Nº 538.- Paco Lloret entronca directamente con la
labor informativa, documentalista e historicista que, allá por los años sesenta y setenta, desarrollara
en València otro periodista señero: José Manuel Hernández Perpiñá. Aquel
hombre, que jamás manejó un ordenador, era un auténtico pozo de sabiduría
futbolística, aderezada por un inagotable archivo de los de antes, con fichas,
fotografías y recortes de periódico. Lloret camina por esa misma senda para
informar e ilustrar al aficionado, prueba de ello es la publicación de su nuevo
libro titulado ‘Bronco y copero’, editado por Árbena, en el que da rienda
suelta a su amor por la historia del Valencia C.F., utilizando como vehículo
transmisor el modelo del cuento o del artículo.
Paco, eres
periodista pero en el fondo parece que escondes una enorme vocación de
historiador.
Es posible, no digo que no. Estudié Derecho,
porque en 1977 no existía la carrera de periodismo en València y desplazarme a
Madrid era inviable. Alguien me dijo que me podía ser útil para mil cosas y le
hice caso. Del Derecho me gustaba su polivalencia y, de hecho, en 1989 me
sirvió para que me convalidasen el título y pudiera opositar a Canal 9, después
de demostrar que llevaba cotizados cinco años ininterrumpidos en medios
informativos.
Pero tu mente albergaba la idea del
periodismo.
Sí, claro. Tenía un vecino periodista, Alejandro García Planas, y una
vez le dije que quería ser como él. Me contestó que estaba loco, que me
olvidara. Recuerdo que empecé a colaborar en ‘Diario de Valencia’ justo el día
que el Valencia ganó al Nottingham Forest.
Has tocado la prensa
escrita, la radio y la televisión, ¿en qué medio te sientes más cómodo?
Me gustan los tres. En los años ochenta hice
muchas horas como colaborador de prensa escrita, pero donde más suelto me
encuentro es en la radio, que es el medio más fluido. En la televisión, antes
de cada programa tenías que pasar por maquillaje y esas cosas terminan por
romper un poco el ritmo.
¿Siempre quisiste
ser periodista deportivo?
Sí, quería ser periodista deportivo, pero me
gusta la radio en general. Hubo una época que estaba un poco saturado de
repetir siempre lo mismo y me planteé cambiar. Pero me di cuenta de que ya no
podía decidir por mí solo, porque mi empresa me pagaba para que desarrollase
aquel trabajo. José María García, que fue mi jefe, dijo una vez que le hubiera
gustado dejar el deporte y dedicarse a la información política.
Se desquitó la
noche del 23-F.
Desde luego.
¿Qué personas o
qué profesionales influyeron en tu carrera?
Hubo varios. El primero que me dio la
oportunidad en la radio fue Toni Insúa, un tipo singular, que pasó por Valencia
y dirigía un programa deportivo. Eduardo Alcalde fue mi primer director y con
él hice también informativos. Y, por supuesto, no puedo olvidar a José María
García al que ya he citado. A nivel de
una influencia más personal, he de destacar a Josep Vicent Aleixandre.
Eres valencianista
confeso, ¿recuerdas cómo fue tu primera visita a Mestalla?
Era un niño. Tenía seis años. Fui con mi
padre y me quedé fascinado. Era una combinación de muchas sensaciones que yo
había intuido a través del paisaje que mi padre había dibujado en mi imaginario.
Tenía ansiedad por ver cómo era un campo de fútbol de verdad. Recuerdo que fue
en septiembre, al atardecer, con las luces encendidas. Ver a los jugadores de
cerca me produjo un impacto muy grande.
Con el paso del
tiempo, ese Mestalla que descubriste aquella tarde bajo los focos ha cambiado
mucho.
Sí, lo he visto transformarse en todos los
aspectos. He visto entrenar al Valencia detrás de la grada frente a tribuna, recuerdo
las camisetas de los jugadores tendidas al viento, secándose. El último
encuentro que se disputó antes de la primera reforma fue contra el Betis. Al
día siguiente entraron las máquinas.
¿El nuevo Mestalla
puede influir en el rendimiento del Valencia?
Pienso que no. Al final el fútbol te lleva
hacia nuevos escenarios y ahora caminamos hacia el modelo del Wanda
Metropolitano.
Pero equipos que
apostaron por construir grandes campos, con pista de atletismo incluida, lo
pagaron con el descenso de categoría.
En eso estoy contigo. Todos los equipos, por
ejemplo la Real Sociedad o Las Palmas, que escogieron ese modelo, se
equivocaron totalmente. Y creo que ellos también lo saben y lo tienen claro.
Santiago Bernabéu,
Félix Oraa, Julio de Miguel, Agustín Montal, Vicente Calderón… no quedan ya
presidentes de club como aquellos.
No, no queda ningún presidente como aquellos,
el fútbol ahora es otra cosa, es terreno abonado para tecnócratas. El modelo que
ellos representan ya no existe.
Hace apenas una semana
falleció Jaume Ortí, el presidente de las dos ligas de Benítez, ¿qué significa
Ortí en la historia del valencianismo?
Creo que Jaume Ortí era una persona muy
humana, que sabía que lo que él hacía tenía un gran valor en un mundo donde
empezaban a prevalecer los intereses accionariales y las conspiraciones.
Atendía a todos por igual. Era sencillo, nada estirado, y no lo hacía por
postureo o por quedar bien, sino porque era su manera de ser. En ese sentido,
aportó un valor muy grande a las relaciones humanas.
Quizá fuera así
porque empezó en la base, como simple seguidor del Valencia.
Es probable. En 1971 apareció por Sarriá con
aquel abanico gigante. Era muy llano, gent
de poble, sus orígenes hay que buscarlos ahí.
¿Te atreverías a elaborar
una columna vertebral básica para una alineación del Valencia?
Las preguntas de este tipo me fastidian, porque
nunca puedes decir todo lo que quisieras. Creo que hay jugadores sagrados como
Puchades, Kempes, Fernando, Mestre, Villa, Arias, Cañizares…, que han de estar,
pero seguro que siempre faltaría alguien y no me parece justo.
Percibo que los
canteranos del Valencia no tienen la misma sensación de pertenencia a sus
colores que los de otros clubes y que, en cuanto pueden, emigran. ¿Te sucede a
ti lo mismo?
Yo no lo tengo tan claro. Pienso que si se
van lo hacen por probar otra cosa. Todo depende del momento que atraviesa cada
jugador. De todos modos, los grandes mitos del Valencia, aunque tuvieron buenas
ofertas para marcharse, se quedaron aquí: Puchades, Claramunt, Albelda, Arias,
Fernando…
Acabas de publicar
‘Bronco y copero’, un libro donde recopilas muchos de los artículos de ‘El
túnel del tiempo’, la sección que cada sábado escribes para ‘Las Provincias’,
¿cómo surgió la idea?
La idea era contar historias del Valencia
C.F., mantener viva la memoria y recuperarla. Hay aficionados que viven el día
a día y no conocen el pasado suficientemente y los que lo hemos vivido
necesitamos que esas historias no se olviden. Los que estamos en la pomada, por
decirlo así, creo que tenemos esta obligación de mantener la llama encendida.
Frecuentemente
estos artículos parecen cuentos.
Me gusta darle ese aire casi de cuentos,
porque los hace más atractivos. Resulta interesante cambiar el estilo y salir
un poco de la norma general para contar los hechos del pasado. Además, procuro
imprimirles un tono literario y me preocupo mucho de escribirlos correctamente,
con los datos exactos, para no desfigurar la realidad.
Nos detenemos en
la portada. Blanco y negro, muy evocadora. Di Stéfano, con el Millonarios,
frente a Sendra en Mestalla. En aquella época, Di Stéfano y Kubala llegaron a
jugar partidos amistosos vistiendo la camiseta del Valencia.
Así es y Didí también jugó con la camiseta
blanca, igual que hubo jugadores del Valencia que lo hicieron con el Real
Madrid y el F.C. Barcelona. Waldo participó en el homenaje tributado a Griffa
en el Metropolitano y Paco Gento en el de Roberto Gil. En los años sesenta, el
Valencia efectuó un viaje por México y Cardona, que era del Atlético de Madrid,
se alineó con los valencianistas y en la temporada 1979-1980, de esto no hace
tanto, Sempere formó parte del R.C.D. Español en una gira por Filipinas. Pero
eran otros tiempos, hoy esto resulta impensable.
Hay muchas crónicas interesantes en el libro, como la de un 4 a 3 del
Valencia al Barcelona el 19 de marzo de 1980, cuartos de final de la Recopa, un
enfrentamiento que me pilló fuera y que no he podido ver completo.
Es que, como
coincidía en la misma hora con otro partido de la Copa de Europa en el que
intervenía el Real Madrid, el encuentro no se emitió íntegro sino a ráfagas. Lo
que se encuentra en Internet, con comentarios de José Félix Pons, es lo que
queda.
En uno de los artículos descubro que a Pedro Cortés le gustaba el
Valencia uniformado con camiseta y medias blancas y pantalón negro.
Sí, decía que le recordaba a la selección de
Alemania. Las medias se cambiaron para la final de Copa de 1999, ahora son
negras. A mí me da igual, pero si le dices a un chaval de veinte años que has
visto jugar al Valencia completamente de blanco te mira como si estuvieras mal
de la cabeza.
Creo que ‘Bronco y
copero’ es un magnífico libro de mesita de noche, de esos que se leen con
sorbos cortos.
Desde luego. A mucha gente su lectura le
proporcionará otra visión de cosas que vivió y no recuerda. Se puede leer a tu
aire, sin orden, centrándote más en unos periodos que en otros. ‘Bronco y
copero’ no te obliga a seguir un hilo narrativo, son relatos independientes.
Tu labor, y la de
otros colegas tuyos, es encomiable. Sin embargo resulta triste que el Valencia
C.F. no se haya ocupado de su propia memoria.
No sé porqué, pero se ha producido una
notable dejadez en estos temas de archivo. Durante mucho tiempo el club ha
vivido al día y luego ha sufrido cambios radicales, sin darle importancia a ese
aspecto. Han hecho cosas pero sin vocación de continuidad. Ahora han creado un
departamento de patrimonio histórico y, a partir de ahí, han recuperado
material y la situación ha mejorado.
De aquella sala de trofeos que había antiguamente en las oficinas del
club en Mestalla, ¿queda algo?
Lo conservan
todo, pero desgraciadamente está disperso.
Cambiamos de tema.
¿No hubo forma humana de que nadie comprase el Valencia C.F. cuando salió a la
venta?
El tema de la venta fue producto de la propia
inercia de los acontecimientos y era imposible que de aquí surgiese un
comprador. El único que podía hacerlo estaba claro que no lo iba a comprar. Y
le comprendo perfectamente. El fútbol tiene una capacidad destructiva tremenda
y para qué se iba a exponer a que le destrozase la vida.
Pero con el actual
comprador da la sensación de que el club está dividido en dos: por un lado, el
equipo y, por otro, el staff, la
cúpula.
Los actuales propietarios contemplan el
fútbol desde la óptica de lo que son. Creo que tienen como un cordón de
aislamiento desde donde piensan que las decisiones las toman sólo ellos. Antes
se podía influir en determinadas cuestiones, ahora ni en sueños.
Para la prensa
española para que sólo existen Real Madrid y F.C. Barcelona, ¿tiene mejor
cartel el Valencia C.F. en Europa que en su propio país?
Sin duda. En Europa, el Valencia tiene un
nombre. Eso es innegable. El otro día hablé con dos periodistas, uno italiano y
otro francés, que viven aquí, y para ellos el Valencia es uno de los grandes
del fútbol español, que ha vuelto para recuperar el lugar que le corresponde.
Y en el año 2019,
el Centenario.
El Centenario es un punto de inflexión, es la
oportunidad de poner en valor todo lo que el Valencia significa y supone.
¿Habrá pronto un ‘Bronco
y copero 2’?
En el acto de la presentación me lo
preguntaron y dije que no me lo había planteado. La verdad es que no lo sé.
Esperemos a ver cómo funcionan los más de noventa relatos que hay en el primer libro.
¿Pero tienes
suficiente material?
Empecé a escribirlos en septiembre de 2014 y
debo tener unos ciento veinte relatos, aproximadamente, si bien es cierto que
algunos, por su carácter coyuntural, tal vez no encajen en un libro.
¿Has disfrutado con su escritura?
Sí, mucho, aunque para el libro sólo me he
dedicado a corregir lo que ya tenía hecho. La verdad es que escribir los
artículos me sirve de válvula de escape para evadirme del día a día, pero como
son tantos he llegado a pensar que tal vez en algún momento se me secará la
imaginación [sonrisa].
La última por hoy:
tú ahora retransmites los partidos desde el estudio de CV Radio, ¿no echas de
menos el ambiente de Mestalla?
Esa misma pregunta me la ha hecho mi mujer
este mediodía. Llevo dos años sin pisar el campo y, aunque el año pasado, por
lo mal que lo pasamos, me sentí aliviado de no estar allí, esta temporada sí
que me apetecería acudir alguna vez a Mestalla.
SOBRE PACO LLORET
Francisco Lloret Jerez (València, 1960), más conocido como Paco Lloret, es un periodista con casi treinta y cinco años ininterrumpidos de información e investigación deportiva a sus espaldas. Tras pasar por varios medios de comunicación, fue jefe de Deportes, subdirector de Radio Nou y presentador en Canal 9 del añorado ‘Minut a minut’, un programa que, cuando la Liga de fútbol se jugaba los domingos y algunas fiestas de guardar, cerraba la jornada con el repaso de lo sucedido en los distintos terrenos de juego de la geografía hispana. Actualmente, es el director de un nuevo proyecto radiofónico, CV Radio, en el 94.5 del dial, y un asiduo articulista del diario ‘Las Provincias’. Como escritor, además de sus múltiples colaboraciones en prensa, Lloret es autor de los libros ‘Club de tenis Valencia’, ‘Rafael Benítez: retrato de un entrenador’, ‘Camp de Mestalla’, ‘Crónica de un desencuentro. Valencia Vs R. Madrid’, ‘Fútbol y cine. Dos mundos de pasión’ y ‘Bronco y copero’. En colaboración con otros autores, participó
también en el volumen ‘Once titulares’.