Tras
el éxito de sus novelas anteriores, Elisabet Benavent ha dado un paso adelante
en su trayectoria, breve pero intensa, como escritora y publica ‘El diario de
Lola’, editado por Aguilar, un diario ilustrado con estilo coqueto, glamuroso,
actual y cosmopolita, donde las mujeres y sus vidas son lo más importante.
Además de las ilustraciones coordinadas por ella misma, el diario ofrece un
relato erótico inédito y un sinfín de pegatinas para amenizar las veladas
románticas o cualquier día de la semana, sin olvidar las fechas más señaladas.
Sobre su nuevo trabajo, conversé durante unos minutos con la escritora
valenciana para quien «escribir es una necesidad, una forma de
autoreferenciarse y de ser feliz». Una vez más, este encuentro literario tuvo
lugar en el Room Service Lounge Bar del Hotel Ayre Astoria de València, que se ha
convertido casi en un estudio de grabación de entrevistas.
Elisabet,
¿’El diario de Lola’ a quién pertenece?
‘El diario de Lola’
pertenece un poco a las cuatro protagonistas y a la lectora de la saga Valeria.
Lo concebí como un homenaje a la lectora, que ha hecho posible que yo siga
escribiendo y que ahora dispone de la oportunidad de interactuar en el espacio
que le hemos dejado. En las páginas en blanco del Diario puede escribir y
compartir sus secretos y sus vivencias diarias con las protagonistas.
Con
ciento veinte mil libros vendidos, ¿a la hora de ponerte a escribir ahora,
sientes un cierto vértigo que desconocías cuando empezaste?
Se tiene el mismo miedo que
con el primer libro, pero sí es cierto que hay un cierto temor a no decepcionar
y cumplir las expectativas de los lectores. Como escritora tú tienes un estilo
y quieres mantenerte fiel a él, pero sin repetirte y conseguir ese equilibro no
es tarea fácil.
¿En
tus novelas predomina más la ficción o lo autobiográfico?
La imaginación es esencial,
los escritores vivimos de lo que imaginamos. El mundo que te rodea es
importante, pero el componente de imaginación no puedes dejarlo de lado. Mis
novelas no son autobiográficas. Con las chicas de la saga Valeria tengo en
común sus aspiraciones, sus sueños y su preocupación por el porvenir laboral,
pero no he vivido sus historias. Lo que es estupendo es plantear situaciones
que tú no has conocido y otras personas sí. Yo simplemente soy el hilo
conductor, la médium de todo esto.
Los
entendidos han bautizado el género que tú escribes con el nombre de chiquillit picante, ¿qué es el chiquillit picante?
El chiquillit es lo mismo que género romántico contemporáneo.
Literalmente significa literatura para chicas y bebe un poco de la tradición
heredada de ‘Sexo en Nueva York’ o ‘El diario de Bridget Jones’. Dentro de este
estilo han surgido subgéneros y el chiquillit,
que incorpora elementos eróticos, es uno de ellos.
A
la hora de escribir literatura erótica, ¿la escritora o el escritor utilizan
mecanismos distintos para atraer a un lector y a una lectora?
Creo que el sentido erótico
más desarrollado en el hombre es la vista, mientras que en la mujer es el oído.
En este género juega un papel más importante apelar al oído, mediante algunas
palabras susurradas por algún personaje, que otra cosa. De este modo la lectora
imagina lo que sucede. La fuerza del chiquillit
es la insinuación y no la exhibición, aunque por supuesto no pasa nada por incluir
cosas muy explícitas en las novelas. Hay que tratarlo todo con absoluta
naturalidad.
Mientras
planteas y escribes tus novelas, ¿piensas en los lectores?
Es muy complicado escribir
pensando en el lector. Una ha de escribir por impulsos, por lo que le nace en
cada momento. No pienso ni en hombres ni en mujeres. Si me planteo si va a
gustar o no, me lío y me quedo fuera. Hay que dejar aparte el mercado lector,
porque en la escritura todo fluye de un modo mucho más natural. Los hombres y
mujeres que leen mis libros ya saben lo que van a encontrar, no necesito colocarme
en sus puntos de vista para que lo comprendan.
¿Tus
novelas pueden servirle al lector masculino para conocer mejor la psicología
femenina?
Mi marido dice que mis
novelas son como una especie de manual de instrucciones. A veces las está
leyendo y, de repente, se sorprende, se ríe y me pregunta si de verdad pensamos
así sobre determinadas cuestiones. El lector ha de disfrutar con estas lecturas
igual que lo haría si estuviera viendo una comedia por televisión, porque en
realidad el chiquillit es un género
que permite pasar un buen rato. Es muy gratificante que, después de una jornada
de duro trabajo, los lectores consigan terminar bien el día gracias a la
lectura de cualquiera de mis novelas.
Volvamos
al ‘Diario de Lola’, algunos autores dicen que un buen diario ahorra la visita
al psicólogo, ¿estás de acuerdo con esta afirmación?
Totalmente. Hay algo
terapéutico, casi catártico, en el acto de escribir. El mismo hecho de ordenar
las ideas para ponerlas por escrito ya tiene algo de sanador. Escribir es un
ejercicio positivo, siempre que uno se prometa a sí mismo ser fiel a sus
propios errores.
Por
tus novelas aparecen varios personajes distintos: Valeria, Alba, Silvia, Beta
Coqueta… que forman un universo cerrado, ¿era este tu objetivo al escribirlas?
No sé si constituyen un
universo cerrado o no, pero la verdad es que forman parte de mi día a día. En
determinados momentos cobran vida casi real. Las lectoras de mis novelas, a
través de twitter, han creado una comunidad de personajes y cada lector va
construyendo su propio universo a través de su imaginación y mis novelas. En
los libros trato de no repetirme e intento que los personajes resulten de carne
y hueso al máximo, llenos de matices, como somos los seres humanos.
Por
lo tanto, ¿para disfrutar con ‘El Diario de Lola’ es indispensable haber leído
los demás títulos?
Resulta conveniente haber
leído la saga Valeria, porque si no el ‘Diario’ te puede descubrir contenidos
de alguna novela anterior.
¿Tienes
la sensación de que la gente, cuando se acerca a tus novelas en una librería,
piensa que se trata de un género menor?
Yo no creo en literatura
mayor o menor, creo en literatura simplemente. Soy una lectora voraz y pienso
que lo importante es leer. Cada libro cumple sus propios estándares y el lector
es el juez de su propia lectura. No hay que juzgar los libros por la portada y
en este sentido tengo la sensación de que no se aprecia lo suficiente todo el
trabajo de campo y de documentación que hay detrás de estas novelas. En general
se cree que, como es literatura para chicas, no hay que hacer ningún esfuerzo
para escribirla. Y eso no es así. La verdad es que ciertos géneros arrastran
prejuicios que hay que eliminar, porque si se mantienen alejan a unos lectores,
que podrían pasar un buen rato leyendo estas novelas que tratan temas
completamente cotidianos.
Dentro
de ese trabajo para construir la novela se encuentra también la forma, ¿trabajas
mucho la forma?
Por supuesto, la forma es
tan importante como el contenido. Cuando escribes te preocupas de que el ritmo
sea correcto, de que los personajes salgan redondos y dejen huella. Me interesa
mucho la construcción de los personajes, pero también cuido de que el
planteamiento, nudo y desenlace estén bien hechos y repaso cada parte del
libro, sin olvidar gramática y ortografía.
Escribes
en un blog, ‘Betacoqueta’, ¿para qué le sirve un blog a una escritora como tú?
En mi blog exploro ideas y
expreso pensamientos que no tienen cabida en mis libros. Hablo mucho de mi día
a día e incluso escribo artículos. El blog es un rinconcito donde reírme un
rato y desconectar, aunque últimamente no encuentro demasiados huecos para
hacerlo.
La
última por hoy: ¿trabajas ya en un nuevo proyecto?
Normalmente siempre llevo
dos proyectos literarios a la vez. Uno es el principal y otro el secundario. Cuando
me atoro en uno paso al otro y viceversa, así siempre me siento en continuo
movimiento, lo que me permite no agobiarme. Si llego a un punto en el que no
puedo seguir, cambio a la otra historia y seguro que al día siguiente o al otro
encuentro el modo de hacerlo. Por otro lado, te anuncio que el próximo 21 de
enero de 2016 saldrá a la venta mi nueva novela, que se titulará ‘Martina con
vistas al mar’.
Herme Cerezo
SOBRE ELISABET BENAVENT
Elisabet Benavent (Valencia, 1984) es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Cardenal Herrera CEU de València y máster en Comunicación y Arte por la Universidad Complutense de Madrid. En la actualidad trabaja en el Departamento de Comunicación de una multinacional. Su pasión es la escritura. La publicación en 2013 de sus novelas ‘En los zapatos de Valeria’, ‘Valeria en el espejo’, ‘Valeria en blanco y negro’ y ‘Valeria al desnudo’ se ha convertido en un éxito total de crítica y lectores con más de ciento veinte mil ejemplares vendidos, cuyos derechos audiovisuales han sido adquiridos por la televisión. En la actualidad se ocupa de la familia Coqueta.
431