«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

lunes, 1 de julio de 2013

Gregorio León, periodista, locutor de radio y escritor: “He de tener clara la secuencia en mi cabeza antes de escribirla. Si no la tengo, no escribo”



En el fastuoso Berlín del Tercer Reich, Sophie Larisson, espléndida actriz que trabaja para los estudios de la UFA, desaparece misteriosamente de las carteleras. Casi un siglo después, la detective Daniela Ackerman se tropieza con ella cuando se sumerge en la búsqueda de un libro encuadernado en piel humana que le regalaron a Hitler en su cumpleaños. Moscú, Berlín, Roma o Brighton esconden algunas piezas de tan extraña misión, pero solo una película pornográfica puede explicarlo todo: ‘La emperatriz de jade’. A caballo entre el género histórico y la novela negra, ‘La emperatriz de jade’, editada por Algaida, nos presenta la vertiente más humana de la protagonista Daniela Ackerman, al tiempo que nos habla de una historia de amor y de un misterio que hay que resolver y por el que desfilan personajes como el periodista Freddy Ramírez, la actriz Erika Campbell, el multimillonario Viktor Bronski, el editor Otto Kramer y el cazalibros Carlo Manfredi entre otros.

Gregorio, esta es una pregunta que formulo últimamente con mucha frecuencia: eres locutor de radio, periodista, ¿qué te aporta la literatura en tu carrera profesional?
Fundamentalmente, el periodismo exige estar pegado a la realidad y la literatura, por el contrario, gana enteros cuanto más se aleja de ella porque de lo que se trata es de fantasear. Me parece que son dos pilares que se complementan perfectamente y que tienen un punto de conexión, ya que cuando ofreces una noticia o escribes un libro siempre tratas de hacerlo atractivo y de seducir al oyente o al lector.

En ‘La emperatriz de Jade’ repites protagonista, Daniela Ackerman, ¿por qué?
Era un reto. Creo que es bueno repetir para darle continuidad al personaje, para ver por dónde va a seguir su andadura y satisfacer mi propia curiosidad. Esta novela me ha servido para perfilarla mejor, para enfrentarla a sus miedos y a sus zozobras y para asomarla a su vida amorosa, que es un poco convulsa. Con todo ello, el lector conocerá mejor las cicatrices de Daniela.

En esta ocasión, Daniela no es la única protagonista femenina, hay otra: Erika Stapleton.
Sí, es una novela donde las mujeres son las grandes protagonistas, las que manejan los hilos de la historia, las que nos van empujando con sus peripecias, esfuerzos y deseos hasta la última página. En la narración aprovecho también para reconstruir la vida de Erika Stapleton, una joven actriz inglesa que se infiltró como espía  en los estudios de la UFA para salvar a su padre.

Aunque ya llevas tiempo haciéndolo, ¿te resulta sencillo introducirte en el cerebro de una mujer?
A veces todos nos sorprendemos con nuestro propio comportamiento. Una mujer responde a cada situación de un modo distinto. A la hora de escribir, creo que eso da mucho juego y puede resultar más atractivo para el lector, porque las situaciones que se plantean se resuelven de un modo más inesperado.
 
¿Cuál es la imagen que provocó la escritura de ‘La emperatriz de Jade’?
Hay dos imágenes, una de ellas procede de una novela de José María Irujo, que trataba de un nazi que vivía oculto en un convento. La otra es del año 2008, cuando me encontraba en Berlín preparado para entrevistar al escritor Philip Kerr. A mi lado había una viejecita llorando desconsoladamente, acompañada por una joven. Entonces imaginé que la mujer se había enamorado de alguien en aquel mismo lugar hacía setenta años y que su amor era el enemigo. A partir de ahí se me ocurrió reflexionar sobre lo que ocurre cuando nos enamoramos equivocadamente y cómo arrastramos ese pecado durante el resto de nuestra vida.

A la hora de narrar juegas con dos escenarios: el presente y el pasado.
Siempre me ha interesado el diálogo del presente con el pasado, el peso de lo que fuimos entonces en lo que somos ahora. Esta novela me ha permitido trabajar ese diálogo dando saltos entre el momento actual y la Europa de hace casi un siglo. Y lo más curioso es que las dos Europas, la de entonces y la de ahora, están muy conectadas.

Tu novela es muy visual, ¿te imaginas a Catherine Zeta-Jones haciendo de Daniela en la pantalla grande?
Sí que me la imagino. La verdad es que mirando hacia atrás no encontraría una mejor protagonista de cine clásico para el papel. Aunque son de distinta edad me parece una buena elección. Y ya solo falta un productor y un director [risas].

Las aventuras de Daniela Ackerman se clasifican claramente dentro del género que denominamos thriller, ¿algún día darás otro paso más y te adentrarás en el género negro?
He tratado de hablar de amores, de sentimientos y de rencores y quizá el registro negro haya quedado un poco difuminado. Pero en ‘La emperatriz de Jade’ hay un misterio que resolver y se puede efectuar también una lectura en clave de registro negro, un género del que yo he sido y soy asiduo lector.

‘La emperatriz de Jade’ nos acerca al mundo esotérico y al de los nazis, ¿no son temas muy tocados ya por la literatura?
Sí, es una apuesta arriesgada, pero le he rebajado el contenido esotérico que tenía al principio. Es cierto que hay mucho publicado sobre estos temas y que se puede entender que es una novela tópica, pero precisamente para  no caer en eso me volqué en los sentimientos y en las pasiones. Trato de una historia de amor, vivida durante setenta años, recreo la vida de una artista, que trabajó en los estudios de la UFA, y evito contar la puesta en marcha de una nueva religión como pretendía Himmler.

Dicen que una buena historia es la que resulta verosímil, ¿qué hay de cierto y qué de ficción en esto de los libros encuadernados en piel?
Es algo absolutamente real, pero no fueron solo los nazis quienes buscaban libros encuadernados con esta materia prima. De la Revolución Francesa se conservan libros encuadernados en piel humana que procedía de los guillotinados. Algunos de estos libros contaban la historia del propio ejecutado, cuya piel se aprovechaba para la encuadernación.

De la lectura de ‘La emperatriz de Jade’ podemos deducir que no todos los que trabajaban para los nazis comulgaban con sus ideas.
En este asunto siempre ha existido una gran confusión. Hubo muchos alemanes que, después de la II Guerra Mundial, pagaron las culpas de los daños causados por tropelías que ellos no habían cometido. De todos es sabido que existieron movimientos para derrocar al régimen nazi, porque había gente en desacuerdo con las ideas y los métodos que utilizaban, pero no disponía de armas para combatirlo. En la novela juego con la idea de si Otto Kramer, el editor que trabajaba para la Ahnenerbe, era culpable o no. Y la solución se desvela al final.

Has mencionado antes los estudios de la UFA, ¿en tu novela hay un intento de homenajear al cine?
Coincide que en 2012 se cumplieron cien años de la fecha en que comenzaron a funcionar los estudios de la UFA. Al igual que muchos escritores veo mucho cine y esta es una novela que rinde homenaje explícito a la película ‘El halcón maltés’, a Alfred Hitchcok y a todas las actrices que trabajaron en los estudios berlineses. Para trabajar sigo pautas cinematográficas y he de tener clara la secuencia en mi cabeza antes de escribirla. Si no la tengo, no escribo.

La última: ¿el próximo libro que nos entregues también tendrá como protagonista a Daniela Ackerman?
Por lo que comentaba al principio, sí que voy a seguir con ella. Quiero saber si va a tener novio, si se va a operar de algo, si va a enfermar, cualquier cosa… Daniela se ha convertido en alguien próximo a mí y quiero descubrir más cosas suyas.



SOBRE GREGORIO LEÓN

Gregorio León (Murcia, 1971) es periodista de Onda Regional, emisora autonómica. Hasta el día de hoy, tiene cuatro novelas publicadas: ‘Murciélagos en un burdel’ (Premio Ciudad de Badajoz), ‘El pensamiento de los ahorcados’ (Premio Diputación de Córdoba), ‘Balada de Perros Muertos’ (Premio Valencia de novela, inencontrable) y ‘El último secreto de Frida K’ (Premio Alarcos Llorach).  Igualmente, ha recibido el Premio Alfonso Grosso de relatos o el Miguel de Unamuno. Sus libros han sido publicados en Estados Unidos y Francia. Al escribir siempre tiene presente el primer mandamiento del director cinematográfico Billy Wilder: “No aburrirás”.