«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

lunes, 19 de febrero de 2024

Paco Roca: «Los seres humanos necesitamos un entierro digno y un ritual que nos permita mostrar en público nuestro dolor»

Copyright@hermezo24
Nº 679.- La verdad es que acudo a la cita con Paco Roca con el propósito de hablar con él acerca de su nuevo cómic, ‘El abismo del olvido’ (Astiberri), publicado conjuntamente con Rodrigo Terrasa. Sin embargo, apenas ha transcurrido una semana desde que Radio Televisión Española le dedicase uno de los programas de la serie  ‘Imprescindibles’. Así que el dilema está servido. ¿De qué le pregunto? Pero la disyuntiva se disipa con rapidez. Lo mejor que se puede hacer con Paco Roca es hablar sobre Paco Roca, a quien conocí a comienzos del año 2008, cuando recién había publicado su ya eterno álbum ‘Arrugas’, con el que empezaba a derribar barreras y eliminar prejuicios sobre la capacidad del cómic como medio de expresión artística. Ya en aquella primera entrevista, el artista valenciano se mostraba absolutamente convencido de que todo, absolutamente todo, se puede contar mediante el lenguaje del cómic. Y a demostrarlo se ha dedicado a lo largo de sus sucesivas entregas. En ese sentido, Álvaro Pons, otro monstruo del mundo del cómic, hablaba en Babelia de «la magistral perfección a la que ha llegado Roca para crear imágenes que se clavan directamente en nuestras retinas y nos revuelven la conciencia». Paco ha conseguido convertir en realidad su ilusión de siempre: contarnos la vida, con sus memorias y desmemorias, en dibujos hablados. Con sus rotuladores y lápices es capaz de trasladar al papel cualquier cosa que se le venga a la cabeza. Y su trabajo ha elevado más aún, si cabe, la categoría del arte de la historieta. Galardonado con el Nacional de Cómic y el Premio Eisner, entre otros muchos reconocimientos, Paco Roca necesita poca presentación. Y desde hace un tiempo se ha salido de la viñeta de papel para extender su actividad a otros territorios, como los murales urbanos. Ha bajado el cómic a la calle, lo ha puesto en circulación, lo ha incorporado a nuestras vidas como una parte más de la existencia. De todo ello, por supuesto también de ‘El abismo del olvido’, cuya autoría comparte con Rodrigo Terrasa, y de otras muchas cosas hablamos el primer viernes de febrero en una cafetería del barrio de Patraix. Por la calle pasaba el frío, aunque no mucho. Este año el invierno nos lo ha dosificado a cuentagotas. Al fondo de nuestra conversación  soplidos cansados de la cafetera, tráfico de croissants y tostadas y el deambular de otras personas que, junto a nosotros, desayunaban o bebían café. Paco hablaba sobre detalles del mundo de la edición. Conecté la grabadora. Justo entonces. In medias res. Piloto rojo encendido. Y lo que sigue es lo que registró durante nuestra charla.

PR.- …Acabamos de vender los derechos de ‘La casa’ para Sudamérica. El sudamericano es un mercado complicado. Allí los cómics resultan muy caros, porque veinte euros, que aquí es un precio más o menos razonable, los convierten casi en un producto de lujo para países como Argentina o México. Además, hemos tenido también algunos problemas en la distribución. No sé lo que ocurre, pero siempre hay algo que hace que la cosa no termine de funcionar. Y es una verdadera pena, porque es un mercado con un potencial enorme.

HC.- Paco, me sabe mal que te hayas tenido que quitar el pijama para acudir a esta entrevista, aunque a estas horas tan tempranas no sé si quedaría demasiado bien venir vestido así…  

PR.- Cada vez lo llevo menos tiempo. Hoy tengo un día de locos: una firma, unas reuniones, una tertulia y la inauguración de la exposición de ‘Regreso al Edén’ en Riba-roja. Ya no me quedan días tranquilos. En el ‘Imprescindibles’ del otro día, Elvira Lindo decía que, cuando las cosas te van bien, se produce una especie de conspiración para que no sigas trabajando. Y es cierto. Durante este año he conseguido seguir produciendo al mismo nivel, pero al precio de no disponer de tiempo para nada más. Y por ahora he de seguir así.