Herme Cerezo
Blog de literatura, entrevistas, libros, cómics, balonmano, recuerdos y otras cosas.
«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)
sábado, 28 de noviembre de 2020
Falleció Juan de Dios Román
viernes, 27 de noviembre de 2020
'Un tributo a la tierra’ de Joe Sacco
Joe Sacco, un estadounidense
nacido en Malta en 1960, autor de cómics que a estas alturas no necesita ningún
tipo de preámbulo, acaba de publicar ‘Un tributo a la tierra’ (Reservoir Books-Penguin
Random House), su trabajo sobre el genocidio sufrido por los indios dene, a causa
de la explotación de su territorio por empresas petrolíferas y las
repercusiones que ello ha tenido – y tiene – en su cultura y modo de vida. Sacco
es toda una referencia en el cómic periodístico universal, un género de costoso
cultivo porque requiere un gran despliegue de recursos técnicos. Sus obras
anteriores (‘Gorazde’, ‘Palestina’ o
‘Notas al pie de Gaza’) fueron una buena prueba de ello y ‘Un tributo a la
tierra’ también lo es.
La narración se plantea como un
viaje que el propio Sacco realiza junto con Shauna Morgan, su guía, subidos a
un todoterreno del que sus propios amigos dudan de que sea capaz de permitirles
su llegada al Noroeste de Canadá, un territorio en el que los propios ríos,
helados, permiten avanzar como si de una carretera se tratase durante el duro
invierno. La estructura gráfica que utiliza el autor maltés (Malta siempre
tiene resonancias importantes en el mundo del cómic, baste recordar a Corto
Maltés, el singular marino de Hugo Pratt), es la de páginas unitarias, sin
márgenes, en las que el concepto de viñeta tradicional queda superado. La
presencia de recuadros en la obra se limita a primeros planos de las personas que
Sacco entrevista. El dibujo es marcadamente realista, en blanco y negro, minucioso,
si exceptuamos los «cameos» del propio dibujante, cuyo rostro aparece caricaturizado,
en claro contraste con el del resto de personajes que desfilan por las
doscientas ochenta páginas del cómic. El resultado final es el de un extenso reportaje
televisivo o un documental, salpicado por las voces de los entrevistados y la
del propio narrador. Hay mucho de transmisión oral y de experiencia vivida in
situ en ‘Un tributo a la tierra’.
viernes, 20 de noviembre de 2020
Eva García Sáenz de Urturi, ganadora del Premio Planeta 2020: «El Premio Planeta da prestigio, es emérito, como un título nobiliario de literatura».
Fotografía cedida por la editorial. |
viernes, 6 de noviembre de 2020
Mathias Enard: «Seguramente, el oficio de sepulturero es el más antiguo del mundo»
Mazón ha dejado París y se ha instalado durante un año en un remoto pueblo, rodeado de marismas, en la costa oeste de Francia. Mientras supera las incomodidades del mundo rural, David establece contacto con los pintorescos lugareños que frecuentan el café-colmado para entrevistarles. Los encabeza Martial, el alcalde-enterrador, y el anfitrión del tradicional banquete de los miembros de la Cofradía de los Sepultureros. En este festín pantagruélico, la Muerte les ofrece, curiosamente, tres días de tregua. Durante el resto del año, cuando se apodera de alguien, la Rueda de la Vida lanza su alma de nuevo al mundo, futuro o pasado, para su reencarnación… Y hasta ahí puedo contar. Este es el punto de partida de ‘El banquete anual de la Cofradía de Sepultureros’, la nueva novela que Mathias Enard (Niort, Francia, 1972) termina de publicar en Literatura Random House. Son las diez de la mañana del primer viernes de noviembre. El portátil está encendido. Hay silencio en la casa. La pandemia gobierna Barcelona, València, Sevilla, Asturias, León, Albacete, Salamanca... Impone sus propias reglas para vernos, comunicarnos y hacer entrevistas. La llamada telefónica de mi móvil encuentra pronta respuesta. Apenas dos zumbidos, tal vez tres, y Enard contesta al otro lado de la línea, en Barcelona, donde reside. Brilla el piloto rojo. La grabadora ya está en marcha. La conversación se inicia. El silencio de la casa se quiebra. Recordamos la última vez que nos encontramos, face to face, en la cafetería del Hotel Astoria de València. Brevemente. Lo demás surge espontáneo, despacio, consecuentemente. Sólo son palabras.
Mathias,
¿cómo se cruza esta historia en tu trayectoria literaria?
Este
libro lo llevaba en la cabeza desde hace unos diez años. Siempre quise volver a
mi región natal a través de la literatura y no sabía muy bien cómo hacerlo. De
repente, concebí la idea de que tenía que regresar como si fuese un forastero,
alguien que no conocía la región, y me imaginé que era un etnólogo joven, que
llegaba para escribir su tesis doctoral. Fue de este modo como pude adentrarme
en la historia.
De
algún modo, la lectura de ‘El banquete anual de la Cofradía de Sepultureros’ me
ha recordado al ‘Decamerón’ de Boccaccio o a ‘Los Cuentos de Canterbury’ de
Geoffrey Chaucer.
Digamos que mi libro consta de varias partes y que se inicia con el diario del etnólogo, escrito en primera persona, al que sigue una parte central con narrador omnisciente, donde se encuentra el banquete de los sepultureros. Entre todas ellas hay unos interludios, que son canciones populares francesas adaptadas a cuentos cortos. Es una estructura múltiple, con muchas formas de narrar que pueden recordar, cómo no, libros con contenidos fraccionados como el de Geoffrey Chaucer. Pero realmente, la literatura medieval está representada en el texto a través de Rabelais, que es un poco mi modelo en esta historia.
miércoles, 4 de noviembre de 2020
Presentación de ‘Gloria bendita’, la nueva novela de Juan Madrid (Alianza Editorial).
Tras la introducción, a cargo del actor Imanol Arias y de Valeria Ciompi, directora editorial de Alianza, Juan Madrid afirmó que «he podido escribir y concluir la novela a pesar del ictus que sufrí. Para mí era un reto importante comprobar si era capaz de volver a escribir. Pero se han quedado muchas cosas por contar, porque son demasiadas y dejo esta tarea para otros escritores. Esta novela es hija de la furia, de estar hasta las narices… El nuestro es un país siniestro, de gente sin moral, de ladrones y la única forma en que puedo canalizar mi furia es escribiendo una novela. Juan Delforo, además, me permite decir ciertas cosas que mi otro personaje conocido, el policía Toni Romano, no puede contar a causa de su profesión».
Preguntado sobre la actual
situación de la monarquía, Madrid respondió que «llevo ocupándome de la Casa
Real desde que trabajaba en Cambio-16, sobre todo tras la primera crisis con
Suárez, que pasó de ser una persona elegida a alguien que les salió rana, porque
empezó a actuar como si fuese de izquierdas, mientras que el rey, los
americanos y los franquistas querían que se crease una democracia controlada en
todo momento. Pretendían destruir la Transición mediante el golpe del 23-F, en
verdad un falso golpe de estado, −algo
parecido a lo que en Francia ocurrió con la llamada Operación De Gaulle−, en el que colaboró Carrillo y una parte de la
izquierda. Hubo una periodista, Pilar Urbano, que estudió este asunto y publicó
libros absolutamente claros sobre el 23-F, a pesar de que los intelectuales manifestasen
que el golpe era cosa de unos guardias civiles locos y que el gran salvador de
la democracia era el rey, algo que es absolutamente falso. Todo esto lo sabíamos
o lo barruntábamos los periodistas de entonces, pero queda fuera de mi libro,
porque no cabe en él».
Sobre la degradación de la
sociedad española, Juan Madrid dijo que «Santiago Montero Díaz, mi profesor de Historia
Antigua, me explicó que, con la degeneración del Imperio Romano, había gente
que iba detrás de las legiones, gente sin personalidad que vivía a su costa y
perdía su dignidad. Él decía que a la sociedad española le había ocurrido lo
mismo desde la Transición, por la presencia sin ningún control de una burguesía
capitalista, salvaje, que lo que quería era ganar dinero por encima de
cualquier otra cosa».
En cierto modo, para el escritor
malagueño el covid-19 ha resultado beneficioso, ya que ha podido terminar ‘Gloria
bendita’. «He escrito la novela en plena pandemia. Me llamaban y me preguntaban
que cómo estaba y yo les respondía que magnífico, que escribiendo. Y así empecé
a contar la podredumbre de este país. Creo que ahora, con la epidemia, se está
dando como una vuelta atrás, una especie de reflexión, que es de donde salen
todos estos barros sobre la Transición. Estamos creando dudas sobre lo que ha pasado
en este país: ¿Por qué se ha roto? ¿Quién lo ha roto?
Como no podía ser de otro modo,
en ‘Gloria bendita’ hay experiencias personales de Juan Madrid. «Eso lo hago
siempre desde que escribí ‘Un beso de amigo’, mi primera novela. Cualquier
escritor hace lo mismo y yo introduzco cosas personales, las transformo y
también hablo sobre el ictus. En mi novela sale gente normal, personas reales
que tienen sus problemas. Las mujeres que aparecen son mujeres de hoy, fuertes,
que tiran para delante y eligen su pareja».
Para concluir, el escritor
malagueño manifestó que «en mi novela la gente habla como lo hace
habitualmente, como lo hacía Cervantes en ‘Don Quijote’, salvando las
distancias. Hay que reflejar las cosas como son y aunque los diálogos no son
reales, han de parecerlo. En una novela la sensación de verosimilitud ha de
conseguirse siempre».
Herme Cerezo/Diario SIGLO XXI, 05/11/2020