«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

lunes, 14 de octubre de 2013

Fernando García de Cortázar, Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio 2013: “Lo que me interesa es que se valore mi esfuerzo por construir una novela y que se reconozca mi capacidad de creación y de transmisión literaria”

‘Tu rostro en la marea’, editado por Martínez Roca, supone la primera obra de ficción de Fernando García de Cortázar y es, además, un importante salto en la trayectoria del escritor vasco por crear belleza literaria sin olvidar la historia real. Para llevar a cabo su proyecto, ha elegido unas coordenadas espaciotemporales muy atractivas, como el primer tercio del siglo XX, el momento de la II Guerra Mundial y de la aparición de los dos grandes movimientos políticos que enmarcan la época: el fascismo y el comunismo, todo ello protagonizado por Ángel Bigas, personaje enigmático, diplomático, novelista y conspirador, y narrado por el joven historiador Fernando Urtiaga.

Fernando, es la primera vez que escribe ficción y, además, obtiene un premio, eso debe producirle una satisfacción enorme, ¿no?

Sí, ganar un premio como este da una cierta seguridad y yo nunca digo que no me lo merezco porque si no el que queda mal es el jurado que ha escogido mi novela como ganadora de manera absolutísima entre más de cuatrocientas cuarenta obras, sin olvidar que un jurado presidido por Soledad Puértolas no iba a cometer un estropicio.


¿Precisamente el hecho de que el jurado esté formado por colegas de la profesión es lo que más se agradece a la hora de ganar un premio?

Bueno son colegas a medias porque yo antes escribía Historia. Pero eso no me importa mucho. A partir de una cierta edad, uno adquiere libertad y yo la adquirí desde que publiqué mi ‘Historia de España’, gracias a la cual tuve miles de lectores. A partir de entonces fui mucho más libre porque su apoyo me permitía no preocuparme de si a los catedráticos de Historia les gustaba o no lo que yo hacía.

Tras publicar tantos libros de historia, ¿el paso natural siguiente era escribir una novela histórica?

La verdad es que para mí es más importante el sustantivo que el adjetivo, porque antes que nada yo he escrito una novela, una obra compleja que para mí no lo ha resultado tanto porque fui profesor de Historia de esa época y he podido aplicar mis conocimientos para la ambientación y los personajes. Lo que me interesa mucho es que se valore mi esfuerzo por construir una novela, que se reconozca mi capacidad de creación y de transmisión literaria que encierra esta obra.


He leído por ahí, que le llaman el historiador-novelista, ¿le suena a halago?

Sí, en este momento creo que es un halago porque yo entiendo que lo soy, pero insisto en que el problema es el público. Los historiadores tenemos que saber Historia y saber transmitirla a los demás. En caso contrario, nos convertimos en una especie de inútiles sociales. Los que critican la divulgación de nuestra ciencia convierten la Historia en algo clandestino.


Siguiendo con el tema de divulgación, ¿escribir una novela histórica es la mejor forma de enseñar Historia a los demás?

Yo entiendo que sí. Esta novela es mi primera experiencia y a mí me ha servido para eso. A través de la ficción voy a llegar a más público y voy a hacer que la Historia se convierta en la reina de las humanidades. Por otro lado, hay que tener claro que el mensaje de la Historia no es el puro objeto culturalista sino mejorar el mundo que vivimos.


¿Con la novela histórica puede plantearse aspectos a los que, como historiador, no podría acceder?

En buena medida es eso. Creo que la novela puede transmitir no sólo el sentido de una realidad, sino también el sentir de un país. La novela histórica permite expresar el sentimiento de unos personajes que son recios, porque viven en un determinado momento de la Historia de España y de Europa. Y eso solo puede explicarse a través de la ficción y de ese obsesivo deseo de belleza que impone la escritura.


¿Qué es lo que más le ha costado construir en la novela?

Lo que me ha costado ha sido montar una trama verosímil, plausible, con aventura, en la que no hubiera anacronismos, que entretenga e instruya. Los antiguos hablaban del instruir deleitando y ese es mi objetivo. También son importantes los escenarios y los personajes que he ido escogiendo para desarrollar la acción. Desde luego lo que no he sentido es eso que llaman miedo al folio en blanco. Ese miedo, si llegué a percibirlo, pasó hace cuarenta años.


¿Qué periodo le atraía más de esta primera parte del siglo XX en la que ha ubicado ‘Tu rostro en la marea’?

Me fascina todo el periodo que va desde 1914 a 1930, la I Guerra Mundial y la configuración del mundo en torno a las dos grandes ideologías, la fascista y la comunista, dos movimientos políticos fuertes que se van a enfrentar en la II Guerra Muncial con resultado de derrota para los fascismos.


¿El personaje de Angel Bigas, protagonista de la novela, diplomático y conspirador, está basado en algún personaje real?

No, es un personaje completamente ficticio, lo explico en las últimas páginas de la novela. Una vez, una persona de relevancia política me preguntó si era real porque había acudido a la Wikipedia para consultar y no lo había encontrado. Eso, para mí, constituyó un halago enorme porque quería decir que había conseguido crear un personaje muy real. En verdad, todos los personajes, una vez puestos en marcha, se convierten en reales, en esta caso, además, Ángel Bigas, que es de ficción, comparte novela con Horacio Echevarrieta que fue un empresario vizcaíno que también conspiró contra la república de derechas y no era un idealista como Bigas. A mí no me importa cuál de los dos personajes es el auténtico, lo que busco es transmitir la idea de cómo era el hombre en este periodo tan duro como es el de entreguerras.


Bigas comparte novela no solo con Echevarrieta, sino también con otros personajes reales, ¿qué siente viendo a su criatura manejarse entre los que sí existieron?

Realmente, este es el problema de la creación, el del dios creador, es como un virus que se te mete en el cuerpo. En esos momentos comparto con él su divinidad creadora porque hago crecer un personaje, le hago reír, le hago sufrir en una época tan convulsa como esta en la que la gente ignoraba si, al terminar la guerra, el mundo sería como era antes o no.


Siguiendo con Bigas, ¿el protagonista es un alter ego suyo?

No, no, yo tengo más sentido de la realidad que él. A la propia Margueritte Yourcenar el día que presentó a su personaje Adriano, alguien le preguntó si su obra contenía mucho de autobiográfico. Y ella respondió que, aunque lo tuviera, desde los griegos había habido pasiones y que ella no había inventado nada nuevo.


Centrándonos en la narración, usted ha utilizado la entrevista sin preguntas para contar, el lector sólo conoce las respuestas, ¿cómo se le ocurrió utilizar esta fórmula?

Se me ocurrió porque pensé que una biografía no solo es la relación de unos datos que se obtienen, sino también el recuerdo que se tiene del personaje en cuestión. ‘Tu rostro en la marea’ es casi una novela coral, en la que obtenemos información de los encuentros que sostiene Fernando Urtiaga con personas que conocieron a Ángel Bigas y que fueron importantes en su vida.


La novela está contada en tercera persona, ¿la tercera persona es la gran voz narradora del género histórico?

Yo entendería que sí y a mí me ha gustado que sea así. En mi novela hay abundantes resonancias de grandes novelistas porque no hubiera podido escribirla sin haber leído antes a Roth, Grass o Pavese, precisamente este último está muy presente en mi obra. Yo les diría a mis colegas que, para escribir, hay que leer a los grandes autores del siglo XX.


Terminamos, ¿seguirá su próximo proyecto por los derroteros de la novela?

Creo que sí, he disfrutado mucho escribiendo ficción y pienso que mis ojos ahora son distintos. Stendhal decía que una novela es algo lleno de muchísimos detalles y creo que la capacidad de transmitirlos la he tenido yo ahora y la voy a utilizar porque como escritor es muy bueno para mí.

Herme Cerezo/SIGLO XXI, 15/10/2013



SOBRE FERNANDO GARCÍA DE CORTÁZAR
 


Fernando García de Cortázar y Ruiz de Aguirre (Bilbao, 1942) ha convertido nuestro pasado en tema de grandes best sellers sin necesidad de traicionar el rigor histórico: convencido de que «la historia es siempre la crónica de una aventura», su talento consiste en saber contarla. Lejos de la erudición inútil, su formación humanística y su larga experiencia como catedrático de la Universidad de Deusto (Bilbao) le sirven para iluminar el mundo de luchas, pasiones, temores, utopías y cambios en el que se desenvuelve la vida de todas las épocas. Más de sesenta títulos hacen del escritor bilbaíno uno de los favoritos indiscutibles del mercado editorial en lengua castellana en los últimos años, entre ellos cabe destacar ‘Breve historia de España’, ‘Los perdedores de la historia de España’, ‘Historia de España. De Atapuerca al Estatut’, ‘Historia del mundo actual’, ‘Los mitos de la historia de España’, ‘Atlas de historia de España’, ‘Breve historia de la cultura en España’ o ‘Historia de España desde el arte, galardonada con el Premio Nacional de Historia’.