«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

viernes, 29 de septiembre de 2023

Javier Moreno Luzón: «Alfonso XIII cubrió un reinado largo de casi treinta años, un tiempo complicado y en evolución, como el propio monarca»

 

Javier Moreno Luzón
(fotografía cedida por Galaxia Gutenberg)
Nº 671.- Javier Moreno Luzón (Hellín, 1967) es catedrático de Historia del Pensamiento y de
los Movimientos Sociales y Políticos en la Universidad Complutense de Madrid, donde desarrolla su labor docente e investigadora desde 1997. Su
curriculum le ha llevado a trabajar y colaborar con múltiples organismos nacionales e internacionales. Como historiador se ha especializado en la vida política de la España de la Restauración y ha publicado múltiples trabajos sobre clientelismo, partidos, elecciones, parlamentarismo, elites, monarquía y nacionalismo español. Costó mucho tiempo conseguir esta entrevista. Pero la espera mereció la pena. Se pospuso un par de veces porque Javier Moreno se encontraba fuera de España. Pero con el inicio del nuevo curso académico, las circunstancias cambiaron y fue posible conversar con él acerca de su nuevo libro, ‘El rey patriota. Alfonso XIII y la nación’ (Galaxia Gutenberg), donde aborda la biografía del monarca, cuyo reinado precedió al advenimiento de la II República Española. Un libro, imprescindible, diseminado por muchos escenarios para obtener una imagen fidedigna del tiempo que le correspondió vivir a Alfonso XIII. Un libro, armado bajo un estilo que roza la literatura desechando la ficción, coto vedado para los historiadores. Un libro, cuya lectura acomete el lector y muy pronto, como si de un puzle se tratara, descubre que él mismo, guiado por la experta mano de Moreno Luzón, va construyendo la propia vida del rey y su imagen. Fue el quince de septiembre, por teléfono, cuando durante casi una hora conversé con el catedrático de la Complutense madrileña, mientras en València caía una tromba de agua, amenizada por rayos, truenos y relámpagos sobre un cielo gris algodonoso y oscuro.   

Javier, supongo que ‘El rey patriota. Alfonso XIII y la nación’ es un libro que ha ido fraguándose a lo largo del tiempo, producto de otras investigaciones tuyas.

Sí, aunque sea un libro relativamente moderado en su volumen, es fruto de muchos años de trabajo y en sus páginas he tratado de sintetizar a mi juicio los asuntos fundamentales del reinado de Alfonso XIII.

Como todo historiador buscas fuentes y documentación para sustentar tus afirmaciones. Después de treinta años de trabajar en torno a la época del reinado de Alfonso XIII, tú ya te has convertido en referencia para otros investigadores. ¿Qué sientes cuando alguien te cita o incluye uno de tus títulos publicados en la bibliografía?

Mucha alegría, claro. El hecho de que un libro tuyo sea leído y debatido, aunque no todo el mundo coincida con tus apreciaciones, y que mucha gente lo considere como algo valioso, produce una gran satisfacción.

domingo, 17 de septiembre de 2023

Manuel Ríos San Martín: «Los animales tienen un alto concepto de la justicia, pero nosotros la sofisticamos mucho más»

Copywright: Hermezo

Nº 670.- Ha recorrido ya media geografía española con la promoción de su nueva novela.
Manuel Ríos San Martín acaba de publicar ‘El olor del miedo’ (Planeta), un thriller singular, en el que la policía debe aclarar el asesinato – perdón, no sé si se puede denominar así – de Blanca, una elefanta albina del Bioparc de València. Con ese punto de partida, Elena, una veterinaria de dicho centro, ayudada por su pareja, Cristina, y por su compañero Sidy, trata de averiguar qué se oculta detrás del crimen. Pero la policía, representada por los inspectores JP y Violeta, un veterano de colmillo algo retorcido y una casi debutante, también tercia en el asunto e investiga lo sucedido. Por en medio, la trastienda, las bambalinas de unos personajes que no son de trampa ni cartón, sino criaturas que viven su propia existencia al margen de su oficio policial. A las cinco de la tarde de un martes de septiembre, mientras por la calle ululaban las sirenas de los vehículos policiales o de los bomberos, tan usuales por la zona que habito, comenzamos nuestra conversación.
 

Manuel, ¿cómo surge la idea para escribir ‘El olor del miedo’?

Desde niño me fascinan los animales. En vez de libros infantiles, mi madre me leía enciclopedias de Félix Rodríguez de la Fuente. Por lo tanto, es algo que siempre he llevado en mi cabeza. En una estancia en València, coincidí con Pepa Crespo, responsable de comunicación del Bioparc. Me interesó lo que le escuché decir y le pregunté si podría visitar la instalación. Abusando de su amabilidad conviví junto a los cuidadores durante tres o cuatro días. Así conocí la operativa habitual con los animales. Pasé una noche allí y se me quedó la imagen de un lugar misterioso, lleno de ruidos nocturnos. Sin duda daba pie a contar un policíaco que se desarrollase en aquel entorno. La muerte de la elefanta era el nexo de unión de todas las ideas que había ido almacenando en mi cabeza.  

Tú eres director de cine, guionista y escritor, ¿los procesos creativos son muy distintos?

Digamos que el inicio es muy parecido, pero en cuanto te sientas a escribir es muy diferente, porque un guion cinematográfico es algo muy escueto, con poca acción y muchos diálogos. Después un montón de personas, actores, músicos, etcétera, va a mejorar tu trabajo, mientras que en un libro solo estás tú, con tu imaginación, y el lector, al que has de proporcionarle todos los datos, ya que nadie lo va a hacer por ti.

Imagino que eres consciente de que ‘El olor del miedo’ es una novela muy visual, muy para la gran pantalla.

Lo que me gusta de la literatura es que el lector vea en su cabeza lo que yo le cuento. No me interesa una escritura que le deje fuera. Siempre intento que se sienta como en el escenario donde están mis personajes. Para eso he de recrear también la parte visual. Por ejemplo, si están en un zoológico por la noche y los personajes pasan miedo, pretendo que el lector lo perciba también. Por tanto, en ese sentido, mi forma de escribir sí es muy visual.  

‘El olor del miedo’ tiene 549 páginas, divididas en 136 capítulos bastante cortos, ¿por qué has escogido esa estructura?

Me salieron un poco así, pero es verdad que vivimos una época en la que todo es muy inmediato, muy breve. Nos movemos por las redes sociales, por los tuits o por Tik-Tok y la gente se ha acostumbrado a mantener la atención durante periodos cortos. En consecuencia, esa estructura funciona muy bien. También es una pequeña trampa que los escritores tendemos a los lectores, que consumen lectura muy deprisa y que, cuando acaban un capítulo, piensan que necesitan leer otro, que también es corto, y de este modo leen unos cuantos más.  

Como has anticipado, la novela se inicia con la muerte de Blanca, una elefanta albina del Bioparc de València, ¿los elefantes albinos son una especie escasa?

Sí, hay pocos, pero los hay. Y también leones y tigres. No es que sean blanquísimos, tienen un tono rosado, pero se percibe bien que son albinos. En Barcelona tuvimos el ejemplo de Copito de Nieve, que era un gorila blanco y esa especie sí que escasea.

En España matar a un animal no se considera asesinato. ¿La policía investiga esos casos con procedimientos análogos a los que utiliza en las muertes de los seres humanos?

Antes de escribir la novela me puse como condición hablar con la policía. Formulé la consulta y me respondieron que este caso concreto lo investigarían exactamente igual que si se tratara de un ser humano. Y bajo esta premisa comencé a trabajar. Luego es cierto que el castigo es mucho menor, porque creo que la pena por matar a un animal como el que nos ocupa es de unos dieciocho meses. Una cosa distinta es que el inspector, que he introducido en la novela, resulta un tanto descreído por tener que investigar la muerte de un bicho, aunque a medida que avanza en sus pesquisas su punto de vista cambia un poco.