Nº 512.- El fatídico día en el que Attua tuvo que
ocupar el lugar de su padre supo que su prometedor futuro se había truncado.
Ahora debía regentar las termas que habían sido el sustento de su familia, en
una tierra fronteriza a la que él nunca hubiera elegido regresar. Junto al
suyo, también se frustró el deseo de Cristela, quien anhelaba una vida a su
lado y, además, alejarse de su insoportable rutina en un entorno hostil. Un
nuevo revés del destino pondrá a prueba el irrefrenable amor entre ellos; y
así, entre malentendidos y obligaciones, decisiones y obsesiones, traiciones y
lealtades, Luz Gabás ha escrito una historia de amor, honor y superación, que
lleva por título ‘Como fuego en el hielo’, editada por Planeta, que vino a
presentar en la pasada Fira del Llibre de València. A la salida del acto, la
escritora aragonesa se detuvo durante unos minutos, apresurados, para conversar
sobre esta novela, que ya es la tercera de su andadura literaria. «Ahora tengo
más habilidad, porque ya he pasado por lo mismo en dos ocasiones, pero también
siento más responsabilidad para no defraudar a los lectores, aunque yo me lo
tomo con tranquilidad, sin presión».
Cada escritor mantiene una serie de parámetros
básicos en sus libros, que constituyen eso que llamamos su sello personal. «Mis
ingredientes, el amor, el sexo o la acción siempre son los mismos, soy muy
básica en eso, pero cambio la idea inicial, que da origen a la reflexión que
desemboca en la novela». En esta ocasión, la idea originaria del texto fue
preguntarse qué es la vida y la trascendencia de la toma de decisiones a lo
largo de la existencia. ‘Como fuego en el hielo’, que es el título y constituye
casi un oxímoron, tiene mucho que ver con eso. «La vida y las decisiones son
hielo y fuego, pero esto no es nada nuevo. Todo el mundo que conozco ha tenido
que atravesar esta situación» Con la novela la escritora aragonesa completa una
trilogía. «Es verdad, cierro una trilogía que yo he llamado emocional. A lo
largo de estos libros he querido saber cosas sobre mi territorio, sobre la
brujería, la montaña y el significado de ser montañés. Ahora me siento más
libre para escribir otras cosas diferentes».
Un buen día, Luz Gabás decidió sentarse a
escribir novelas. Sin duda resulta interesante saber qué representa para ella
la escritura. «Mi idea sobre la escritura y su significado ha cambiado. Cuando
escribí ‘Palmeras en la nieve’ fue como
sacarme una historia que llevaba dentro desde hacía mucho tiempo, porque la
había vivido y crecido con ella. Ahora escribir se ha convertido en mi forma de
vida, algo de lo que procede mi salario mensual, un planteamiento que antes
resultaba completamente impensable. Por tanto, en este instante tiene una parte
de devoción y otra de obligación». Al principio de su carrera, estaba dispuesta
a auto publicarse si no conseguía una editorial que lo hiciera. En la
actualidad, cuenta con el asesoramiento de un grupo de profesionales cualificados,
una situación ideal para cualquier escritor. «El equipo de personas que trabaja
conmigo en Planeta constituye un grupo de trabajadores infatigables, muy
creativos, ilusionados e ilusionantes. Desde luego me encuentro en otra
dimensión, aunque también creo que la ilusión debe ser igual en una editorial
grande que en una pequeña».
Entrando en el texto, el telón de fondo es el
siglo XIX y el escenario los Pirineos. Ambas cosas, telón y escenario,
requieren de un proceso de documentación. «Partí de Europa, España y los
Pirineos, de mayor a menor, tres vías de penetración, utilizando manuales de
Historia no siempre de igual ideología, porque me interesaba manejar distintos
puntos de vista. También me han ayudado mucho los libros de los viajeros que en
el siglo XIX entraron en España. Ellos me aportaron la visión del otro y sus
descripciones han enriquecido mucho la novela». En realidad, estos viajeros practicaban eso que
se dio en llamar el turismo termal. «Los balnearios como Albort, Panticosa,
Coterets y Bagnères de Luchón están presentes y forman un circuito real.
Actualmente el de Benasque, que aún se utiliza, se encuentra en mal estado. Se
construyó en el siglo XVI gracias a una subvención de la Duquesa de Alba». Dado
que Benasque aparece en todas sus novelas va a terminar convirtiéndose en el
Macondo particular de Luz. «En cierto modo sí que es mi Macondo, aunque
precisamente por eso yo le llamo Albort o Paso Lobino». Sin olvidar los
Pirineos, omnipresentes. «También se ha escrito mucho sobre los Pirineos, pero
en esto hay que distinguir si los escritores han vendido muchos libros o pocos,
porque de ese factor depende la difusión. En el siglo XIX, como he dicho antes,
muchos viajeros escribieron sobre esta zona, pero a nivel literario quizá yo
sea la primera que lo ha hecho». ‘Como fuego en el hielo’ está escrita en
tercera persona «porque resulta muy cómoda en las novelas corales con muchos
personajes. Probé con la primera, pero esta voz presenta el problema de que si
el personaje te cae mal te cuesta remontar. Hice algunas pruebas, pero
chirriaban y decidí desistir».
Como conclusión, Luz Gabás señaló que «esta
novela me ha hecho rabiar mucho, porque una cosa es lo que me pedía el corazón y
otra lo que me dictaba la razón. La podía terminar de maneras muy diversas y
ese debate me ha acompañado a lo largo de toda la escritura. Cuando por fin la acabé,
me quedé satisfecha, tranquila, en paz». ¿Cómo si hubiera pasado página? «Sí,
eso es».
SOBRE LUZ GABÁS
Luz Gabás Ariño nació en 1968 en Monzón (Huesca). Los mejores momentos de su niñez y adolescencia también transcurrieron entre el pueblo de su familia paterna (Cerler, en el Valle de Benasque) y el de su familia materna (Serrate, en el Valle de Lierp). Después de vivir un año en San Luis Obispo (California), estudió en Zaragoza, donde se licenció en Filología Inglesa y obtuvo más tarde la plaza de profesora titular de escuela universitaria. Durante años ha compaginado su docencia universitaria con la traducción, la publicación de artículos, la investigación en literatura y lingüística y la participación en proyectos culturales, teatrales y de cine independiente. Desde 2007 vive en Anciles, junto a la Villa de Benasque, donde se dedica, entre otras cosas, a escribir. Su primera novela, ‘Palmeras en la nieve’, fue uno de los éxitos editoriales de 2012 y posteriormente llevada al cine, donde consiguió dos premios Goya en el año 2016. ‘Regreso a tu piel’ (2014), su segunda novela, también fue acogida con elogiosas críticas.