Este hombre del pelo canoso es el seleccionador de Francia de balonmano. Nacido el año 1957 en Albi (Francia), Claude Onesta lleva un carrerón como entrenador desde que suplió en el banquillo del equipo nacional francés a Daniel Constantini en 2001. Hoy, 1 de febrero de 2014, ha vuelto a proclamarse campeón con Francia en el Mundial celebrado en Qatar desde el pasado día 15 de febrero.
Como jugador, Onesta pasó toda su vida deportiva en el Toulouse Handball, club en el que debutó como preparador y con el que conquistó la Copa de Francia en 1998. El resto de su historia es la selección.
Y este es su palmarés:
-Medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y Londres 2012.
-Medalla de bronce en los Mundiales de Portugal 2003 y Túnez 2005.
-Medalla de oro en los Mundiales de Croacia 2009, Suecia 2011 y Qatar 2015.
-Medalla de oro en los Campeonatos de Europa de Suiza 2006, Austria 2010 y Dinamarca 2014.
-Medalla de bronce en el Europeo de Noruega 2008.
-Medalla de plata en los Juegos Mediterráneos de 2009.
En todos sus logros le ha acompañado Thierry Omeyer, tan canoso como el propio seleccionador, un portero que a sus treinta y ocho años, además de ser una leyenda, se ha convertido también en el símbolo de la infranqueabilidad de la portería gala.
Ver a Claude Onesta en directo, en plena acción, en su salsa del cuarenta por veinte, durante un encuentro de balonmano es todo un estudio de la personalidad humana: sonriente, irónico, enfadado, apurado, serio, pero nunca realmente alterado. Onesta tiene una especial capacidad de abstracción y distanciamento del juego que le permite efectuar las mejores lecturas en los momentos más delicados. Las medallas atestiguan su calidad como gestor de banquillo.
Aunque no es la primera vez que lo vemos, en este mundial de Qatar le ha acompañado Didier Dinart, su antiguo "hombre fortaleza" para organizar la defensa francesa desde su posición de central. En esta ocasión, se ha producido una diferencia notable, ya que Dinart ha participado bastante más que otras veces en los tiempos muertos de los encuentros y en la preparación del equipo impartiendo consignas técnicas y tácticas. Quizá Onesta esté preparando su relevo al frente del equipo nacional francés. El tiempo lo dirá, aunque tal vez la próxima olimpiada signifique un punto de inflexión en el devenir del entrenador galo más laureado de la historia.