Tras la introducción, a cargo del actor Imanol Arias y de Valeria Ciompi, directora editorial de Alianza, Juan Madrid afirmó que «he podido escribir y concluir la novela a pesar del ictus que sufrí. Para mí era un reto importante comprobar si era capaz de volver a escribir. Pero se han quedado muchas cosas por contar, porque son demasiadas y dejo esta tarea para otros escritores. Esta novela es hija de la furia, de estar hasta las narices… El nuestro es un país siniestro, de gente sin moral, de ladrones y la única forma en que puedo canalizar mi furia es escribiendo una novela. Juan Delforo, además, me permite decir ciertas cosas que mi otro personaje conocido, el policía Toni Romano, no puede contar a causa de su profesión».
Preguntado sobre la actual
situación de la monarquía, Madrid respondió que «llevo ocupándome de la Casa
Real desde que trabajaba en Cambio-16, sobre todo tras la primera crisis con
Suárez, que pasó de ser una persona elegida a alguien que les salió rana, porque
empezó a actuar como si fuese de izquierdas, mientras que el rey, los
americanos y los franquistas querían que se crease una democracia controlada en
todo momento. Pretendían destruir la Transición mediante el golpe del 23-F, en
verdad un falso golpe de estado, −algo
parecido a lo que en Francia ocurrió con la llamada Operación De Gaulle−, en el que colaboró Carrillo y una parte de la
izquierda. Hubo una periodista, Pilar Urbano, que estudió este asunto y publicó
libros absolutamente claros sobre el 23-F, a pesar de que los intelectuales manifestasen
que el golpe era cosa de unos guardias civiles locos y que el gran salvador de
la democracia era el rey, algo que es absolutamente falso. Todo esto lo sabíamos
o lo barruntábamos los periodistas de entonces, pero queda fuera de mi libro,
porque no cabe en él».
Sobre la degradación de la
sociedad española, Juan Madrid dijo que «Santiago Montero Díaz, mi profesor de Historia
Antigua, me explicó que, con la degeneración del Imperio Romano, había gente
que iba detrás de las legiones, gente sin personalidad que vivía a su costa y
perdía su dignidad. Él decía que a la sociedad española le había ocurrido lo
mismo desde la Transición, por la presencia sin ningún control de una burguesía
capitalista, salvaje, que lo que quería era ganar dinero por encima de
cualquier otra cosa».
En cierto modo, para el escritor
malagueño el covid-19 ha resultado beneficioso, ya que ha podido terminar ‘Gloria
bendita’. «He escrito la novela en plena pandemia. Me llamaban y me preguntaban
que cómo estaba y yo les respondía que magnífico, que escribiendo. Y así empecé
a contar la podredumbre de este país. Creo que ahora, con la epidemia, se está
dando como una vuelta atrás, una especie de reflexión, que es de donde salen
todos estos barros sobre la Transición. Estamos creando dudas sobre lo que ha pasado
en este país: ¿Por qué se ha roto? ¿Quién lo ha roto?
Como no podía ser de otro modo,
en ‘Gloria bendita’ hay experiencias personales de Juan Madrid. «Eso lo hago
siempre desde que escribí ‘Un beso de amigo’, mi primera novela. Cualquier
escritor hace lo mismo y yo introduzco cosas personales, las transformo y
también hablo sobre el ictus. En mi novela sale gente normal, personas reales
que tienen sus problemas. Las mujeres que aparecen son mujeres de hoy, fuertes,
que tiran para delante y eligen su pareja».
Para concluir, el escritor
malagueño manifestó que «en mi novela la gente habla como lo hace
habitualmente, como lo hacía Cervantes en ‘Don Quijote’, salvando las
distancias. Hay que reflejar las cosas como son y aunque los diálogos no son
reales, han de parecerlo. En una novela la sensación de verosimilitud ha de
conseguirse siempre».
Herme Cerezo/Diario SIGLO XXI, 05/11/2020