La inspectora Petra Delicado y el subinspector Fermín Garzón han heredado un muerto que había permanecido cinco años mudo, aparentemente resignado a su suerte. Una Petra madura y resolutiva, pero con los nervios a flor de piel, deberá investigar junto a la policía italiana para resolver un caso que pone a prueba tanto su perspicacia como su intuición. A grandes rasgos, este es el argumento de ‘Nadie quiere saber’, la última novela de Alicia Giménez Bartlett, editada por Destino. La escritora nacida en Almansa pasó por Valencia para presentar su nueva obra, novena de la serie protagonizada por la inspectora Delicado. Aprovechando la coyuntura tomamos un café, breve, muy breve, y conversamos sobre el libro y algún otro tema de actualidad.
Alicia, algunos héroes policiales siempre están igual, pero Petra Delicado parece que camina acompasada con el tiempo.
Al principio yo no sabía si Petra iba a envejecer o no pero veo que sí, veo que madura, que cada día está de peor humor. Pero tengo un problema con ella y es que desconozco su futuro porque las normas internas de la policía son muy serias y mandan y a partir de una cierta edad o la quitan de la calle o la hacen comisaria. En fin, no sé. ¡Ja parlarem!
Sin embargo, Fermín Garzón cada día está más vivo, un poco cabra loca, incluso.
Sí, es verdad, ¡joder!, Fermín está muy vivo. Al final, sería una parábola de las clases trabajadoras, esas que dicen que han vivido por encima de sus posibilidades pero que han tenido una oportunidad, la han aprovechado y han aprendido mucho. Fermín sigue reivindicando cosas, va avanti, como dicen los italianos.
¿Pensaste al comenzar que la serie de Petra Delicado llegaría tan lejos?
No, la primera novela la escribí como un juego porque era divertido y permitía posibilidades nuevas para los escritores españoles. Lo que ocurrió es que los editores, en seguida, me pidieron una segunda entrega que escribí sin sospechar que se convertiría en una serie.