«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

lunes, 8 de junio de 2020

Greta Alonso: «Me interesa profundizar en los personajes, saber las causas que llevan a una persona a cometer un crimen»


Nº 603.- «He decidido no desvelar mi identidad. Vivo en un mundo ajeno al universo literario y prefiero permanecer a este lado, dando forma a mis tramas en un segundo plano. Siempre he creído que el secreto del éxito de un libro es el propio libro, no quien lo haya escrito, así que he decidido que mi novela hable por mí».  Quien así se expresa es Greta Alonso, una escritora que vive asomada al Cantábrico, cuya formación como ingeniera le ha llevado a trabajar en distintas empresas del sector. Ella es amante del cine y del deporte y hasta ahora ha escrito distintas novelas cortas y relatos, todo inédito. Sin embargo, recientemente ha decidido dar un paso más y sacar a la luz, bajo seudónimo, su primera novela, ‘El cielo de tus días’, publicada por Planeta, y cuyo punto de arranque es la aparición de un mechón de pelo junto a un inquietante anónimo, que provoca la reapertura del «caso Alicia», una joven asesinada hace quince años en un monte de Cantabria; el hecho podría confirmar una terrible sospecha: ¿y si el autor del crimen no fuera el hombre encarcelado por ello hace más de una década? El primer viernes de junio conversé durante unos minutos con Greta Alonso para hablar de su novela. Fue una entrevista telefónica, sin rostro, solo su voz, que fue registrada por la grabadora. El piloto rojo, encendido, me indicaba que ya estábamos hablando. El tema del seudónimo quedó aparcado hasta el final de la charla, con un adelanto casi al comienzo. En realidad, lo que interesaba era la sustancia de sus más de cuatrocientas noventa páginas.
¿Por qué escribe Greta Alonso?
Bueno, escribir surge de una necesidad que he sentido siempre, porque llevo contando historias toda mi vida. Lo que ocurre es que ninguna de ellas ha sido tan ambiciosa como este libro. Hasta ahora eran relatos y cuentos, nunca me había atrevido a dar el salto a la novela.
Le pediste a la editorial publicar con seudónimo y en una entrevista has manifestado que: «establecí esa condición desde el principio; de hecho, la novela ha estado a punto de no publicarse por ese motivo. Yo sufrí un episodio de estrés extremo y no supe manejarlo, entonces tengo que ir con mucho cuidado». ¿‘El cielo de tus días’ tiene un valor terapéutico para ti?
Sí, para mí escribir es terapia, algo que me permite evadirme de mi día a día, de mi rutina, de mi trabajo… Yo me introduzco en la trama y me siento totalmente ajena del exterior. La lectura, y mucho más la escritura, son valores refugio para mí.
¿Te desenvuelves igual de cómoda en la novela que en el relato?
La novela es más divertida, hay que ir encajándolo todo, aunque es verdad que hay que tener más orden en lo que haces. Me gusta que las novelas sean auto conclusivas, que se cierren, que tengan un final.
Has debutado en la escritura con el género negro, un género complejo para escribir, que se rige por sus propias normas. ¿Por qué decidiste empezar con un thriller?
Lo he utilizado porque me divierte. Me divierte ir encajando las piezas de un rompecabezas. Esto es una especie de galimatías, que una ha de resolver y yo lo he utilizado también para introducir crítica social, algo que en otros géneros es mucho más complicado de hacer. De todos modos, a la novela había que ubicarla en algún género y la han calificado como thriller, porque hay un crimen y una investigación policial, pero tiene mucho de novela literaria. A diferencia de otras obras del género negro, yo entro mucho en la psicología de los personajes y utilizo sus miedos y frustraciones como elementos de crítica social también.
Pero ‘El cielo de tus días’ encierra también una historia de amor, ¿estamos ante un thriller disfrazado de historia de amor o una historia de amor disfrazada de thriller?
Diría que son dos historias paralelas, que se entrecruzan. La historia de amor es transversal y nada romántica. Los personajes se autoengañan y no quieren admitirlo. La novela es muy real, muy cruda, y en ella vemos lo peor de las personas.
Cítame alguno de tus escritores favoritos dentro del género negro.
Leo género negro, pero no exclusivamente. Me gusta mucho Benjamin Black, Dolores Redondo, Toni Hill y Tana French, una escritora irlandesa que me interesa porque entra en la psicología de los personajes. No me interesan esos clichés, que se centran en la trama y no profundizan en los protagonistas y en los motivos que tienen para comportarse como lo hacen. Pretendo ir más allá y analizar las causas de por qué una persona comete un crimen.
¿Qué imagen o qué suceso propició la escritura de ‘El cielo de tus días’?
La novela nace del primer capítulo, cuando Álex Brul, el protagonista masculino, se levanta de la cama por la mañana y percibe una sensación funesta, que lo derrumba, que le hace sentirse agobiado y asfixiado por su rutina y por su relación de pareja. Además, en ese instante sopla un viento Sur que, en Bilbao, es bastante duro. Ésa fue mi idea inicial. Después, cuando Brul llega a trabajar, aparece el mechón de pelo y, a partir de ahí, es cuando surge todo lo demás.
¿Anduviste mucho tiempo madurando y dándole vueltas a esa idea inicial antes de sentarte a escribir?
Sí, muchísimo. Por mi trabajo y la vida me cuesta mucho encontrar el momento para escribir. Pero la escritura en sí ha sido casi compulsiva. Todo fluyó muy fácil. Las ideas estaban en mi mente y habían madurado lo suficiente.  
¿Conocías el desenlace de la novela desde el primer momento o fuiste descubriéndolo durante el proceso creativo?
No, no conocía el desenlace. Durante la escritura, los personajes me fueron guiando y, cuando estaba terminando, me di cuenta de cuál tenía que ser el final de la novela. Y lo cierto es que no cabía otra opción, después de conocerlos, de ver cómo eran y cómo se movían en la trama. Sus motivaciones y su pasado no podían acabar de otro modo.
Greta Alonso (imagen suministrada por Planeta)
Natalia y Álex, los dos protagonistas, se alternan en la narración en primera persona, ¿por qué escogiste esta estructura?
Me parecía una estructura más dinámica, porque me permitía entrar en la mente de los personajes y ver que lo que piensan no siempre está en consonancia con lo que dicen o hacen. Álex y Natalia mienten, también a sí mismos, se autoengañan y me parecía interesante ver hasta qué punto las personas somos hipócritas con nosotros mismos.
¿Te ha resultado fácil introducirte en la piel de Álex?
La verdad es que sí y, además, ha sido muy divertido. De hecho, prefería escribir sus capítulos antes que los de Natalia.
Ellos dos y el resto de los personajes como Néstor, Rocío, Salas o Pinedo, entre otros, son tipos oscuros, atormentados, que no están a gusto con sus vidas.
Sí, pero los motivos que tienen para estar atormentados no son extraños, no han tenido una infancia atroz o traumática, los suyos son motivos cotidianos, que nos podrían pasar a cualquiera de nosotros.
Has narrado la historia de tal manera que aquí todos son sospechosos.
Es lo que pretendía, porque cada uno de ellos oculta algo. Al final todos los personajes tienen puntos oscuros, no hay ninguno que sea completamente blanco o negro, son grises. Quería demostrar que los personajes no eran planos sino redondos y llenos de matices.
La novela la escribiste por capítulos, capítulos que entregabas a unos pocos amigos, muy pocos, que los leían y te daban su opinión. ¿Escribir de ese modo no te producía estrés?
Sí, pero también me hacía feliz. Si no lo hubiera hecho así, tal vez hubiera abandonado. Ellos me pedían más y yo tenía que escribir más. De paso, me iba retroalimentando con sus opiniones y creo que eso es bueno, porque cuando uno se mete en una novela lleva entre manos algo subjetivo y piensa que está escribiendo una maravilla. Sin embargo, desde fuera, pueden verlo de otro modo y nos ponen los pies en la tierra.
Entonces, ¿has escrito la novela pensando en ti o en esos lectores que opinaban?
La he escrito pensando en mí, pero sí es cierto que estas personas, que me iban informando, de alguna manera me obligaban a cambiar cosas de la novela.
Una buena parte de ‘El cielo de tus días’ transcurre en Bilbao, ¿Bilbao resulta buen escenario para una novela negra?
Para mí es un lugar ideal. Su luz plomiza, en sus días grises, creo que es perfecta para una novela de intriga. Bilbao es una ciudad cosmopolita, que tiene mucho movimiento, industria, turismo, el Guggenheim, pero al mismo tiempo ha sabido mantener las tradiciones y su esencia. Yo ahora mismo paseo por sus calles y la reconozco, sé que estoy allí. Sin embargo, hay ciudades que han perdido la identidad.  
¿Por dónde anda Greta Alonso en la novela?
Me encuentro en todos los personajes. Me veo incluso en Alicia, la chica asesinada. Hay mucho de mí en ella.
¿Llevas algún nuevo proyecto literario entre manos?
Sí, he escrito más cosas. Esta novela la acabé en julio de 2017, lo que ocurre es que no sé cómo va a funcionar, de momento va bien, y tampoco sé cómo voy a funcionar yo misma en este mundo de la literatura. Hasta ahora el tema del seudónimo me permite mantener una cierta distancia, pero he de ver cómo resulta todo antes de volver a publicar.
Acabemos con un poco de humor. Hace un par de años entrevisté a un escritor, que escribió un cuento donde el narrador decía que estaba harto de asistir a presentaciones y entrevistas. En su idea, pretendía contratar a alguien que asumiese su papel. Greta, en realidad, ¿eres tú la escritora o he conversado con otra persona?
[Sonrisa telefónica, leve] No, no, claro que soy yo. Te lo garantizo. En el caso que planteas se trataría de una impostora. Y no es eso. Yo dejé claro en la editorial lo que iba a hacer y lo que no. Las entrevistas telefónicas las llevo bien, porque las hago desde casa y muy a gusto. Hacerlo de ese otro modo sería una impostura como digo. Tengo un perfil en Instagram y oculto muchas cosas de mi vida, pero lo que digo ahí es totalmente cierto. No he creado un personaje que sea Greta Alonso. Todo lo que se ve de ella es verdad.