Desde hace
años, Silvia Navarro es la portera de la Selección Española de Balonmano. La
valenciana, que actualmente juega en el Rocasa ACE, atesora un palmarés
extraordinario, cuyo último título conseguido fue la Copa de la Reina
2014-2015, conquistada el pasado mes de febrero en el Pabellón Ciutat de Castelló. Ante el arranque de
la temporada en la División de Honor Femenina, Liga Loterías, y también ante los
próximos compromisos de la Selección Española, cuya cita más importante, aunque
no la única, es el Campeonato del Mundo, que se celebrará el próximo mes de
diciembre en Dinamarca, tuve la oportunidad de conversar con Silvia sobre su
trayectoria balonmanística.
Silvia, ¿cómo te iniciaste en el balonmano?
Me inicié en el
colegio Comunitat Valenciana del
barrio de Campanar, un centro escolar al que llegó el balonmano como una oferta
más del deporte municipal. Mi madre me apuntó para jugar y así comenzó todo.
¿Por qué escogiste este deporte y no otro?
La verdad es
que me gustó desde el primer momento y siento que me llena realmente, aunque
tengo que reconocer que me encantan todos los deportes y que también soy muy
futbolera. Esta atracción mía por el deporte me la inculcaron mi padre y mi
abuelo Manolo.
Para llegar a tu status actual has tenido que trabajar mucho y muy duro, de todas
las facetas que componen la vida de una balonmanista, ¿cuál es la que más
sacrificio te ha exigido?
Sí que fue muy
costoso llegar a donde he llegado y sin la ayuda de mi madre no hubiera sido
posible, ya que no solo fui yo quien perdió fines de semana, meses y años, porque
ella sacrificó su tiempo y se dejó la vida en llevarme a todos los sitios a los
que tenía que acudir. Como no disponía de fines de semana libres, forjé amigos
en el balonmano, amigos que llevaban la misma existencia que yo. Fue mi forma
de relacionarme con los demás.
Equipo del Rocasa ACE en la final de la Copa de la Reina 2015 |
¿Qué peculiaridades reúne la portería para
que te atrajese especialmente?
Desde el primer
momento la portería me encantó. Me dieron a elegir y entre los “tres palitos”
me sentía segura. La portería es un puesto solitario, pero es gratificante
defenderla. Me gusta mucho ver en primera fila la defensa y el ataque de mi
equipo.
Dicen que los porteros y porteras de
balonmano están algo «tocados del ala», ¿hay que ser un poco inconsciente para
ponerse debajo de los tres palos o basta con ser valiente, que no es poco?
Eso dicen, pero
yo creo que es más una leyenda que otra cosa [risas]. Y valientes son mis
compañeras que reciben un codazo tras otro durante los sesenta minutos del
partido. Eso sí que es digno de admirar.
¿Qué entrenador o entrenadora influyó más en
tu carrera?
Sagrario
Santana y Svetlana Bogdanova fueron las que me perfeccionaron, las que
estuvieron, minuto a minuto, corrigiéndome la posición de los brazos y la
orientación. Cristina Mayo me dio la oportunidad de pertenecer a un club grande
y me hizo fortalecer las piernas muchísimo y Manuel Etayo organizó mi puesta a
punto para estar en las mejores condiciones posibles. En el apartado selección,
Jorge Dueñas confió en mí y me hizo darme cuenta de que somos unas
privilegiadas. Con él y mis compañeras he vivido los mejores éxitos de mi
carrera deportiva y he de agradecerle muchas cosas.
A propósito de Cristina Mayo, en una ocasión
dijo de ti que «nunca serías portera de elite
porque eras muy bajita». Recientemente, en una entrevista ha reconocido que
se equivocó en su vaticinio, vistas esas palabras con la perspectiva del tiempo
transcurrido ¿qué piensas?
Cristina Mayo es
una "jefa" en el balonmano femenino, sabe muchísimo y es capaz de
sacar partido de cualquier jugadora. A mí no me lo puso fácil, pero como he
dicho antes, he de agradecerle que insistiese mucho en que fortaleciese mis
piernas. No le guardo ningún rencor en absoluto, al contrario, me ofreció la
posibilidad de ser campeona de Europa al ganar la Champions y de formar parte
de un equipo de ensueño. Debutar en la División de Honor y conseguir la
Champions fueron experiencias de las que guardo un recuerdo buenísimo.
A tu juicio, ¿cuáles son tus características
más importantes como portera?
Mido 1,69, la
altura mínima para ser portera, y por ese motivo soy una jugadora
antropométricamente inusual. Como yo digo [risas] pertenezco más bien al “país
de los bajitos” y quizá la insistencia de Cristina Mayo hizo que mis características
más importantes como portera sean la rapidez y los reflejos.
Fuiste jugadora de la Selección Autonómica de
la Comunidad Valenciana e incluso conseguiste proclamarte campeona de España
con ella, ¿es importante para la formación de una jugadora formar parte de
estas selecciones?
Acudir a las
convocatorias de las selecciones autonómicas significa una recompensa al
trabajo que realizas en tu club. Es un premio y lo has de vivir como tal. Allí
compartes con otras compañeras la posibilidad de defender a tu comunidad,
conoces más entrenadores y otras formas de juego. Todo eso es importantísimo.
Tras jugar en varios clubs nacionales, la
situación económica de nuestro país te obligó a emigrar para jugar en Rumanía,
¿cómo fue esa experiencia?
Pues hubo de
todo un poco, buenos y malos momentos. Partir de tu país hacia otro distinto
siempre es difícil, se hace cuesta arriba porque estás más lejos de tu familia,
de tu pareja y de tu gente. Pero recomiendo esa experiencia, porque te permite
crecer como persona y como jugadora, sin olvidar que conoces otra liga, otro
estilo de juego, una sistemática diferente y nuevas compañeras.
¿Se trabaja el balonmano en Rumanía de un
modo muy diferente a como lo hacemos en nuestro país?
Es muy
parecido. En la liga había menos equipos, pero tres eran muy potentes y con
ellos te jugabas las primeras plazas.
¿Este goteo de jugadoras hispanas hacia el
extranjero crees que durará mucho tiempo?
Espero y deseo
que no y que todas, poquito a poco, vayan regresando a España, aunque la cosa
va muy lenta y, por el momento, creo que
la gente aguantará fuera mientras que en nuestro país no exista una mayor
estabilidad, que al final es lo que busca todo el mundo.
De Rumanía regresaste al Rocasa de Canarias y
la experiencia no va mal. El año pasado conquistasteis la Copa de la Reina y peleasteis
por la liga hasta el final, ¿qué objetivos os habéis trazado como equipo con
vistas a la próxima temporada?
Aquí en Canarias
me encuentro estupendamente, el trato es maravilloso y mis compañeras son
fenomenales. Hay un buen bloque que, al final, es lo que prima en los éxitos
deportivos. Este año aspiramos a todo e intentaremos luchar hasta el último
momento por los títulos y, aunque somos conscientes de que es algo muy
complicado, no nos vamos a rendir jamás.
¿Cómo es el día a día de una jugadora de
balonmano valenciana en Canarias?
La verdad es
que el clima acompaña mucho. Como bien sabes yo soy de playa y, aunque no
demasiado, me queda algo de tiempo libre para mí, lo saco de donde haga falta
para estar con los míos. Después de los entrenes y de los partidos tenemos otra
vida, que es importantísima.
Cambiamos de tercio. Un buen día alguien te
llevó a la selección española, ¿quién fue?
Fue Luis Carlos
Torrescusa, junto con su segundo que no es otro que el actual seleccionador
Jorge Dueñas.
Durante unos instantes recuerda el momento en
que te convocaron, ¿qué sensación tuviste?
No me lo creía,
pensaba que había sido una equivocación ya que era muy joven. No pensé que se
fueran a fijar en mí.
¿Se siente mucha responsabilidad al ser la
portera titular de la selección española o esa responsabilidad es compartida?
Bueno, creo que
la titularidad no es fija, depende del estado de forma de la jugadora. Yo,
cuando soy llamada a la selección, intento darlo todo en la pista y los
entrenamientos. Pienso que responsabilidad no es la palabra adecuada, más bien
somos unas “privilegiadas” y, como tales, hemos de disfrutar con lo que hacemos,
porque somos muy afortunadas por jugar balonmano a ese nivel tan alto.
Posees un currículum impresionante como
jugadora de club, los títulos se suceden en tu historial. Analiza por un
momento tu trayectoria desde que comenzaste, ¿has llegado a dónde soñabas?
Sigo pensando
que esto es un sueño. Me paro a recordar el pasado y aún veo a esa niña que
jugaba en el patio del colegio con un balón, una lata o cualquier otra cosa que
pudiera golpear con el pie o la mano. He tenido muchísima suerte en los logros
deportivos y cada día doy gracias por todo lo que me ha sucedido en esta vida.
No es menos impresionante tu palmarés con la
selección en la que has sobrepasado de largo las cien internacionalidades y has
conquistado medallas tanto en los JJ.OO. como en los campeonatos de Europa y
Mundiales. De todos estos galardones, ¿con cuál te quedas?
En todas las
finales que se juegan quieres alcanzar el oro, pero aún no se ha dado el caso.
Es algo que tengo clavado y muy presente, ojalá que pueda cambiar esta
situación. Subir al pódium y recibir la medalla de oro sería un sueño hecho
realidad, un sueño muy difícil de alcanzar, soy consciente de ello, pero soñar
es gratuito.
Participaste en la Olimpiada de Londres de
2012, ¿qué significa para una jugadora de balonmano jugar una olimpiada?
Es la
experiencia que siempre quieres vivir, la que deseas, es impresionante. Estar
allí junto a tantos deportistas conocidos es otro sueño.
En diciembre jugáis un nuevo Campeonato del
Mundo, ¿qué perspectivas le auguras a la selección nacional?
Esperamos y
deseamos que sean buenas, ojalá hagamos un buen papel, que desemboque en el
pase a la Olimpiada de Río de Janeiro.
Una curiosidad: de todas las jugadoras que
has tenido enfrente, ¿cuál es la que más respeto te ha causado?
Hay unas
cuantas: Anita Gorbitz, Katerina Bulatovic….
¿Define brevemente a Jorge Dueñas como
seleccionador?
Jorge es un
entrenador excepcional y una persona maravillosa. Confía en nosotras, nos apoya,
nos escucha y nos facilita la labor para afrontar los partidos y los
entrenamientos. Es muy sabio.
La última pregunta por hoy: ¿te ves tú en ese
rol de entrenadora en el futuro?
Puffff... Si te
soy sincera la verdad es que no me veo, pero nunca se puede decir de este agua
no beberé. Quizá pueda ayudar a porteros o porteras pero, como te digo, por el
momento no me veo. Hay gente mejor cualificada que yo.
SOBRE SILVIA NAVARRO
Silvia Navarro Giménez
(Valencia, 1979) se formó en la cantera del antiguo Mar Valencia Osito
L’Eliana, dirigido por Cristina Mayo, con el que consiguió proclamarse campeona
de la Champions en 1997, contando tan solo 17 años de edad. También perteneció a
otros clubes valencianos como el Ferrobús Mislata, Marítim Villegas y C. Bm.
Sagunt hasta que fichó por el Itxaco Navarra, donde jugó por espacio de seis
temporadas. Más tarde probó la experiencia extranjera, enrolándose durante un
año en el equipo rumano Olchim Valcea. En la actualidad, forma parte del Rocasa
ACE de Canarias. Silvia posee un palmarés envidiable como jugadora de club: 7
ligas de España y 1 en Rumanía; 7 Copas de la Reina; 3 Supercopas; 1 Copa de
Europa y 2 Copas EHF. Como portera de la Selección Española, con 123
internacionalidades en su haber, ha conseguido la medalla de bronce en los JJ.
OO. de Londres de 2012 y en el Mundial de Brasil 2011 y la de plata en el
Campeonato de Europa de 2014.
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