Herme Cerezo/SIGLO XXI, 24/05/2010
Decía hace unos días en este mismo blog que la novela ‘Tren de venganza’ de Xavi Casinos, lo tenía todo para resultar una obra resultona. Vean un fragmento de su sinopsis argumental facilitado por la propia editorial Roca: Barcelona, 1848. Un ex policía -encargado de proteger las obras de la primera línea ferroviaria- destapa una trama relacionada con las colonias americanas y la masonería. Rubén Cardona, ex policía que malvive en la Barcelona de 1848 tras ser represaliado por sus ideas radicales, recibe el sorprendente y bien remunerado encargo de proteger las obras del ferrocarril entre la capital catalana y Mataró, objetivo de continuos sabotajes. Su promotor es el indiano Tomás Boada, que emprende el proyecto después de amasar una gran fortuna en América...
Bien, pues no pudiéndome resistir a esta mezcla de novela negra, Barcelona del siglo XIX y masonería, decidí picar. Me costó encontrarla, no crean, porque a veces las novedades de tanto que tardan en llegar a las librerías pierden el olor a tinta húmeda y saben a antiguallas. Pero la conseguí. Y la he leído. Y rápido, además, porque 170 páginas, con capítulos regularmente cortos, se leen rápidamente. Si te gustan, claro. El balance general es bueno, especialmente si tenemos en cuenta que era la ópera prima de Xavi Casinos (Barcelona, 1963), un profesional con larga experiencia en los medios de comunicación. Sin embargo, hay algunas cosas que me gustaría matizar.
Empezamos por las prisas. Es imposible que al protagonista, Rubén Cardona, un ex policía de cuchillo y pistola fácil, le puedan ocurrir más cosas en las primeras setenta páginas. Es como si el autor tuviera prisa para evitar que se le olvidase algo y hubiera decidido volcarlo todo de golpe. Así que, aún no se ha repuesto Cardona de un problema, cuando le surgen dos, aún no ha despachado a un maleante cuando despacha otro, aún no le ha cicatrizado una herida y ya está persiguiendo a alguien. Esta misma novela, si fuera la tercera o cuarta del propio Casinos en lugar de su opera prima, hubiera cogido otro ritmo un poco menos apresurado. Ya saben que no soy partidario de los tochos, policiales o no, negros o no, thrillers o no, de grueso lomo, pero quizá a esta novela le falta un poco de relleno para saborear mejor el contenido de sus capítulos, que es mucho. No sé, una pausa, un tempo menos acelerado... De todos modos y conocido su final, que no voy a desvelar, Rubén Cardona quizá pueda ser el protagonista de alguna nueva entrega de Xavi Casinos. Temática, época y vigor guerrero no le faltan al muchacho.
Es muy interesante como el escritor barcelonés narra las ceremonias iniciáticas masónicas. El ritual está bien detallado y descrito y, probablemente, mejor documentado. Quizá con las parrafadas que se marcan los masones que aparecen en ‘Tren de venganza’ los lectores puedan hacerse una idea de qué es la masonería, qué fines persigue y cómo son las personas que la integran. El único pero es que, tal vez, el ascenso del protagonista en el escalafón masón sea excesivamente rápido y no acumule excesivos méritos para ello en esta aventura. El tiempo es importante en la maduración de un hermano (tiempo para obrar, para leer, para discutir, para cultivarse ...).
Y para concluir, voy a repetir algo que hace mucho tiempo que no decía. Las editoriales españolas deben estar pasándolo realmente mal, porque ninguna de ellas, ni siquiera las más rimbombantes, parecen disponer de lectores profesionales que le peguen un vistazo al libro antes de ser definitivamente publicado. Y correctores de estilo menos aún. A ‘Tren de venganza’ le falta una buena leída previa para detectar algunas repeticiones, que alguien ha de controlar antes de que el texto llegue a manos del lector. Pero esto no es culpa de quien escribe. Sino de quien olvida el oficio.
Xavi Casinos
Tapa blancda, 173 páginas, 16 euros.Rocaeditorial, marzo 2010