«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

domingo, 30 de agosto de 2009

Paco Camarasa, de la librería Negra y Criminal: "Nunca un ordenador podrá sustituir a un librero"


Herme Cerezo. Publicado en Siglo XXI el 13 de diciembre de 2007.

Conocí a Paco Camarasa cuando recién entraba yo a la Facultad. Eran tiempos borrascosos, en los que no se sabíamos por donde se decantaría este país. Paco Camarasa nació en Valencia. Fue profesor de Teoría Económica hasta que probó a trabajar con su hermano en una librería. El cebo era muy fuerte. Y el tirón mucho más, demasiado, tanto que se colgó definitivamente del mundo de los libros desde 1976. Fue Presidente del Gremio de Libreros de Valencia hasta que un buen día cerró su negocio y desapareció de esta ciudad: ‘missing’. Muchos años después lo descubrí en Barcelona, al frente de ‘Negra y Criminal’, una librería que el pasado cuatro de diciembre cumplió sus cinco años de negrocriminal andadura. Paco es un librero-librero, de los que, aunque utilice el ordenador, no tiene que recurrir a él para encontrar un título o saber de quién o de qué le hablamos. Ejerce de comisario en las Jornadas BCNegra, organizadas por el Ayuntamiento de Barcelona, y es miembro de la directiva de ‘Brigada 21’, una asociación fundada para la difusión del género negro. También preside los jurados de los premios Pepe Carvalho y L.H. Confidencial y colabora en distintos medios como reseñista de novelas negrocriminales. Siempre he hablado en mis entrevistas con escritores. Y ya es hora de hacerlo con alguien que está en la calle, alguien que toca y vende la "mercancía", alguien que conoce al escritor y al lector. Y eso vamos a hacer con su permiso, mis improbables.

Paco, ¿de dónde arranca tu pasión por los libros? Aprendí a leer con los tebeos. Los alquilaba y los leía recostado en la ‘paradeta’ del chaflán de la calles Marvá y Albacete, en Valencia ciudad. Leía todo, desde el Capitán Trueno y el Guerrero del antifaz, pasando por Hazañas Bélicas de Boixcar y los tebeos de princesas de mi hermana. Después en la época de los guateques, cuando estaba harto de poner los discos, ya que bailaba fatal y además no ligaba nada, me iba a la habitación de al lado y leía. Siempre he defendido la utilidad múltiple de la lectura. Entre otras cosas, a mí me sirvió para ligar, sobre todo cuando Woody Allen comenzó a triunfar.
En tu familia no eres el único que se dedica al libro, ¿no? Efectivamente, tengo un hermano editor, una cuñada distribuidora y un hermano que cometió la locura de quedarse con una librería. Y tengo un homónimo, Paco Camarasa, con el que no tengo relación familiar, pero que tiene toda mi admiración por ser un excelente editor de cómics.

Sin embargo, ¿no has sentido la necesidad de escribir tus propias novelas? La verdad es que no he sentido la necesidad de escribir. La ventaja de un librero es que puede escribir su propia novela a través de lo que habéis escrito otros. Vosotros lo hacéis mucho mejor.

Comenzaste en la ‘La araña" de la calle Nuestra Señora de Gracia de Valencia, ¿qué recuerdos conservas de entonces? La época de La Araña, y posteriormente Pablo Neruda, es una época absolutamente hermosa y gratificante. Como librero y como persona. Estuve allí entre los años 1976 y 1981, años llenos de vida y esperanzas para los españoles en general y los valencianos en particular. Allí aprendí muchas cosas y conocí y quise a muchas personas. Allí comprobé lo que significa que te pongan una bomba, y lo que significa la solidaridad ante la barbarie fascista, perdón por la redundancia. En aquellos años, inducido por el mejor librero que he conocido, Paco Dávila, montamos una Feria del Libro en el interior de La Lonja. Valencia era una ciudad fascinante y la Feria del Libro era uno de sus muchos momentos mágicos y lúdicos.

¿‘La araña’ tenia trastienda?, ya sabes, aquellos rincones ocultos de toda librería que se preciase en la época de Franco, donde se podía encontrar lo que no se veía en los escaparates. Sí, claro. Era más interesante la trastienda que lo de fuera en ocasiones. Y era una trastienda atípica, porque éramos el depósito de algún material del Partido, PC, naturalmente, pero también del boletín del Sindicato de la Construcción de la CNT.

¿Sufriste "visitas" en aquellos años? Con nocturnidad y alevosía. Después nos comentaron que en nuestra bomba que fue reivindicada por el G.I.P., Grupo Incontrolado Patriótico, algo tenía que ver el Servicio de Información de la Guardia Civil. De aquella Guardia Civil. Algunos amigos de entonces se sorprenden ahora de mis buenas relaciones personales con miembros de la "bofia", nacional o autonómica.

Y un buen día los asiduos nos encontramos la persiana de ‘La araña’ cerrada sin remisión, con el candado puesto, ¿por dónde anduvo Paco Camarasa durante aquellos años? Yo me fui antes que la librería cerrase. Ya sabes lo difíciles que son las cuestiones familiares. Y después de un breve paréntesis como comentarista deportivo, volví al mundo del libro montando una distribuidora en Valencia.

Mucho tiempo después, descubro que estás en Barcelona, ¿se te quedó pequeña Valencia?Pequeña, no. Pero aburrida sí. La gente que había creado la transición en la calle, en los libros, en los bares, en las camas, en los … se hizo toda funcionaria y se fue a vivir a un adosado o a un "pitufo", ¿aún se les llama así?. Iba por La feria del Libro y me encontraba más tenderos que libreros… Los bares iban cerrando por inanición… Y sobre todo, me trasladé a Barcelona por la única cuestión por las que puedes cambiar de ciudad: estaba enamorado de una catalana.

Y me entero de algo más: en la ciudad condal existe una librería, que se llama ‘Negra y Criminal’ y que tú estas detrás de ella. ¿Qué es ‘Negra y Criminal’? ‘Negra y Criminal’ es una librería pequeña y especializada. Situada en el barrio de la Barceloneta, el barrio portuario y de estibadores de Barcelona. Ahora los barcos de pesca han sido sustituidos por yates y los contenedores y las grúas han hecho casi desaparecer la profesión de estibador. Somos una librería, sin escaparates, pero con sótano. Donde antes se guardaba contrabando, ahora guardamos novelas. Es pequeña porque los alquileres en Barcelona son "japoneses" y especializada porque es la única forma de competir con los grandes espacios de venta. Ellos pueden ir al centro, pero no le darán al lector lo que una librería. NUNCA UN ORDENADOR PODRA SUSTITUIR ADECUADA Y PLACENTERAMENTE A UN LIBRERO. Pero la auténtica alma de la librería, en sus características físicas y en el nombre y en el ambiente que respira es Montse Clavé. Siempre es bueno que una empresa sea dirigida por una mujer.

Y ¿por qué esa especialización en la novela negra, que te ha llevado a rebautizar el género como negrocriminal? Porque ya era lector de novela negra desde la universidad. Aunque entonces estaba mal visto. Manolo Vázquez Montalbán nos echo una mano importante. Lo explico en el catalogo de la exposición que ahora le están haciendo en Barcelona. Hacía falta una librería especializada que ayudara a aclarar el panorama, a distinguir entre novela negra o novela policial, y que recuperara algunos textos perdidos en la amplitud de los catálogos y la desaparición vertiginosa de las novedades. Aunque ya hace unos años estuve en una librería maravillosa que se llamaba SUR, especializada en literatura y realidad de Asia, Africa y América Latina, mi otra gran pasión.

¿Qué secciones puede encontrar el aficionado en tu librería? ¿Tocáis también el libro usado o únicamente la tinta fresca? Tenemos también libros difíciles de encontrar o de segunda mano. Hay muchos autores que, desgraciadamente, están descatalogados. Por ejemplo, Ross MacDonald, David Goodis , Ellery Queen, Rex Stout o Boileau-Narcejac.

Explícanos un poco la diferencia básica entre el género negrocriminal y la novela policiaca tradicional. En la novela policíaca tradicional lo importante es resolver un enigma: ¿quién es el culpable? Una vez descubierto, se le aplicará la ley, se hará justicia y la normalidad vuelve a reinar. Por ejemplo, Agatha Christie, P.D. James o Elisabeth George. Sus novelas pueden transcurrir en cualquier lugar. No nos dan mucha información de la sociedad donde se comete el delito. En la novela negra el enigma es lo de menos. Incluso conocemos desde el inicio al culpable. Lo importante es la investigación, Y en esa investigación del delito, el investigador nos aporta datos de la sociedad donde ese delito se ha cometido. Una vez descubierto el culpable, la ley se le podrá aplicar, por unos policías corruptos y unos jueces venales. Por lo tanto la ley y la justicia son dos cosas diferentes. Y las novelas están indisolublemente unidos a un tiempo y una ciudad. Como quiera que en la librería damos cabida a autores de todas las tendencias, estilos y modalidades, por eso le llamamos ‘Negra y Criminal’. Y al género: negrocriminal. Así te evitas explicar que Agatha Christie no es novela negra. No es ni mejor ni peor, simplemente no es negra, es novela enigma o criminal.

En ‘Negra y Criminal’ desarrolláis, además, un montón de actividades promocionales del libro: firmas, charlas, clubs de lectura. Explícanos de qué va todo eso. Como que estamos alejados del "centro", tenemos que poner anzuelos para "enganchar" a la gente. Y que se desplacen. Hacemos las típicas y tópicas presentaciones, pero también organizamos bautizos o aniversarios de personajes, por ejemplo Linda Wallander o Miss Marple, charlas de forenses, o miembros de la policía científica para conocer algo más de la realidad, y clubs de lectura que no es ni más ni menos que una tertulia sobre un libro que previamente todos hemos leído. Es decir, socializar un vicio solitario como es la lectura. Y organizamos firmas tanto para los que pueden estar en Barcelona, como para los que están fuera de la ciudad, a los que llegamos a través de Internet. Tú puedes vivir en un pueblecito de Asturias y tener dedicado el próximo Petros Markaris, por ejemplo.

¿En qué momento se encuentra el género negrocriminal en España? ¿Tenemos buenos escritores? ¿Pueden vivir de su trabajo o tienen que pluriemplearse? Creo que el momento de lo negrocriminal en nuestro país es bueno, pero todavía es un poco débil. Nos falta mucho para llegar a la normalidad de países como Francia, Italia o Alemania. Se está publicando mucho, que es lo fácil, lo más cómodo que pueden hacer los editores. Los libreros le están haciendo más caso y ampliando las secciones. Pero todavía tienen poco peso en la enseñanza media, en la Universidad y en la critica literaria. En la que se dedica a libros es otra cosa. Y en las Bibliotecas. Y fíjate que cada vez más son los premios de narrativa generalista que son ganados por novelas que podríamos incluir en lo negrocriminal. Hay muy pocos escritores negrocriminales que puedan evitar el pluriempleo.

¿Y en el extranjero? En el extranjero lo negrocriminal forma parte de los hábitos lectores de sociedades que no han padecido la burricie del franquismo y la ulterior postmodernidad sin haber sido modernos.

¿Y de lectores cómo andamos?, porque el otro día González Ledesma, con motivo de la entrega del Premio organizado por Ediciones B, manifestaba que en España "todavía faltaba cultura lectora para la novela negra". ¿No es un poco exagerada esta afirmación? El premio lo convocaba RBA y es una muestra de cómo, poco a poco, alguien apuesta por el género. 125.000 euros es una cantidad importante. Y yo creo que "el jefe de la banda", Paco González Ledesma tiene razón. Él vende cinco veces más en Francia, traducido, que en España. Alicia Giménez Bartlett vende cien mil ejemplares en Italia de su ultimo libro y aquí difícilmente llegará a quince mil ejemplares. Hay muy buenos lectores pero pocos. Todavía es un género poco valorado. El otro día alguien se ufanaba delante de mí, de que no la novela negrocriminal era una literatura fácil y manida, pero cuando le pregunté por títulos y nombres concretos me confesó que simplemente no había leído nada. A estos "eruditos a la violeta" se le nota en su cara de estreñidos que aplican prejuicios. No sería grave si no fuera por que el susodicho era Catedrático de Literatura en un Instituto.

Uno de los momentos culminantes del género negrocriminal es la Semana Negra de Gijón, la única semana del año que dura diez días. El evento, del que tú formas parte, parece consolidado, ¿hacia dónde camina la Semana Negra? Bueno esta próxima 21ª edición es un momento complicado, ya que por razones diversas debe cambiar de ubicación. Y esto es difícil. Yo formo parte pero como librero y como miembro de algún jurado. Lo que sí soy es el Comisario, ¡Imagínate el cachondeo! – risas - de BCNegra unas jornadas que se celebran en Febrero en Barcelona.

Bueno, Paco, concluimos ya: ¿qué novedades importantes nos vamos a encontrar en este género de aquí a final de año? ¿Cuál sería tu libro para las próximas Navidades negrocriminales? Bueno, las novedades ya están prácticamente todas en el mercado. Y son muchas, y buenas, y algunas no tan buenas, pero con toda la diversidad y amplitud que el género tiene. Es decir, para todos los gustos. Yo nunca recomiendo un solo libro. Siempre tres posibilidades a elegir: ‘Una novela de barrio’, de Francisco González Ledesma, ‘Nido Vacío’, de Alicia Giménez Bartlett y ‘Forasters’, de Rafael Vallbona.