no supiste amar’ Marta Robles conquistó el galardón Castellón Letras del Mediterráneo 2019 de narrativa. En medio del tráfago del Panaria de la Avenida del Oeste de València, pulsé el rec de la grabadora y dio comienzo la conversación que sostuve con la escritora madrileña a comienzos de esta misma semana. La mañana era fría, aunque soleada, y un café con leche, caliente, sabía más que bien.
Marta, enhorabuena por este premio. Para ti que ya llevas unos cuantos galardones en tu mochila, ¿qué significa ganar el Letras del Mediterráneo de Narrativa?
Me ha gustado mucho ganarlo porque desconocía Castellón y Benicàssim. A raíz de una visita que hice para participar en Castelló Negre, unos amigos me prepararon una tournée por la provincia y no solo me gustó por todo lo que encontré, que es apabullante y que describo en el libro, sino porque conocí gente maravillosa. Hay mucho rollazo allí. De alguna manera, me parece importante que una novela, aunque sea negra y de denuncia como ésta, contribuya a que la gente conozca el paisaje. Ya me ocurrió con ‘La mala suerte’, una historia que ubiqué en Mallorca y de la que los propios mallorquines me decían que era importante porque hablaba de una parte de la isla por la que la gente no suele transitar demasiado.
En un momento determinado de tu carrera, decidiste ocuparte del género negro y escribir en este registro, ¿cómo sucedió esto?
En realidad, no me lo planteé, fue algo consustancial conmigo misma. Desde muy jovencita he sido una lectora omnívora y, además, desordenada. Pero es verdad que el género negro hizo mella en mí desde que leí a Poe. Mi generación comenzó a leer con las novelas de Enid Blyton y cuando llegué a los 12 años y lo descubrí, escribí unos relatos breves terroríficos, que menos mal que los hice entonces, porque si hubiera sido ahora me hubieran sentado ante un psicólogo y no me hubiera vuelto a levantar. La novela negra me gustaba y me atrapaba. Y en un momento dado y de la mano de mi amigo Fernando Marías, al que admiro muchísimo, construí un relato porno criminal y salió mi parte oscura con mucha fuerza. Como las historias me vienen a mí, yo no las busco, de repente me encontré escribiendo ‘A menos de cinco centímetros’ y me di cuenta de que el género negro me favorece, porque soy capaz de estructurar la escritura de una manera determinada, espontánea, sin ponerme a ello.
Imagino que tu prosa, ágil y dinámica, tiene algo que ver con eso.
Creo que la novela negra exige este tipo de escritura. De hecho, Borges siempre decía que a los académicos no les interesaba el género negro porque no era lo suficientemente aburrido. Es una opinión muy acertada, porque la realidad es que, frente a algunos popes que pretenden que la cultura sea algo insufrible, hay quien opina que la cultura ha de ser algo que nos haga disfrutar. En ese sentido, el género negro tiene una cualidad muy importante, porque ofrece un tipo de escritura más descarnada, una prosa con ritmo que mueve la propia narración, lo que favorece que el lector pueda ir leyendo. Si no fuera así, resultaría imposible por la cantidad de tramas y subtramas que tienen estas novelas.

Feliz Año Nuevo con la Filarmónica de Viena.

De la mano de la batuta del director letón Andris Nelsons, de 41 años de edad, la Filarmónica de Viena ofreció el pasado día 1 de enero de 2020 su tradicional concierto de Año Nuevo. En esta ocasión, la novedad más significativa vino al final, con la interpretación de la Marcha Radetzky de Johann Straus padre, de acuerdo con un nuevo arreglo de la partitura. La que se venía tocando hasta ahora era la versión del compositor Leopol Weninger, miembro del partido nazi. Por lo tanto la célebre Marcha ha quedado limpia de su pasado nacionalsocialista. 

También se incluyó en el programa la interpretación de las Seis contradanzas de Ludwig Van Beethoven, ya que en 2020 se conmemora el doscientos cincuenta aniversario del compositor germano. 

En el año 2021, el director invitado será Riccardo Muti, de 79 años, que ya ha dirigido a los vieneses en otras ediciones anteriores del concierto.