La O.F.C.V. en una visita a Teruel |
1.- ORÍGENES
En el mes de enero del año 1950
el maestro Daniel Albir Gordillo con el apoyo del R.P. Salvador de Rafelbunyol, Consiliario de la Hermandad Católico-Ferroviaria, fundó en la capital del Turia la Orquesta Ferroviaria de Cámara de València. La orquesta estaba compuesta por un grupo de profesores, unos profesionales, otros no, que acudieron al nuevo elenco con un espíritu puramente amateur, es decir, sin percibir etribución alguna por el ejercicio
de sus funciones artísticas. Este ideario fue recogido en un pequeño folleto,
editado por la propia Orquesta en el mes de marzo de 1958, donde se explicaba lo
siguiente: “La característica más
destacada de esta Orquesta – formada por treinta instrumentistas de arco – por
la que es acogida siempre con el mayor agrado, es la de que sus componentes,
sin dedicarse profesionalmente a la música, la cultivan en su especialidad de
cámara, con generoso desinterés material y gran visión sobrenatural, como expansión
artística de su ordinaria labor profesional, haciendo de la música - el arte que más eleva a Dios – un
instrumento de apostolado”. Al principio, fueron un pequeño grupo
de amantes de la música clásica que, progresivamente, se convirtió, con sus
altibajos, en una nutrida formación que consolidó un interesante y extenso
repertorio, algunas de cuyas piezas llegaron a interpretar “de memoria”.
Diez años después, ese mismo
espíritu continuaba vivo, tal y como se hace constar, en palabras de Salvador
Grech, en otro pequeño folleto, también editado por la propia Orquesta, con
motivo del décimo aniversario de su fundación: “Únicamente los Técnicos y Profesionales del Arte Musical saben las
dificultades que es necesario vencer a lo largo de diez años para mantener vivo
el entusiasmo de ese conjunto de verdaderos profesores que desinteresadamente,
sin ánimo de lucro, dedican muchas de sus horas libres a ensayas y preparar
nuevas obras con las que aumentar su repertorio y deleitarnos con sus maravillosos
Conciertos”. [i]