Seis años después del éxito cosechado con ‘Lo
que esconde tu nombre’, Premio Nadal 2010, la escritora Clara Sánchez ha rescatado
de su letargo a los protagonistas, Sandra y Julián, de aquella novela para
escribir ‘Cuando llega la luz’ (Ediciones Destino), en la que vamos a conocer
qué ha sido de ellos tras su contencioso con los nazis refugiados en la
población de Dianium, un remedo de la localidad alicantina de Dénia. Sus vidas
han cambiado bastante y Sandra, ahora, es madre de un niño pequeño llamado
Janín, mientras que Julián, el cazanazis octogenario, ha ingresado en una
residencia de ancianos para no ser descubierto, aunque él ignora que las nuevas
camadas ultraderechistas andan tras su pista. Mientras que ‘Lo que esconde tu
nombre’ se ocupaba de la aberración moral del nazismo, la nueva entrega ofrece
otros elementos propios del thriller, como el sufrimiento de los personajes y
sus dualidades.
«Yo no hubiera escrito nunca este libro si no
hubiera tenido una relación personal con él. Mis novelas me salen de dentro y
son producto de una preocupación o de algo que me ha sucedido», explica Clara
Sánchez quien, tras residir durante su niñez en Valencia, vivió en Dénia siete
años. «Cuando llegué a Dénia tenía más o menos la misma edad que Sandra en la
novela. Yo vivía en el Caminal del Trampolí y a un lado, había un restaurante,
en cuya barbacoa ondeaba una cruz gamada, y al otro los apartamentos de Gerhard
Bremer, un jerarca nazi al que veíamos por la calle. Tenía fama de bonachón e
incluso había contratado trabajadores del pueblo para su servicio». Aquella
visión constituyó una fuerte impresión para la escritora de Guadalajara. «Fue
como un shock, porque yo vivía muy alejada de estos temas y, de repente, estaba
allí, ante mis ojos. Fue un encuentro brutal con la Historia».
Tanto le impresionó que ahora ha escrito de
nuevo sobre este mismo tema. «Lo que quiero dejar claro es que ‘Cuando llega la
luz’ no es una continuación de ‘Lo que esconde tu nombre’, sino su consecuencia.
Entonces, Sandra estaba embarazada y ahora es madre de un niño y Julián ha ingresado
en una residencia para la tercera edad porque allí vivió su amigo Salva y
piensa que puede descubrir más cosas».
Tras el tiempo transcurrido, el escenario ha
variado también. Los jerarcas nazis son ya muy viejos y los que no han muerto
viven, como Julián, en una residencia de ancianos. Pero ya hay una nueva
generación que viene a sustituirles. «En esta novela aparecen unos neonazis
bien organizados, que ya pululaban en la anterior. Es como si el mundo actual
me diera la razón, porque ahora mismo los grupos de extrema derecha se están
haciendo fuertes en varios países de Europa». El siguiente interrogante surge
solo: ¿qué papel juegan los viejos nazis en este relato? «Ellos fueron muy
peligrosos porque servían de cobertura, referencia ideológica y liderazgo a la
nueva generación, sin olvidar las barbaridades que cometieron en su momento.
Por eso en ‘Cuando llega la luz’ los viejos están al fondo del escenario y, en
primer plano, nos encontramos a los jóvenes que heredarán el poder cuando sus
predecesores mueran».
Los nazis, en contra de lo que pueda pensar o
suponer el imaginario colectivo, tienen una apariencia completamente normal,
casi bondadosa. «Eso es algo que vengo contando en mis novelas desde hace
tiempo: los monstruos se esconden tras caras agradables. Nos pasamos la vida
tratando de descubrirnos los unos a los otros, pero ha llegado un momento en
que no nos miramos a los ojos y solo nos dedicamos a las pantallas. No prestamos
atención a lo que nos rodea y los monstruos aprovechan esa circunstancia para
escabullirse. Vivimos el tiempo de la no atención. A través de Internet hemos
creado una sociedad cobarde, en la que a la gente se la despide de su trabajo a
través de un correo o en la que las relaciones personales se rompen mediante un
«whatsApp». Tal vez, la literatura lo que hace es impedir que muera esa forma
de observar los gestos humanos, de mirarnos cara a cara».
En ‘Cuando llega la luz’, a Clara Sánchez el
nazismo le sirve de pretexto para tratar otros contenidos. «A mí toda esta
peripecia me permite hablar de otras cosas, como la manipulación, la venganza y
la traición. En realidad, el germen de la novela se halla en la traición de un
jerarca nazi, algo completamente real y constatado». También se desliza a
través del estrecho linde que separa la justicia de la venganza y conduce a
que, en situaciones límite, una persona pase de ser víctima a verdugo. «No
somos radicalmente buenos, nadie lo es. Todo depende de las circunstancias y del
contexto en que nos encontremos. También hay amor en la novela, amor en todas
sus facetas, pero todo ello lo viven los personajes rodeados de peligro, inmersos
en escenarios extremos, lo que les obliga a sentirlo todo de un modo mucho más
intenso». Claro que algún personaje no lo percibe de ese modo. «Eso le sucede a
Santi, el padre del hijo de Sandra, que no se entera de nada, porque a nadie se
le ocurre contarle las entrañas de lo que está sucediendo. En este sentido
mientras escribía me recordaba al Cary Grant de ‘Con la muerte en los talones’».
Durante la escritura, Clara Sánchez, además, ha descubierto una nueva criatura,
Lucy, «que irrumpe en la novela con mucha fuerza y desempeña un papel
importante en el desenlace. Es una mezcla de candor y sabiduría que te
reconcilia con las personas, porque nos hace apreciar las cosas de primera
mano. Ella ha pasado ya a formar parte de mi colección de personajes favoritos».
El protagonista masculino, como hemos dicho,
es Julián, un personaje de thriller bastante atípico, porque es mayor y sufre
achaques cardiacos, lo que le convierte en un tipo poco apto para aventuras
trepidantes. «Muchas características de Julián proceden de mi padre, que le ha
prestado su corazón enfermo. Mi padre padecía problemas cardíacos y tomaba
muchas pastillas, las mismas que Julián. Pero también le he transmitido una
cualidad muy importante como es la de sentirse joven siempre, porque a él no le
gustaba ir de viejo, ni que lo tratasen como tal. No soportaba dar pena a nadie,
lo odiaba. Como él, Julián tiene una gran capacidad para sobreponerse a todas
las pegas que conlleva la vejez». La protagonista femenina, Sandra, alberga aspectos
de la propia Clara Sánchez. «En la novela, Sandra estaba embarazada, como yo lo
estuve también en los años que pasé en Dénia. Pero de este detalle me di cuenta
después de escribir el libro y ahora entiendo que la novela procede de una
serie de circunstancias que yo viví».
Escrita en primera persona, con alternancia
de los dos personajes principales, desde el punto de vista del creador, del
escritor, recuperar la misma voz y el mismo tono narrativo de la anterior
entrega tiene su aquel. «Bueno, eso es algo que vengo arrastrando ya de otras
novelas mías, como ‘Presentimiento’. Escribo en primera persona porque me
permite muchas cosas, entre ellas crear suspense. Todo lo que ocurre lo cuentan
ellos mismos y como son dos, que están dentro del mismo conflicto, los detalles
de uno pasan al otro. Así se completa la sensación de realidad para el lector.
Hubiera sido más fácil utilizar una tercera persona, que narra de cualquier
forma, pero me gusta mucho más la opción que he escogido».
Clara Sánchez es una escritora de indudable
éxito, ganadora de importantes premios literarios (Alfaguara, Nadal o Planeta).
Sin embargo, no siente el peso de la responsabilidad ante el lector cada vez
que publica una nueva novela. «No, lo fundamental para mí ha sido siempre el
reto conmigo misma. Yo me marco mis exigencias, que consisten en ser cada vez
más natural y más feliz con lo que hago. No escribo por escribir. Necesito que
cada mañana me apetezca sentarme e introducirme de lleno en mi trabajo. De
hecho, tras el éxito de ‘Lo que esconde tu nombre’, podría haber sacado esta
novela enseguida. Pero entonces no me apetecía escribirla y por eso han
transcurrido seis años. Estoy convencida de que si lo que escribo me gusta,
será más fácil que guste también a los lectores». Es decir, que de miedo al
papel en blanco, nada de nada. Sus temores llegan por otra esquina. «Soy
escritora desde niña y sé que si te publican de modo discreto y vendes poco,
desapareces. Eso me daba mucho miedo, desde luego mucho más que publicar ahora una
nueva novela. Por supuesto, siento preocupación mientras estoy escribiendo,
pero no es como al principio, cuando pensaba que un fracaso me podía apartar de
mi camino».
Herme
Cerezo
SOBRE CLARA SÁNCHEZ
Clara Sánchez (Guadalajara, 1 de marzo de 1955) pasó su infancia en Valencia y acabó estableciéndose en Madrid. Tras desempeñar otros trabajos, enseñó en la universidad y participó en distintos medios de comunicación. En 1989 publicó la novela ‘Piedras preciosas’, a la que siguieron, entre otras, ‘Últimas noticias del paraíso‘(Premio Alfaguara de Novela 2000), ‘Presentimientos’ (2008), ‘Lo que esconde tu nombre‘(Premio Nadal 2010) o ‘El cielo ha vuelto’ (Premio Planeta, 2013). Su obra, traducida a más de veinte idiomas, la ha convertido en una de las autoras españolas más reconocidas.
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