¿Qué ocurre cuando una persona camina demasiado tiempo por las ciénagas de la fantasía? ‘Mitología de Nueva York’ es un thriller psicológico, un juego al que el lector es invitado por el protagonista desde la primera página a resolver el misterio que esconde esta historia. El deseo, el juego, la mentira, la imaginación y la locura se dan cita en una ciudad mitológica, donde cada calle es el escenario de una novela o película de cualquier época. Quien se atreva a recoger el guante que le lanza Dan Rogers, recorrerá una Nueva York distinta, propia, múltiple, donde ficción y realidad se dan la mano, donde la sombra del celebérrimo ‘Watchmen’ de Alan Moore o de los héroes de la Marvel planea sobre sus páginas, sus ambientes, sus personajes, sus intrigas. Bienvenidos a ‘Mitología de Nueva York’, escrito por Vanessa Montfort, editado por Algaida y Premio Ateneo de Sevilla 2010.
Vanessa, ‘Mitología de Nueva York’ es una novela escrita con registro de novela negra, ¿por qué elegiste este modelo narrativo?
Mi madre es criminóloga y veía conmigo películas policiales que, para una jovencita, no parecían demasiado recomendables. Le encantaba destriparme los argumentos y explicarme quién era el asesino a través de los detalles que ella percibía. Hace poco me confesó que, durante su embarazo, leía libros de Agatha Christie y de Dashiell Hammett, un antojo como otro cualquiera, pero que, probablemente, propició que a mí me saliese el ramalazo criminal por algún lado. La verdad es que en todas mis novelas y obras de teatro aparece siempre el enigma, porque a mí me interesa que un personaje se enfrente a un misterio y ver cómo reacciona ante esta circunstancia.
O sea que sólo eres una escritora de novela negra, bajo tu rostro no se esconde una asesina encubierta.
Bueno eso sólo el tiempo lo dirá. De todos modos si he matado a alguien no te lo voy a contar aquí [risas]. Lo cierto es que eso daría juego para un buen argumento de novela policial. Pensaré en ello.
En ‘Mitología de Nueva York’ viven dos narradores que, además de ejercer su oficio, se comunican entre sí, se desafían, se desmienten, se descalifican ....
A mí siempre me han llamado la atención todas esas obras contadas en tercera persona y desde fuera. Muchas veces me he preguntado cómo narraría el protagonista su propia peripecia y eso he tratado de hacer aquí. Dan Rogers, en complicidad con el lector, con el que establece una apuesta, relata su historia, confrontada con la que cuenta otro narrador, Benedict Abbott. Me apetecía escribir un juego entre realidad y ficción, quería que toda la obra fuese una dicotomía entre ambos conceptos. En mi opinión, creo que cuantos más registros tiene una novela más rica resulta.
Sigamos con las apuestas, ¿presentar al premio tu obra precisamente bajo el seudónimo de Benedict Abbott, forma parte del juego de la novela?
Quienes la habían leído previamente me comentaron que la voz narrativa predominante era la de Abbott, una voz masculina, y que por ese motivo parecía haber sido escrita por un hombre. Eso me hizo gracia y me dio la idea de travestirme con ese seudónimo, Benedict Abbott, un tipo que además de narrar incluye una cita suya al comienzo del libro. Fue una forma más de jugar porque, como ya he dicho, toda la novela está concebida como un juego.
A tu juicio, ¿ésta era mejor manera de contar tu historia o había otras?
Mira, cada historia tiene su forma de contarse. A pesar de su grosor, esta novela es más concisa que la anterior y durante el proceso de escritura, aunque resulta muy doloroso para un escritor, he tirado a la basura más de setenta páginas. Pero no me importó porque lo más importante de todo es el ritmo narrativo, y esa era la mejor manera de lograrlo.
Algunas lectoras parece que han tomado claramente partido por Dan Rogers, ¿no?
Sí, está ocurriendo algo muy curioso con él ya que, a pesar de su puntito canalla que le convierte en un tipo peligroso, está teniendo mucho éxito entre las mujeres, hasta tal punto que me llegan mensajes al facebook pidiéndome que les diga en qué personaje real me inspirado para crearle.
La novela está ubicada en Nueva York, pero la ciudad que describes en tu novela ¿es real, imaginaria o fifty-fifty?
Es una Nueva York imaginaria, pero es como todos nos la imaginamos. La idea arranca de una anécdota que me sucedió un día que iba caminando con mi pareja por Manhattan y un anciano que tiraba de un carro cargado de latas de refrescos me dijo que Nueva York era un estado mental, una ciudad en la que los mapas no funcionan. Este hecho me llevó a pensar que Nueva York podía no existir y ser la suma de todos las ideas que hemos volcado sobre ella. Y un poco de eso es lo que he buscado al escribir la novela. Por ese motivo aparecen artistas como Audrey Hepburn o Andy Warhol hablando con los personajes. ‘Mitología de Nueva York’ es un thriller dentro de una Nueva York imaginaria.
El entrevistador con María Zaragoza y con Vanessa Montfort (foto H. Cerezo)
Cuando escribes un thriller has de crear un esquema para que funcione, pero cada maestrillo tiene su librillo y a mí me gusta que me sorprendan, porque hay personajes, como Laura, a los que les gusta chupar más cámara que a otros.
En ‘Mitología de Nueva York’ aparece la música de jazz, Sting, Deep Purple... ¿tiene banda sonora esta novela?
De pequeña estudié música y desde hace quince años vivo con un músico. Estoy rodeada permanentemente de música, sería feliz viviendo un musical continuo. Nueva York es una ciudad que se escucha y eso es algo que también han dicho de mi novela, lo que me resulta muy halagador. En cada barrio suenan músicas distintas, en Harlem, por ejemplo, un domingo por la mañana se oyen múltiples coros gospel que se van sucediendo en sus cánticos uno tras otro. Y tampoco podemos olvidar el ‘New York, New York’, de Frank Sinatra. Sí, Nueva York tiene música propia.
Y para el final, la pregunta obvia por obligada: ¿has leído la novela de María Zaragoza, ganadora del Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla, y que te acompaña en esta gira promocional?
S´, sí la he leído. Creo que lo menos que se le puede pedir a un escritor es que tenga voz propia y María la tiene porque escribe con una prosa muy especial. Su novela, ‘Dicen que estás muerta’, es un puzzle muy bien construido, con mucho ritmo, una apuesta valiente llena de personajes fascinantes.
Herme Cerezo