Tarde de sábado en la Fira del Llibre de València. Tan solo fotos, imágenes, momentos. Concurridas las casetas; gentío en el paseo central; actividades a tope: presentaciones y cuentacuentos; autores firmando; entrevistadores, agazapados casi, interrogando escritores en lugares inverosímiles; vendedores de globos; niños, niñas, mujeres y hombres que pasean, miran y compran o no. Al fondo, el sonido molesto, tradicional, no sé si inevitable, del pájaro policial arañando el techo de la ciudad como cada veinticinco de abril. Lástima.