Hace diez años, millones de lectores se
rindieron ante Arnau Estanyol, el bastaix
(descargador) que ayudó a construir la Iglesia de Santa María, la catedral
del mar. Ahora su autor, Ildefonso Falcones, ha recuperado aquellos momentos y
con ‘Los herederos de la tierra’ nos ofrece una nueva recreación de la
Barcelona medieval, cargada de lealtades, venganza, amor y sueños por cumplir,
encarnada en la figura de su protagonista, el joven Hugo Llor. A eso de la
media tarde, el Coffee House de la
plaza Alfons el Magnànim de Valencia
sirvió de lugar de encuentro con el escritor barcelonés para conversar sobre
diversos aspectos de su reciente publicación.
Ildefonso, ¿estamos ante una segunda parte o
ante una continuación de ‘La catedral del mar’? No es una segunda parte de ‘La catedral del
mar’, porque ni es el mismo lugar, -ahora la historia se desarrolla
en el barrio de la Ribera-, ni aparecen los mismos personajes, se trata
de una continuación de la Barcelona medieval y no versa tanto sobre el mar como
sobre el vino.
¿Por qué la
necesidad de recuperar ahora un relato que continúa ‘La catedral del mar’? Todo el mundo quería que volviera, que
hubiera una segunda parte. Lo pedían los lectores y los editores… Cuando
publiqué ‘La reina descalza’ me planteé la posibilidad de escribirla y la
decisión fue bastante sencilla, porque resultaba muy atractivo continuar con la
Barcelona medieval.
Dos novelas dedicadas
a Barcelona, ¿qué significa esta ciudad para ti? Los lugares donde nos movemos nos afectan por
completo. Barcelona es mi ciudad, es el sitio donde he vivido, me he casado, he
tenido mis hijos y espero morir. Como ámbito intelectual, geográfico y como
forma de entender la vida es muy importante para mí.