Desde el pasado 16 de enero y hasta el 29 del
mismo mes, en diversas ciudades de Francia se desarrolló una nueva edición del
Campeonato del Mundo de Balonmano, la XXV, que, una vez más, y ya van seis, ha
conquistado Francia. El Campeonato, afortunadamente, ha sido cubierto con gran
amplitud por la cadena Teledeporte y, durante las retransmisiones, además de la
habitual voz de Francisco Caro, los teleadictos al balonmano, hemos podido
disfrutar con los comentarios y los análisis técnicos de Alberto Urdiales, santanderino,
laureado exjugador internacional, campeón de Europa de clubs y medallista
olímpico, con el que pude repasar aspectos del deporte del cuarenta por veinte,
a lo largo de la charla que mantuvimos una vez concluido el torneo.
Alberto, ¿qué ha
significado o qué significa en tu vida el balonmano?
Comenzó siendo un hobby, pero al final se ha
convertido en mi forma de vivir. Comencé de chaval y terminé como jugador profesional.
Fui presidente de la Federación Territorial Cántabra y ahora trabajo en la
Federación Española. Desde hace mucho tiempo toda mi vida ha girado en torno al
balonmano.
¿Había
antecedentes balonmanistas en tu familia?
No, mi padre, fue jugador de fútbol
profesional, pero mis cinco hermanos y yo nos hemos dedicado a jugar al balonmano.
Cosas que pasan.
Jugabas de extremo
derecho y eres zurdo, ¿en el balonmano ser zurdo es una ventaja?
Sin duda que sí, porque juegas en un lado del campo que no es
el más habitual y a la hora de lanzar desde el puesto de extremo derecho,
indudablemente, es una gran ventaja.
Tú eras un
especialista en el lanzamiento de los siete metros, ¿ser lanzador de penalties
es un reto o tiene algo de inconsciencia?
Bueno, en el fondo esto no es más que un
duelo entre el lanzador y el portero, un mano a mano, en el que al final
influyen factores como la técnica y la calidad de los duelistas.
Perteneciste a
tres grandes clubes, Atlético de Madrid, C.Bm. Cantabria Teka y Portland San
Antonio, con los que conseguiste títulos importantes, defínelos brevemente.
El Atlético de Madrid lo representaba todo:
tradición, historia, clase y títulos; el Teka fue un club creado a base de
dinero en un momento determinado; y el Portland se forjó con jugadores de gran
experiencia.
¿Cuáles fueron los
entrenadores claves en tu carrera como jugador?
Uff, hubo muchos que, a lo largo del tiempo,
ayudaron en mi formación y fueron fundamentales. Sin embargo, creo que Jordi
Álvaro, Juan de Dios Román y Julián Ruiz son los que más me marcaron a lo largo
de mi trayectoria.
Fuiste medalla de
bronce con España en los JJ. OO. de los años 1996 y 2000, ¿para un jugador de
balonmano participar en una olimpiada es el súmmum?
Efectivamente, jugar una olimpiada es lo
máximo no sólo para cualquier jugador de balonmano, sino para cualquier
deportista. La suerte que yo tuve es que acudí a tres olimpiadas y conseguí dos
medallas de bronce, lo que supone un magnífico colofón para cualquier
participante en unos juegos.
¿Son más
importantes para ti estos dos bronces que la Copa de Europa que conseguiste en
la temporada 1993-1994 con el Teka Cantabria?
Sí, evidentemente, y más para nosotros, que
fuimos los primeros que conseguimos una medalla con la Selección Española en el
Campeonato de Europa de 1996. Se fueron juntando muchas cosas en este éxito y
lo convirtieron en un hito muy especial.
Francia, campeón del Mundo 2017 |
Hablemos un poco
sobre el Mundial que acaba de terminar. Ya en la ronda de octavos se produjeron
sorpresas: Hungría, entrenada por Xavier Sabaté, eliminó a Dinamarca y Qatar,
dirigida por Valero Rivera, de Alemania. ¿Hemos de pensar que cada vez hay
menos diferencias entre los equipos o que en un torneo de estas características
las selecciones potentes siempre tienen un día «tonto»?
No, no, hay que pensar que hay mucha
igualdad, eso es algo evidente. La prueba más clara es que un equipo como
Noruega, que participó por invitación en el Mundial, quedó subcampeón. Quizá
Francia ha estado un poquito más por delante que los demás, pero hay ocho o
diez selecciones que están muy igualadas y la prueba, como tú decías, es la
eliminación de potencias balonmanísticas como Dinamarca, actual campeón
olímpico, o Alemania, actual campeón de Europa.
Como has dicho, Noruega
dio la sorpresa y se plantó en la final, si esta selección se consolida puede
ser un rival tremendamente peligroso en futuros campeonatos internacionales, ¿no?
Desde luego que sí. Noruega va a ser una
selección importante, porque es un equipo joven, está bien armado y con un gran
entrenador, Christian Berge, y tienen una gran tradición balonmanística, porque
su selección femenina lo ha ganado todo. Es un país pequeño volcado hacia este
deporte.
Francia ha saboreado
el título por sexta vez. Además de por su calidad técnica, llama la atención el potencial físico y la
envergadura de sus jugadores, ¿de dónde los sacan?
Los franceses hace años que llevan trabajando
a un gran nivel. Los jugadores no surgen por casualidad, ni por generación
espontánea. Detrás de un equipo como ese hay mucho esfuerzo y una muy buena
planificación, basada en institutos del deporte y en otras cosas.
Te cito a
continuación una serie de nombres de jugadores. Dame tu opinión sobre su
actuación en el Mundial. Empezamos con el noruego Sagosen.
Un jugador espectacular.
¿Cindric es el
relevo de Duvnjak para Croacia?
No, son jugadores distintos. Cindric es un
central pequeño, con gran protagonismo con el Vardar, su club, dentro de la Liga
de Campeones, mientras que Duvnjak tiene un lanzamiento muy poderoso y puede
jugar en cualquier posición de la primera línea. Creo que son jugadores que se
complementan.
Ahora una pareja:
David Balaguer y Ángel Fernández.
Aunque ya los conocía, han supuesto una
fantástica sorpresa por el modo en el que se han desenvuelto a lo largo del
mundial. No se notó en absoluto que fuesen debutantes, parecían veteranos. Sin
duda el puesto de extremo para el futuro lo tiene bien cubierto la Selección
Española. Siempre hemos sido un país de buenos extremos.
Vincent Gérard, el
portero de Francia.
Aunque no es joven representa el futuro.
Hacía muchos años que Francia no tenía un segundo portero que además, en este
mundial, casi ha sido el titular porque en los partidos decisivos ha jugado más
minutos que Omeyer.
Y el ultimo: el
danés Niklas Landin
Aunque sigue siendo un gran portero, siempre
ha sido muy irregular sobre todo en la selección danesa y eso lastra mucho a un
equipo que depende tanto de él.
El quinto puesto conseguido
por España, donde aparecían seis caras nuevas, junto a un cuerpo técnico nuevo
también, parece prometedor. Sin embargo, seguimos careciendo de tiro exterior
que abra las defensas. ¿A los deportistas altos se los lleva siempre el básket?
Evidentemente, sí. La mayoría de los
jugadores grandes se van al básket. La Liga Española ha dado un bajón
importante por motivos económicos y eso nos impide captar gente joven. No somos
capaces de generar ingresos suficientes que permitan que la profesionalidad o
la semiprofesionalidad haga que los deportistas se decanten por Asobal. En ese
sentido tenemos que efectuar un trabajo serio para recuperar el poderío que teníamos
antes.
Creo que recuerdas
un programa televisivo titulado Objetivo’92, que permitió recoger una buena
cosecha de grandes jugadores: Garralda, Masip, Núñez, Urdangarín o tú mismo, ¿le
vendría bien al balonmano un programa de promoción como éste?
Claro que lo recuerdo porque participé en él
y junto con los jugadores que has citado llegamos a participar en los Juegos
Olimpicos de Barcelona. El problema es que no tenemos una olimpiada a la vista.
No obstante, en la Federación tenemos la idea de comenzar a trabajar a largo
plazo con chavales de entre 15 y 18 años para poder obtener jugadores de
calidad.
Hablemos ahora de
entrenadores: Xavier Sabaté (Hungría), Valero Rivera (Qatar), Mateo Garralda
(Chile), Jordi Rivera (España), Antonio Carlos Ortega (Japón) y Xavi Pascual en
Rumanía están triunfando, ¿somos buenos formadores de técnicos en nuestro país?
Está claro que
sí. Nuestros técnicos siempre han estado muy valorados, lo que ocurría es que
antes no salían fuera de España como ahora. Nosotros no hemos tenido el recurso
de la calidad física de los jugadores, pero cuando tienes jugadores pequeños
has de trabajar otros aspectos como la técnica individual y la táctica para
competir con intensidad.
¿Lo peor de este
mundial ha sido que se ha terminado ya?
[Risas] Hombre, siempre que acaba una
competición como ésa da mucha rabia, pero es lo que hay. Esperaremos al europeo
del año próximo.
LAS NUEVAS REGLAS
Desde Río de
Janeiro se han implantado nuevas reglas en el balonmano. Algunas, como la
posibilidad de atacar 7 contra 6 durante todo el partido no termina de
convencer, ¿va a cambiar el ritmo de los partidos con esta variación?
Sí, pero en la final del Mundial apenas se
usó. Se ha utilizado mucho en situaciones de inferioridad numérica para poder
atacar 6 contra 6, lo que hace que hoy no se juegue la superioridad como se
hacía antes. Pero, bueno, estamos en una fase inicial y hay que ver cómo se
desarrolla esta novedad. Hay que tener presente que las reglas no han de ser
perennes y, si después de un tiempo, se observa que el juego se vuelve más
torpe, la Federación siempre tiene la posibilidad de suprimirla.
En mi opinión, el
7 contra 6, quizá provoque que el entrenamiento defensivo resulte menos
atractivo y desmotivante para el jugador, porque defender en inferioridad con
menos posibilidades de éxito no parece muy apetecible a simple vista.
Sí, pero el hecho de tener que defender ante
un contrario que ataca en superioridad obligará a que los jugadores se tengan
que poner las pilas, mejorar la calidad de sus desplazamientos y preparar
sistemas defensivos adecuados para contrarrestar esta circunstancia.
Otra regla, la que
ofrece la posibilidad de repetir ciertas jugadas a través del video, como
ocurre ya en otros deportes (rugby o tenis, sin ir más lejos), parece bastante
razonable, ¿no?
Desde luego que sí. No puedes ir en contra de
la tecnología y todo lo que suponga mejora es bueno, siempre y cuando se
utilice de modo ordenado.
También parece
excesiva la tarjeta roja directa cuando un portero choca con un contrario
mientras trata de interceptar un contraataque. Si el atacante es hábil, parece
que la picaresca está servida.
Es cierto, pero ésta es una norma creada para
proteger al atacante, porque en un contraataque los extremos van pendientes del
balón y están muy desprotegidos. Ellos se giran y pierden el control visual del
portero adversario. Creo que siempre que se utilice una regla para proteger a
los jugadores es bueno.
TRES APUNTES FINALES
Desde el estudio de RTVE, mientras retransmites los partidos, ¿no te
asalta alguna vez la idea de saltar a la pista para lanzar un penalti?
No, no, ninguna, te lo puedo asegurar, para
nada [risas]. Aquella fue una época que ya pasó hace muchos años y mi vida está
completamente alejada de todo eso.
En uno de los
partidos comentaste que en Atlanta jugaste el partido para decidir la medada de
bronce ante más de treinta y cinco mil espectadores, ¿se juega igual de cómodo
ante doscientos espectadores que ante treinta y cinco mil?
Cuando son enfrentamientos importantes te inhibes
por completo de lo que tienes a tu alrededor. Son partidos en los que no
necesitas concentrarte, porque la concentración te llega ya de la propia
trascendencia del partido. Siempre es mejor jugar con más público que con
menos.
La última: has
sido jugador, entrenador, directivo y también comentarista de balonmano… ¿nunca
te sedujo ser árbitro?
Sí y de hecho empecé a arbitrar. Hice el
cursillo y pité algunos partidos, pero lo dejé porque no tenía paciencia. Como
verás, en el balonmano he tocado todos los palos.
SOBRE ALBERTO URDIALES
Alberto Urdiales Márquez (Santander, 1968) exjugador
de balonmano. A lo largo de su carrera consiguió dos medallas de bronce con la
Selección Española en los JJ.OO. de Atlanta (1996) y Sidney (2000). Como
jugador perteneció a los clubes Clubasa de Santander, Atlético de Madrid, Teka
Cantabria y Portland San Antonio. En su haber hay 4 ligas ASOBAL; 2 Copas de
S.M. el Rey; 2 Copas ASOBAL; 2 Supercopas de España; 1 Copa de Europa; y 1
Recopa. Vistió la camiseta nacional de España en 142 ocasiones y marcó 438
goles. Además de los dos bronces olímpicos ya citados, consiguió la medalla de
bronce en los Goodwill Games (1994), la medalla de Plata en los campeonatos de
Europa de 1996 y 1998 y la de bronce en el año 2000, un palmarés de lujo. Se
retiró de las pistas en el año 2004, pero siguió ligado al balonmano como
entrenador y después como presidente de la Federación Territorial de Cantabria.
Actualmente trabaja en la Real Federación Española de Balonmano y es
comentarista de Teledeporte.
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