«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

sábado, 28 de noviembre de 2020

Falleció Juan de Dios Román

Acaba un día muy triste. La noticia del fallecimiento de Juan de Dios Román Seco ha conmocionado al mundo del balonmano. Una pérdida terrible. Irreparable. Adjunto el enlace del escrito que le he dedicado y que ha sido colgado en la página web de la Federación de Balonmano de la Comunidad Valenciana. RIP Juan de Dios.

Herme Cerezo

viernes, 27 de noviembre de 2020

'Un tributo a la tierra’ de Joe Sacco


En 2010 Canadá creó la llamada Comisión de la Verdad y la Reconciliación. A primera vista, este nombre denota preocupación por conocer ciertos hechos, desconocidos o quizá falseados, y por recomponer y restañar heridas. Ahora bien, ¿por qué la administración canadiense se vio en la obligación de constituir esta Comisión?

Joe Sacco, un estadounidense nacido en Malta en 1960, autor de cómics que a estas alturas no necesita ningún tipo de preámbulo, acaba de publicar ‘Un tributo a la tierra’ (Reservoir Books-Penguin Random House), su trabajo sobre el genocidio sufrido por los indios dene, a causa de la explotación de su territorio por empresas petrolíferas y las repercusiones que ello ha tenido – y tiene – en su cultura y modo de vida. Sacco es toda una referencia en el cómic periodístico universal, un género de costoso cultivo porque requiere un gran despliegue de recursos técnicos. Sus obras anteriores  (‘Gorazde’, ‘Palestina’ o ‘Notas al pie de Gaza’) fueron una buena prueba de ello y ‘Un tributo a la tierra’ también lo es.

La narración se plantea como un viaje que el propio Sacco realiza junto con Shauna Morgan, su guía, subidos a un todoterreno del que sus propios amigos dudan de que sea capaz de permitirles su llegada al Noroeste de Canadá, un territorio en el que los propios ríos, helados, permiten avanzar como si de una carretera se tratase durante el duro invierno. La estructura gráfica que utiliza el autor maltés (Malta siempre tiene resonancias importantes en el mundo del cómic, baste recordar a Corto Maltés, el singular marino de Hugo Pratt), es la de páginas unitarias, sin márgenes, en las que el concepto de viñeta tradicional queda superado. La presencia de recuadros en la obra se limita a primeros planos de las personas que Sacco entrevista. El dibujo es marcadamente realista, en blanco y negro, minucioso, si exceptuamos los «cameos» del propio dibujante, cuyo rostro aparece caricaturizado, en claro contraste con el del resto de personajes que desfilan por las doscientas ochenta páginas del cómic. El resultado final es el de un extenso reportaje televisivo o un documental, salpicado por las voces de los entrevistados y la del propio narrador. Hay mucho de transmisión oral y de experiencia vivida in situ en ‘Un tributo a la tierra’.

viernes, 20 de noviembre de 2020

Eva García Sáenz de Urturi, ganadora del Premio Planeta 2020: «El Premio Planeta da prestigio, es emérito, como un título nobiliario de literatura».

Fotografía cedida por la editorial.
Fotografía cedida por la editorial.
Nº 609.- El Premio Planeta 2020 pasará a la historia como una edición especial en la que el tradicional acto de entrega del galardón se vio mediatizado por el covid-19, que rompió el protocolo habitual de cada 15 de octubre. Tanto la ganadora, Eva García Sáenz de Urturi, con su novela ‘Aquitania’, como la finalista, Sandra Barneda, con ‘Un océano para llegar a ti’, no pudieron brillar juntas sobre el escenario del Palau de la Música Catalana, a causa de la pandemia. Sin embargo, el virus no fue capaz de alterar ni un ápice la calidad de ambas novelas. En consecuencia, la acostumbrada promoción de las obras también se ha modificado y las habituales ruedas de prensa y entrevistas personales han sido reemplazadas por conversaciones mediante móviles. «A través del teléfono – dice Eva García Sáenz de Urturi – se pierde un poco el contacto humano, pero al menos puedo continuar con la gira y siento que el mundo no se ha detenido. Lo que de momento sí se han perdido son las firmas del libro para no poner en riesgo a nadie». Aunque la escritora vitoriana no necesita presentación, debido al éxito de crítica y ventas de sus títulos anteriores, ganar el Premio Planeta supone un hito muy importante en su carrera. «El Planeta es un premio emérito, que te da prestigio. Sabes que tu novela tiene calidad, porque lo afirman los escritores del jurado. Siempre llevaré con orgullo el hecho de haberlo ganado. Es como un título nobiliario de la literatura, un apellido añadido tal y como dijo en su día Javier Sierra». En la entrega del galardón y con referencia a ‘Aquitania’, Juan Eslava Galán, reconocido escritor y miembro del jurado, manifestó que «si una novela es una construcción como una iglesia, a su autora le ha salido una catedral», lo que sin duda constituye un halago enorme, digno de ser tenido en cuenta. «Que alguien como Eslava Galán afirme eso de tu novela – señala Eva – te anima y estimula. Seguro que si, a lo largo de mi carrera, atravieso algún momento de bloqueo, el recuerdo de que lectores tan ilustrados como él se han emocionado con una novela mía me ayudará a proseguir». 

viernes, 6 de noviembre de 2020

Mathias Enard: «Seguramente, el oficio de sepulturero es el más antiguo del mundo»

Nº 608.- Para trabajar en su tesis doctoral sobre la vida en el campo hoy día, el etnógrafo David
Mazón ha dejado París y se ha instalado durante un año en un remoto pueblo, rodeado de marismas, en la costa oeste de Francia. Mientras supera las incomodidades del mundo rural, David establece contacto con los pintorescos lugareños que frecuentan el café-colmado para entrevistarles. Los encabeza Martial, el alcalde-enterrador, y el anfitrión del tradicional banquete de los miembros de la Cofradía de los Sepultureros. En este festín pantagruélico, la Muerte les ofrece, curiosamente, tres días de tregua. Durante el resto del año, cuando se apodera de alguien, la Rueda de la Vida lanza su alma de nuevo al mundo, futuro o pasado, para su reencarnación… Y hasta ahí puedo contar. Este es el punto de partida de ‘El banquete anual de la Cofradía de Sepultureros’, la nueva novela que Mathias Enard (Niort, Francia, 1972) termina de publicar en Literatura Random House. Son las diez de la mañana del primer viernes de noviembre. El portátil está encendido. Hay silencio en la casa. La pandemia gobierna Barcelona, València, Sevilla, Asturias, León, Albacete, Salamanca... Impone sus propias reglas para vernos, comunicarnos y hacer entrevistas. La llamada telefónica de mi móvil encuentra pronta respuesta. Apenas dos zumbidos, tal vez tres, y Enard contesta al otro lado de la línea, en Barcelona, donde reside. Brilla el piloto rojo. La grabadora ya está en marcha. La conversación se inicia. El silencio de la casa se quiebra. Recordamos la última vez que nos encontramos,
face to face, en la cafetería del Hotel Astoria de València. Brevemente. Lo demás surge espontáneo, despacio, consecuentemente. Sólo son palabras.

Mathias, ¿cómo se cruza esta historia en tu trayectoria literaria?

Este libro lo llevaba en la cabeza desde hace unos diez años. Siempre quise volver a mi región natal a través de la literatura y no sabía muy bien cómo hacerlo. De repente, concebí la idea de que tenía que regresar como si fuese un forastero, alguien que no conocía la región, y me imaginé que era un etnólogo joven, que llegaba para escribir su tesis doctoral. Fue de este modo como pude adentrarme en la historia.

De algún modo, la lectura de ‘El banquete anual de la Cofradía de Sepultureros’ me ha recordado al ‘Decamerón’ de Boccaccio o a ‘Los Cuentos de Canterbury’ de Geoffrey Chaucer.

Digamos que mi libro consta de varias partes y que se inicia con el diario del etnólogo, escrito en primera persona, al que sigue una parte central con narrador omnisciente, donde se encuentra el banquete de los sepultureros. Entre todas ellas hay unos interludios, que son canciones populares francesas adaptadas a cuentos cortos. Es una estructura múltiple, con muchas formas de narrar que pueden recordar, cómo no, libros con contenidos fraccionados como el de Geoffrey Chaucer. Pero realmente, la literatura medieval está representada en el texto a través de Rabelais, que es un poco mi modelo en esta historia. 

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Presentación de ‘Gloria bendita’, la nueva novela de Juan Madrid (Alianza Editorial).

El martes, 3 de noviembre, en la madrileña sede de Alianza Editorial, tuvo lugar la presentaciónde la novela de Juan Madrid, titulada ‘Gloria bendita’. El acto, por imperativos del covid-19, se celebró mediante una vídeo conferencia. Este tipo de eventos no es igual que un cara a cara con el escritor, pero permite a las editoriales acercar a los lectores los nuevos libros de sus autores favoritos. ‘Gloria bendita’ puede, tal vez, considerarse el retrato imaginario de un país podrido o la confirmación novelada de nuestras peores sospechas. La novela habla de María, una ex deportista que sobrevive como puede y que ha llamado la atención del Emérito. Una maquinaria oculta se pondrá en marcha para satisfacer sus deseos, bajo la batuta certera del comisario Romero, personaje que, junto con su fiel esposa, maneja los hilos en la sombra, trajinando negocios normalmente ilícitos, pero habitualmente lucrativos. Mientras tanto, Juan Delforo, conocido álter ego del escritor malagueño, se documenta para escribir un libro, que trata del peligro comunista en el siglo XX. En su acopio de información, Delforo se acerca a ciertos personajes, cuyas actividades encubiertas propiciaron acciones registradas por la historia oficial de un modo distinto, hasta tal punto que ningún hecho parece estar a salvo de la intervención de estructuras paralelas del estado y del poder.

Tras la introducción, a cargo del actor Imanol Arias y de Valeria Ciompi, directora editorial de Alianza, Juan Madrid afirmó que «he podido escribir y concluir la novela a pesar del ictus que sufrí. Para mí era un reto importante comprobar si era capaz de volver a escribir. Pero se han quedado muchas cosas por contar, porque son demasiadas y dejo esta tarea para otros escritores. Esta novela es hija de la furia, de estar hasta las narices… El nuestro es un país siniestro, de gente sin moral, de ladrones y la única forma en que puedo canalizar mi furia es escribiendo una novela. Juan Delforo, además, me permite decir ciertas cosas que mi otro personaje conocido, el policía Toni Romano, no puede contar a causa de su profesión».

Preguntado sobre la actual situación de la monarquía, Madrid respondió que «llevo ocupándome de la Casa Real desde que trabajaba en Cambio-16, sobre todo tras la primera crisis con Suárez, que pasó de ser una persona elegida a alguien que les salió rana, porque empezó a actuar como si fuese de izquierdas, mientras que el rey, los americanos y los franquistas querían que se crease una democracia controlada en todo momento. Pretendían destruir la Transición mediante el golpe del 23-F, en verdad un falso golpe de estado,  −algo parecido a lo que en Francia ocurrió con la llamada Operación De Gaulle−,  en el que colaboró Carrillo y una parte de la izquierda. Hubo una periodista, Pilar Urbano, que estudió este asunto y publicó libros absolutamente claros sobre el 23-F, a pesar de que los intelectuales manifestasen que el golpe era cosa de unos guardias civiles locos y que el gran salvador de la democracia era el rey, algo que es absolutamente falso. Todo esto lo sabíamos o lo barruntábamos los periodistas de entonces, pero queda fuera de mi libro, porque no cabe en él».

Sobre la degradación de la sociedad española, Juan Madrid dijo que «Santiago Montero Díaz, mi profesor de Historia Antigua, me explicó que, con la degeneración del Imperio Romano, había gente que iba detrás de las legiones, gente sin personalidad que vivía a su costa y perdía su dignidad. Él decía que a la sociedad española le había ocurrido lo mismo desde la Transición, por la presencia sin ningún control de una burguesía capitalista, salvaje, que lo que quería era ganar dinero por encima de cualquier otra cosa».

En cierto modo, para el escritor malagueño el covid-19 ha resultado beneficioso, ya que ha podido terminar ‘Gloria bendita’. «He escrito la novela en plena pandemia. Me llamaban y me preguntaban que cómo estaba y yo les respondía que magnífico, que escribiendo. Y así empecé a contar la podredumbre de este país. Creo que ahora, con la epidemia, se está dando como una vuelta atrás, una especie de reflexión, que es de donde salen todos estos barros sobre la Transición. Estamos creando dudas sobre lo que ha pasado en este país: ¿Por qué se ha roto? ¿Quién lo ha roto?

Como no podía ser de otro modo, en ‘Gloria bendita’ hay experiencias personales de Juan Madrid. «Eso lo hago siempre desde que escribí ‘Un beso de amigo’, mi primera novela. Cualquier escritor hace lo mismo y yo introduzco cosas personales, las transformo y también hablo sobre el ictus. En mi novela sale gente normal, personas reales que tienen sus problemas. Las mujeres que aparecen son mujeres de hoy, fuertes, que tiran para delante y eligen su pareja».

Para concluir, el escritor malagueño manifestó que «en mi novela la gente habla como lo hace habitualmente, como lo hacía Cervantes en ‘Don Quijote’, salvando las distancias. Hay que reflejar las cosas como son y aunque los diálogos no son reales, han de parecerlo. En una novela la sensación de verosimilitud ha de conseguirse siempre».

Herme Cerezo/Diario SIGLO XXI, 05/11/2020