Desde el pasado jueves 8 de mayo, se ha
venido desarrollando la II Edición de Valencia Negra, que ha concluido hoy,
domingo, 18 de mayo, con un encuentro abierto en la librería Cosecha Roja,
situada en la confluencia de las calles Sevilla y Denia de la capital del
Turia, entre un nutrido grupo de autores participantes en el evento, organizadores
y aficionados al género. Han sido once
días intensos, en los que el goteo de artistas, directores de cine, dibujantes,
escritores y maestros del relato policial ha sido constante y en los que el
autor argentino Carlos Salem fue proclamado ganador del Premio de novela Valencia
Negra, por su obra ‘Muerto el perro’.
Y agotado, pero muy satisfecho por los logros
alcanzados, se encontraba el director de Valencia Negra, Jordi Llobregat. “Estoy muy contento porque ha sido
fantástico, un éxito de público, de autores participantes y de la organización
en general. La gente se ha implicado mucho y eso siempre es de agradecer porque
ayuda a que todo salga bien”. De este modo y por su repercusión Valencia se
incorpora al grupo de ciudades “negras” españolas, como ya lo son Barcelona,
Gijón y Getafe, entre otras. “Esa es la
intención, pero más que nosotros, que somos los organizadores, tendrán que
decirlo los demás certámenes, el público, los aficionados y los autores que
toman parte en nuestro festival”.
Interior de la librería Cosecha Roja |
Este año los actos han continuando teniendo
como epicentro la Sala Russafa, sita en la calle Dénia de Valencia, pero determinadas
actos se han desplazado a otros lugares como la FNAC, bibliotecas públicas, la
librería especializada Gotham Comics, el MUVIM o La Casa del Libro. “La decisión de ampliar nuestro radio de
acción la tomamos nada más acabar la edición del año pasado. En 2013,
teóricamente solo eran cuatro días y hubo problemas, porque surgieron
actividades que no teníamos muy claro dónde ubicarlas. En esta ocasión, hemos
querido incrementar la sección de cine y de cómic y nuestro criterio ha sido
utilizar otros locales y prolongar el calendario. Aunque es pronto para hablar
del año próximo, a priori mantendremos la Sala Russafa como sede central e
intentaremos expandirnos radialmente por la ciudad, con el objetivo de que las
librerías de Valencia se incorporen al evento”. En este salto cualitativo y
cuantitativo de Valencia Negra, sin duda ha tenido importancia el apoyo
recibido por parte de algunas instituciones oficiales. “El año pasado el apoyo institucional ya fue notable, pero en esta
edición, la colaboración de la Diputación Provincial de Valencia ha sido muy importante.
Aunque nosotros seguimos con la idea de consolidarnos como un festival
independiente, gracias a que también disponemos de una destacada ayuda por
parte de varias empresas privadas”.
Todavía es pronto para asegurarlo, como el
propio Llobregat manifestó antes, pero Valencia Negra 2015 parece un hecho.
Habrá una nueva edición que contribuya a la consolidación de este festival. “Aún nos quedan cosas por hacer, como por
ejemplo el asunto de la gastronomía negra, del que ya planteamos algo el año
pasado. Aunque es una actividad complicada, porque exige colaboración y nos
faltan manos para abordarlo todo. Pero igual nos tiramos al ruedo y preparamos un
circuito de tapas negras por el barrio de Russafa. Hay otros aspectos del
género que también nos atraen y que no vamos a desvelar ahora. Ya tenemos
apalabrados a varios autores para Valencia Negra 2015, en la que también nos
visitarán escritores nuevos”. Y en la próxima edición los concursos
literarios dispondrán una vez más de su espacio propio. “Sin duda, queremos que Valencia Negra sea un festival tremendamente
participativo, que la gente concurse enviando twits o participando en talleres.
En este terreno, tal vez haya novedades”.