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Estudió
Bellas Artes y en los años sesenta y setenta, se ganaba la vida como fotógrafo e
ilustrador freelance, además de participar en algunas exposiciones de pintura y
de fotografía y de diseñar y construir lo que él llamaba “cúpulas geodésicas”.
Gracias a sus diversos viajes por Estados Unidos, conocía de primera mano la
cultura underground, tanto los comix como la literatura de Jack Kerouac o Allen
Grinsberg. A finales de los años setenta, se cruzó con el editor de cómics Josep
Toutain; ambos vivían en La Floresta (Barcelona) y colaboraban en el boletín de
la asociación de vecinos de esta localidad, titulado El enterao; Toutain
escribía, Berenguer ilustraba. Cuando Berenguer le explicó a Toutain que quería
fundar una revista de artes visuales, hablando de pintura, ilustración, cine,
fotografía y cómics, éste le respondió que le dejaba el dinero si editaba una
revista de historietas. Y así lo hizo.
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Josep Maria Berenguer (Foto: Entrecomics) |
En
1979 nacía El Víbora, una publicación comprometida, contracultural,
urbana e independiente, que se convirtió en un referente para más de una
generación de lectores y de autores. Allí publicaron algunos de los mejores
creadores de la historieta nacional e internacional. El Víbora apostó por
los cómics de calidad, personales, aportando una pequeña gran revolución a la
industria de la historieta española, y dando a conocer a creadores de la escena
independiente de todo el mundo. Ediciones La Cúpula, la editorial de Berenguer,
publicó otras revistas, como Makoki (1982), Kiss Comix (1991) o
Claro que sí cómics (2005), y multitud de álbumnes y de novelas gráficas.
Berenguer, además, estaba especialmente motivado con la promoción y divulgación
de la historieta, participando en diversas actividades, como concursos, charlas
y debates.
Nota de prensa facilitada por FICOMIC