Ángel Gil Cheza acaba de
publicar ‘Pez en la hierba’, una novela editada por Suma de Letras en la que nos
habla de Miquel Ortells, un editor que regresa a su pueblo natal, Vila-real
para cuidar de su padre, convaleciente tras un ataque al corazón. En su antiguo
domicilio familiar, que se alza junto al río, se enfrentará a los problemas que
un día le empujaron a marchar, en especial, el divorcio de sus padres
enturbiado por el asesinato de dos niñas de trece y diecisiete años. Gil Cheza
procede del mundo virtual, quizá una de las pocas salidas que quedan
disponibles para los autores que intentan labrarse un porvenir dentro del
panorama literario actual. “La
autoedición es un camino, o lo fue, que permite llegar al gran público, que era
mi gran obsesión. Para que una editorial se fijara en mi trabajo era preciso
acceder primero a los lectores. En su momento, ingenié un montón de planes, que
no llegué a llevar a cabo, y desarrollé
la misma estrategia comercial que utilizaban los grupos de música en los años
noventa para llamar la atención sobre sus composiciones. De todos modos no hay
que engañarse: la suerte y la calidad de lo que escribes influyen mucho en el
resultado final de tu esfuerzo”.
LA ELECCIÓN DEL GÉNERO
‘Pez en la hierba’ es la
primera aproximación de Ángel al género negro. “Mi prosa siempre ha sido muy lírica – explica el vilarrealense – y en esta ocasión he intentado ser fiel a mi
estilo, pero dentro de los parámetros del género negro, un territorio mucho más
duro. Creo que ese choque entre mi prosa poética y el contenido desgarrador de
la novela policiaca fue el reto que me atrajo para escribir esta historia”.
Aunque la novela tiene rasgos negros
indudables, los parámetros del thriller
no le quedan muy lejos a la hora de etiquetarla. “Creo que tiene un poco de todo, incluso características de otros
géneros. La reconstrucción de los hechos y la forma de orquestar la trama se
aproximan bastante al thriller, pero
por la violencia física y psicológica, que se trasluce en sus páginas, cumple
perfectamente con los requisitos del género negro. En el fondo para mí este
libro ha sido un puzle en el que lo difícil era establecer un orden de
capítulos, que me permitiese optimizar al máximo lo que quería contar”. Incluso
podríamos detectar aspectos de autoficción en el texto, porque desvela algunos secretos
de la creación literaria y de la corrección a través del protagonista. “Me parece que a todos los aficionados a la
novela les interesa mucho el mundo de la ficción, especialmente su parte
escondida y mágica. Desde ese punto de vista, me apetecía mostrar cómo trabaja
un escritor con un editor de mesa para que el lector se haga una idea de lo que
hay detrás de un libro publicado”.
‘Pez en la hierba’ arranca
con un golpe fuerte, sin duda para captar la atención del lector en frío, sin
anestesia. “Comenzar por los asesinatos y
continuar después con todo lo que viene a continuación es un riesgo, porque
desde el primer momento se sabe quién está detrás de los crímenes. En ese
sentido, mi trabajo ha consistido en mantener despierto al lector
proporcionándole elementos y argumentos para evitar que decayera su atención.
Eso constituía otro reto muy atractivo, que a mí me apetecía asumir”. Ángel
Gil Cheza, además, tenía interés por mostrar el procedimiento investigador seguido
por los protagonistas para desentrañar el misterio que envuelve la novela. “Me apetecía mucho mostrar la investigación,
explicar los derroteros atravesados por mis personajes y su avance hasta llegar
al final. Sin olvidar que, por debajo del todo, subyace un análisis filosófico,
algo que, como escritor, me ha permitido construir un ensayo, camuflado en la
novela, sobre mis propios valores”.
VILA-REAL, EL ESCENARIO
o leyenda. “La historia de la cueva que recorre todo el pueblo es cierta, aunque también tiene mucho de misterio. A todos los habitantes les pica este asunto y se preguntan si se puede transitar por debajo de sus casas y llegar hasta el río. En muchas viviendas hay trampillas, que están cerradas desde siempre y que nadie abre, lo que supone un disparador muy importante para el niño que fui y el escritor que llevo dentro”. A pesar de estas peculiaridades, el argumento que desarrolla la novela podría estar enclavado en cualquier otro lugar. “La historia de ‘Pez en la hierba’ es universal, la única diferencia para el lector radica en que los que han nacido en Vila-real poseen una doble o una triple lectura del libro, porque ellos han vivido sus propias experiencias en este territorio donde yo he ubicado la acción. La novela, además, es una fotografía no solo geográfica, sino también social. Cualquier lector foráneo tiene en sus manos un análisis antropológico y sociológico de cómo somos los valencianos y de qué tipo de relaciones mantenemos entre nosotros. Como lector de novela negra nórdica que soy, precisamente lo que más me atraía de la Trilogia de Stieg Larsson eran las relaciones humanas que se establecen entre los suecos en estos libros”. Y para tranquilizar a todos los vilarrealenses quizá sea mejor explicar que los crímenes que se investigan en la novela no son reales. “Los crímenes de los que habla ‘Pez en la hierba’ no están basados en la realidad. En los últimos veinte años se han producido algunos asesinatos en la zona, pero los de la novela son ficticios, no tienen nada que ver con ellos, ni tampoco los personajes que aparecen en el libro”.
De momento y como conclusión,
Ángel Gil Cheza se encuentra cómodo en su nuevo territorio literario y lleva
intención de perseverar en él. “Seguiré
escribiendo policiaco, creo que el equilibrio entre mi prosa poética y el
género negro, al que aludía al principio, me ha gustado y, aunque no sé durante
cuánto tiempo, continuaré por ahí. Eso sí, será una novela completamente distinta”.
SOBRE ÁNGEL GIL CHEZA
Licenciado en Humanidades y
máster en Edición, Ángel Gil Cheza nació en Vila-real en 1974. A los catorce
años fue batería del grupo Mala Hierba y por esa misma época fundó el fanzine ‘Satira
Coenta’. En la década de los noventa grabó la casete ‘Futuro’ y autoeditó el
disco titulado ‘Con la miel en los labios’. Como escritor es autor de las
novelas ‘El hombre que arreglaba las bicicletas’ y ‘La lluvia es una canción
sin letra’. En la actualidad trabaja como editor y creativo en ‘Papel mojado’,
desempeña el puesto de editor digital de la revista ‘kultur’ e integra la
formación musical Bonjour Potemkin, junto a su pareja, la violonchelista Lluïsa
Ros Bouché.
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