«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

martes, 13 de noviembre de 2012

Ghiada Trebeschi, escritora: “No trabajo con esquemas. Tengo el guión bien trazado pero lo llevo en la cabeza”.


Giada Trebeschi afirma haber aprendido a hablar nuestro idioma en tan solo tres semanas, tras realizar un curso de inmersión intensiva en la lengua de Cervantes. Y les prometo que sabe hacerse entender con suficiencia. Notable alto. No contenta con ello, acaba de escribir una novela, ‘La Dama Roja’, editada por Bóveda, que ha aparecido publicada en España antes que en su país. ‘La Dama Roja’ nos cuenta que en 1933, durante la restauración de una villa de la aristocrática familia Olgiati no muy lejos de Roma, Letizia Cantarini y su equipo se tropiezan con unos restos humanos de mujer encadenados a una sala secreta. Pronto se verán acosados por los camisas negras – la Milicia Fascista – pendientes en todo momento del hallazgo. A partir de ahí comienza un viaje en busca de un enigma que ha permanecido oculto durante siglos.

Giada Trebeschi se muestra encantada por la traducción de ‘La Dama Roja’. “No hablo demasiado español, pero lo que he podido leer y entender me gusta mucho. Además mis amigos de aquí y de México coinciden en señalar que la traductora ha utilizado un lenguaje rápido, ágil y fácil de entender, como a mí me gusta”. La figura de esta mujer emparedada surge de un hallazgo inesperado. “Encontré las cartas del esqueleto y pensé que podría ser interesante novelar una historia de una mujer de la que solo se conservaban sus huesos y parte de su ropa interior de color rojo. Yo la bauticé como Dama Roja, aunque en el Museo de la Tortura de Roma, donde todavía se guardan los restos, la han llamado Dama Blanca porque su esqueleto es de ese color”. El hecho de que la ropa interior fuese roja tiene un significado social “ya que aquella mujer era cortesana y disponía de suficiente dinero para pagársela”. La novela mezcla ficción y realidad, secretos ocultos, amor y leyenda esotérica. “Trabajo siempre con documentos verdaderos, pero luego he de inventarme la trama y para hacerla verosímil he de citar lugares y calles que existieron realmente en el periodo del que hablo. Empleo mucho tiempo en documentarme”. La muerte de esta mujer fue ciertamente terrible. Morir emparedada no es plato de buen gusto, sino sinónimo de crueldad terrible. “Emparedaban a las mujeres a las que se acusaba de adulterio para que sufrieran más. Este castigo procedía de la antigua Roma, donde ya lo sufrían las vestales infieles a la divinidad. En el encierro de esta mujer, además, practicaron un pequeño agujero para que pudiera contar los días y las noches acentuando así la intensidad de la tortura”.

Giada Trebeschi no ha utilizado ningún guión para escribir la novela. “No trabajo con esquemas. Tengo el guión bien trazado pero lo llevo en la cabeza. Después es la propia historia quien me marca el camino a seguir”. Eso tiene un riesgo, pero la escritora italiana se muestra muy segura de su método de trabajo. “No me preocupa que se me puedan escapar algunas ideas. Al contrario, es positivo porque eso quiere decir que no son buenas y pronto llegarán otras nuevas para reemplazarlas”.

La acción de ‘La Dama Roja’ se enmarca en nueve días, exactamente los transcurridos entre el 30 de noviembre y el 9 de diciembre de 1938, en plena época de dominio fascista en la Península Itálica. “Concebí la novela como una película y pensé también en mantener la unidad de lugar, espacio y tiempo. Pero como no era posible, elaboré una historia muy rápida con la que se comprendiera mejor las dificultades que surgen entre Leticia, la protagonista, y los fascistas que vigilan sus movimientos en la excavación. También por eso incluí el horario para proporcionarle al lector la mayor precisión posible”. Letizia tiene una profesión poco usual para la época: arqueóloga. “Las mujeres del siglo XX podían ir a la universidad, especialmente para cursar estudios de letras. Por esa circunstancia resultaba posible que Letizia fuese arqueóloga ya que para estudiar otras carreras la dificultad era mucho mayor porque aquella sociedad era muy machista. Letizia, además, puede ser jefa de la excavación porque a su lado tiene a dos hombres que colaboran con ella muy estrechamente”.
Nazis y fascistas estuvieron siempre muy fascinados por los misterios y leyendas esotéricas como los que aborda la novela. “Todos los dictadores han estado interesados por estos asuntos.  La arquitectura de esta época se parece bastante a la de los tiempos de Cristo, porque construían edificios muy simbólicos y la gente, igual que ocurre ahora, era muy supersticiosa”. Esta mentalidad influyó incluso en la arquitectura de la Roma fascista. “Antes de Mussolini, las calles adyacentes a San Pedro eran muy pequeñas. El dictador las agrandó porque las necesitaba para los desfiles de sus soldados, que le permitían sobrecoger a la población y exhibir su gran poder. Era su forma de mostrar al mundo que ellos formaban parte de una raza superior”. A pesar de los años transcurridos, aún quedan resabios fascistas en la Italia actual. “Se discute mucho todavía en Italia sobre el periodo de Mussolini. Los nostálgicos del fascismo desearían recuperar un estado parecido al del Duce porque dicen que era mejor que el actual”. Sin embargo, ‘La Dama Roja’ no hay que considerarla una novela política. “No es una novela política, es un thriller con componentes históricos y también una historia de amor, pero no es política al modo en que concebimos este término hoy. Es política por las descripciones y los problemas raciales que aparecen en el texto, pero por nada más”.
El desenlace de la novela conduce a los protagonistas a la Alhambra de Granada, cuyo Patio de los Leones reservará a los protagonistas una sorpresa que variará el sino de la narración. “Me interesan muchos los símbolos y cuando pensé que había un secreto judío, me acordé que los hebreos habían tenido muchos problemas en España de donde también fueron expulsados. En aquel instante me sobrevino con gran fuerza la imagen de la Alhambra y de la fuente con los doce leones, que había sido regalada al sultán granadino por un judío, igual que ocurría en el Templo de Salomón. Tuve claro en seguida que solo podía escoger un lugar como aquel para lo que pretendía”.


SOBRE GIADA TREBESCHI

Giada Trebeschi nació en Reggio Emilia, Italia, en 1973. Se licenció en Lenguas y Literatura Extranjera en la Universidad G. D’Annunzio de Chieti. Creó un grupo teatral universitario en 1994 The Merry Devils Group of Players, y ha publicado diversos artículos y ensayos de Historia e Historia del Arte en revistas especializadas. Su primera novela ‘Gli Ezzelino. Signori della Guerra’, obtuvo gran éxito llegando a ser finalista del Premio Campiello – Opera Prima de 2006. En 2008 publicó su segunda novela ‘Le donne del Grimorio’.