«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

miércoles, 5 de marzo de 2025

Pablo Andrés Escapa: «Me seduce el compromiso de convertir en verosímil cualquier asunto, por peregrino que sea, mediante las palabras»

Pablo Andrés Escapa Copyright@Elena Delgado
Nº 695.- No suele ser habitual entrevistar a un escritor sobre un libro que publicó hace ya tiempo. Pero es bueno hacerlo, aunque suene extravagante o sobrepasado. No siempre hay que hablar de novedades, en ocasiones, es conveniente mirar atrás. Y este es el caso del escritor Pablo Andrés Escapa quien, transcurridos seis años de la publicación de ‘Fábrica de prodigios’, aceptó recordar unos textos que, en su momento, no disfrutaron de la promoción debida a causa de la nefasta irrupción del COVID, que nos encerró en nuestros domicilios y provocó el desastre por todos conocido. ‘Fábrica de prodigios’, editado por Páginas de Espuma y galardonado con el Premio de la Crítica de Castilla y León en 2020, consta de tres relatos largos o tres novelas cortas, compuestos en tierra de nadie y que cumplen el requisito que el escritor leonés suele imponerse a sí mismo: «que tenga tantas páginas como sean necesarias y tan pocas como sean suficientes». En el primer cuento, descubrimos un pájaro exótico, de conducta nada convencional, que llama la atención de un viajante poco difuso para su profesión; en el segundo, trabamos conocimiento con un poeta, cuya trayectoria oscura desafía los razonamientos mínimamente cabales en cualquier realidad literaria; y en el tercero y último, un ciudadano como tantos otros, Serafín, que sale a recoger un paquete en  correos, describe una travesía urbana con trazas de inesperada odisea,  mediatizada por la intervención de un no menos inesperado diablo. Sobre todo esto, y también sobre el oficio de narrar, conversé con este escritor leonés un jueves de febrero a eso de la media tarde, poco después de que un camión de bomberos, con su sirena a pleno pulmón, atronase la avenida donde vivo. Teléfono mediante y según acostumbra, la grabadora ejerció de muda notaria de nuestra charla. El piloto rojo encendido expidió su acostumbrado, y silencioso, nihil obstat. Empezamos.  

Pablo, ‘Fábrica de prodigios’ fue galardonado con el Premio de la Crítica de Castilla y León en el año 2020. Recuperado el libro un lustro después, qué recuerdos de su escritura acuden a tu mente?

He revisitado y releído los textos. Y hacerlo ha supuesto un redescubrimiento, pues he visto que había cosas que no recordaba. Como bien dices el libro no tuvo apenas promoción. Tan sólo una presentación en Ávila y después vino el encierro domiciliario. Cuando me puse a escribirlo pretendí hacer algo más extremo, algo distinto a todo lo que había hecho hasta entonces. Mi punto de partida fue contar una cosa insólita o, al menos extraña, con el objetivo de alcanzar el crédito de los lectores usando solo la escritura y un tono que resultase verosímil. Contar lo increíble tiene menos que ver con el atrevimiento que con el acierto de las palabras, que han de llevar al lector de buena fe por senderos difíciles de transitar. En consecuencia, este trabajo fue exigente y en esa exigencia entró una especie de administración de la fábula, es decir, lo que callaba y lo que decía hasta lograr un clima de inminencia constante, que mantuviera al lector en la creencia de lo que leía. Sin duda esa fue la mayor dificultad con la que me tropecé. 

Además de los cuentos, también has trabajado la novela. Por lo que he leído sobre ti, la escritura ocupa un papel muy importante en tu vida.

Nunca tuve prisa por publicar. Mi satisfacción se produce mientras escribo y cuando corrijo. Las presentaciones y demás me sobran. Creo que, si no publicara, escribiría igual, porque me viene bien. Es una necesidad. Mis periodos de sequía literaria me siento peor, me encuentro mucho mejor cuando llevo una fábula en la cabeza. Es algo que los que están a mi alrededor también lo perciben así [risas]. La escritura es una obsesión, no una manía.

Está muy difundida la idea de que los cuentos son como el escalón previo que un escritor debe subir antes de escribir una novela. Pero el género del cuento es difícil y exige el cumplimiento de unas normas muy concretas para alcanzar los objetivos apetecidos. 

Decía Pereira que el cuento es el género más complicado que existe para escribir, porque estás trabajando en uno de ellos, te llaman por teléfono o te interrumpen y no puedes retomarlo. Has de comenzar de nuevo. Por otro lado, es muy intenso y requiere una mayor concentración. En la novela, en cambio, resulta más fácil recuperar el hilo narrativo.  

jueves, 27 de febrero de 2025

Yo también quise ser Valdez.

Óscar Rubén Valdez, caricaturizado por Cronos en 1970
Sí, yo también quise ser Valdez. Los de mi generación queríamos ser Valdez. Todos, sin excepción.
Jugar como él, driblar como él, chutar como él. Óscar Rubén Valdez Ferrero llegó al Valencia C.F., procedente del Platense argentino, en un momento importante, la temporada 1970-71, legendaria con el paso del tiempo. Fue el año en que Di Stéfano revolucionó la capital del Túria con la ayuda de sus «ches». Se armó un plantel de gente joven, con hambre, apoyado en un puñado de veteranos curtidos, avalados por el pedigree que otorgaba el título de Copa conseguido en 1967 y un subcampeonato en ese mismo torneo de la temporada 1969-70. Fue en el seno de ese grupo donde aterrizó Valdez, la guinda brillante de aquel pastel insospechado. Era la época de los oriundos, donde los clubes de la liga española inscribían en sus plantillas a jugadores sudamericanos con raíces hispánicas. Una puerta abierta, tan válida como cualquier otra, para que los equipos reforzasen sus escuadras para competir en Europa con mayores garantías, pues los resultados obtenidos durante los últimos años habían dejado mucho que desear, ya que sus rivales continentales alineaban extranjeros con absoluta normalidad. Valdez, me desayuno ahora, vivió un par de meses alojado en un hotel de la localidad de Chiva, mientras se ultimaba el papeleo que permitiese su  fichaje. La primera vez que le vi jugar fue contra el Málaga en Mestalla. Cuajó una buena actuación, incluso pudo marcar, pero Deusto, el portero visitante, le amargó la tarde. Sólo Forment pudo batirle en una única, y suficiente, ocasión de gol. Pero Valdez había debutado una semana antes. Fue en Gijón, frente al Sporting, en un partido en el que la prensa dijo de él que «despachó un segundo tiempo verdaderamente magnífico. Dribla muy bien, toca la pelota excelentemente, es rápido y ve la jugada». No se podía pedir más.  

martes, 18 de febrero de 2025

Ibon Martín: «En el País Vasco disponemos de mitos y leyendas muy potentes, que proporcionan un ingrediente extra a mis novelas»

copyright@hermezo25
Nº 694.- Entre sus preferencias lectoras dentro del género negro, Ibon Martín no duda en señalar a Mikel Santiago, Domingo Villar y Stieg Larsson, que no son malas referencias. Ibon, donostiarra del 76, acaba de publicar ‘Alma negra’ (Plaza &Janés), la cuarta novela que cierra la trilogía protagonizada por la Ertzaintza Ane Cestero, en la que el rey del thriller atmosférico, nos traslada a su escenario más extremo: la zona minera de Vizcaya, un territorio donde las ruinas del pasado industrial han sido reconquistadas por la naturaleza, dando lugar a un paisaje de belleza inquietante y sobrecogedora, que oculta un alma negra, camuflada por los jirones de la niebla. Hace décadas que las minas de los Montes de Hierro enmudecieron, sin embargo, durante las noches, aún se dejan oír los lamentos desesperados de las almas sepultadas en su vientre rocoso. La aparición del cadáver de Teresa Echegaray, la poderosa mujer que pretende reabrir la explotación, despierta entre los habitantes de la cuenca minera el miedo a las leyendas dormidas y la superstición reaviva un rencor acumulado durante años. Con estos retazos argumentales y bien pasadas las seis de la tarde, la cafetería del Hotel Meliá de la Avenida de Les Corts Valencianes, acogió la conversación con Ibon Martín, presente en València para presentar su nueva novela. La grabadora, con el piloto rojo encendido, cumplió con su oficio y registró nuestras palabras. 

Ibon, es la primera vez que hablamos y la pregunta inicial es inevitable:  qué significa escribir para ti o a qué te dedicarías si no fueras escritor?

Fíjate, en su día lo primero que yo quería ser era médico. Era mi objetivo durante la infancia. Pero siempre me gustó mucho leer y llegó un día que, casi como un hobby, empecé a escribir un libro. Hoy en día, para mí la escritura lo es todo, significa pasar fuera de mí unos cuantos meses al año, viviendo otras vidas.

sábado, 15 de febrero de 2025

Lola López Mondéjar, Premio Anagrama de Ensayo: «La capacidad narrativa del ser humano está sustraída»

Copyright@IsabelWagemann
Nº 693.- A Lola López Mondéjar se la ve contenta por la acogida que ha tenido su libro, ‘Sin relato’, galardonado con el Premio Anagrama de Ensayo, que según ella ha contribuido a difundir de manera considerable este nuevo trabajo suyo. La escritora y psicóloga murciana, habitual también en el mundo de la ficción, ha construido un relato riguroso sobre el no relato, basado en su experiencia frente a los pacientes que desfilan por su diván y que parecen haber perdido su capacidad para contarse a sí mismos. Esta jibarización narrativa no sólo radica en la imposibilidad de verbalizar su pensamiento, sino también en un déficit de su propio pensar. El capitalismo actual parece haber abocado a los seres humanos a un pensamiento ínfimo, urgente, de subsistencia, privados de cualquier tipo de análisis o introspección, ciudadanos acríticos e individualistas, analfabetos afectivos en palabras de la propia autora. Poco antes del mediodía de un miércoles de febrero, minimizada la distancia que separa Murcia de València por el teléfono, pude conversar con Lola, mientras el piloto rojo de la grabadora nos autorizaba a ello. 

Lola, en primer lugar, enhorabuena por el Premio Anagrama de Ensayo. A lo largo de tu trayectoria literaria has alternado la ficción con el ensayo, dónde te sientes más cómoda? Se retroalimentan ambos territorios?

Muchas gracias, Herme. Y sí, se retroalimentan muchísimo, pero no sabría decirte en cuál de estos espacios me siento más a gusto. Sí te puedo decir que, últimamente, me cuesta escribir ficción, porque el estado convulso del mundo me invita a pensar en ello más que en ficcionar. En estos momentos, la realidad supera a cualquier ficción más que nunca. Sin embargo, tengo un proyecto, asentado en unos relatos distópicos, que espero abordar cuando acabe con la promoción de este libro.

lunes, 20 de enero de 2025

Vicente Valero: «San Francisco de Asís fue una figura completamente nueva para su época»

Fotografía: Editorial Periférica
Nº 692.- Estreno el año 2025 con teléfono nuevo. Debuta en esta primera entrevista. El anterior defuncionó víctima de un mal extraño. Repentino. Lo hizo en mis manos. En medio de la calle. Se sumió en una profunda negritud, de la que los expertos no consiguieron hacerle regresar, a pesar de que se entregaron con denuedo a su empeño. Y qué mejor comienzo de año, y de teléfono, que entrevistar a Vicente Valero (Eivissa, 1963), poeta y escritor, que en los arrabales de 2024 publicó ‘El tiempo de los lirios’ (Periférica), un ensayo o libro de viaje o diario de viaje, quizá todo a la vez, en el que el ibicenco se sumerge en el siglo XIII, una centuria  importante, cuando se anunciaba la llegada de un tiempo nuevo para la humanidad, lleno de paz y justicia, con una Iglesia renovada y un mundo organizado en pequeñas comunidades. A ese momento histórico se le llamó El tiempo de los lirios, título del libro, y el ejemplo de Francisco de Asís reforzó la expansión de dicha creencia, aunque el santo umbro contribuyera a la causa de manera inconsciente e involuntaria. Vicente Valero viajó a la Umbría, la región italiana por la que anduvo el santo amigo de los animales. De sus impresiones y recuerdos de aquella estancia brotó este ensayo, estructurado en quince etapas que comienzan el 28 de marzo de no importa qué año. Pintura, arquitectura, gastronomía, paisaje, espiritualidad… Todo forma parte de un conglomerado de poco más de doscientas páginas, narradas con un ritmo y un lenguaje sencillamente deliciosos. O deliciosamente sencillos. Con el piloto rojo de la grabadora ya encendido, arrancó nuestro viaje oral un viernes de enero, radiante, poco antes del mediodía. Vicente Valero desde su casa de Ibiza, acompañado de buen sol y algo de viento. Y desde la suya en València, también con tiempo soleado, quien esto suscribe. Comenzamos.

Vicente, la primera vez que entrevisto a un escritor siempre suelo formularle esta pregunta: por qué escribes o qué significa la escritura para ti?

Sobre todo me considero un lector y de la lectura a la escritura no hay tanta distancia. Es una necesidad que tengo, quizá menor que la de leer, pero ambas van en esa misma dirección. Para mí escribir es una extensión de leer.

En el momento de construir ‘El tiempo de los lirios’ qué fue primero: la Umbría o San Francisco? Quién llevó a qué o qué llevo a quién? 

Pienso que la Umbría. Me encontré con San Francisco allí y, aunque lo tenía olvidado, esto no quiere decir que no lo conociera de antes. Lo había perdido durante el camino desde mi juventud hasta ahora y, de pronto, me lo tropecé otra vez y, además, en su lugar de origen. Fue como un recordatorio.

jueves, 16 de enero de 2025

LXXV aniversario de la Orquesta de Cámara de València

A lo largo de este mes de enero de 2025 se hubieran cumplido setenta y cinco años de la fundación de la desaparecida Orquesta de Cámara de la Hermandad Católico Ferroviaria de València, que con el paso del tiempo terminó llamándose simplemente Orquesta de Cámara de València. Por tal motivo, el diario Las Provincias ha publicado en la edición de hoy el artículo que les envié para conmemorar dicha efeméride. Ha sido un gesto que les agradezco enormemente.




domingo, 29 de diciembre de 2024

Martín Llade: «Quise gastarle una broma a Beethoven y, al final, resulta que la broma me la gastó él a mí»

copyright@hermezo24
Nº 691.- Escucharemos sus palabras el próximo 1 de enero de 2025. De nuevo. Después de las uvas, el champán y el cotillón. Aunque a él no le veremos. Una vez más será la voz en off que locute el Concierto del Primero de Año desde la sala del Musikverein de Viena. Valses, galops, polkas, marchas… Les hablo de Martín Llade (San Sebastián, 1976). Pero Llade es mucho más que eso. Él trabaja en Radio Clásica donde, al filo de las ocho a.m., presenta Sinfonía de la Mañana, un programa en el que se dan cita fragmentos de música clásica, entrevistas y entrevistados, noticias musicales y un cuento que el propio Martín escribe cada día. De lunes a viernes. Sin faltar nunca. Desde hace tiempo, su erudición musical y su motivación artística, le llevaron a trasladar sus ímpetus al mundo de la literatura. ‘Oboe’, ‘La orgía eterna’ y ‘Lo que nunca sabré de Teresa’ fueron sus primeros libros editados. Hace un par de años nos despertó con un volumen de relatos delirantes, ‘El horizonte quimérico’, y en este 2024, que da sus últimos pasos por el calendario, ha publicado otra novela, cuyo protagonista – no podía ser menos – es Beethoven, que lleva por título ‘El misterio Razumovski’ (Ediciones B), donde el escritor/locutor, y algunas otras cosas más, convierte al divino Ludwig, un tipo sordo, apasionado, colérico y radical, en una suerte de detective aficionado. Apoyado en la figura de su secretario, Anton Schindler, el compositor bonnense tratará de resolver el asesinato de la anciana criada del conde Razumovski, acaecido en Viena en 1814, ciudad y momento en los que los máximos dignatarios europeos trataban de repartirse la Europa surgida tras las ínfulas imperialistas de Napoleón Bonaparte. En el aula cedida amablemente, por la Llibreria Ramon Llull de València, sentados frente a frente, separados por la grabadora, piloto rojo encendido, al filo del mediodía de un sábado de diciembre, conversamos durante unos minutos sobre su novela, mientras Ignacio Marín tomaba fotos todo el tiempo. Después Martín Llade marcharía hacia el Golem Fest para participar en una de las sesiones de este festival de novela fantástica y ciencia ficción, que en 2025 ya ha alcanzado su sexta edición.

Martín, tu anterior trabajo fue ‘El horizonte quimérico’, un libro de relatos. Ahora te descuelgas con ‘El misterio Razumovski’, una novela. Publicar este texto, del que venías hablando desde hacía tiempo, se había convertido en una obsesión o en una necesidad?

Ha sido de todo. Realmente, trabajé en la novela durante dos años y medio, incluso durante la pandemia, lo que me produjo el extraño fenómeno de dudar sobre si los personajes podían salir a la calle, hasta que me dije que claro que podían hacerlo. Ellos vivían en 1814 y no en 2020. Fíjate la psicosis que me produjo el Covid y el confinamiento. Después afronté una serie de problemas personales importantes, entre ellos que me ocuparan un piso, que terminé malvendiendo y perdiendo mucho dinero. La cosa duró veinte meses, con desprecio absoluto por parte de las autoridades, ya que mis inquilinos eran delincuentes consumados. Cuando logré librarme del problema, gracias a un amigo mío que habló con Ediciones B, surgió la oportunidad de retomar la novela. Me dieron de plazo un verano para terminarla y escribí los últimos treinta capítulos, unas trescientas páginas, en cuarenta días y después de veinte meses de paro. Así que fíjate si tenía ganas de nacer esta novela. 

Cómo surge la idea para escribirla? Acaso procede del cuento ‘Beethovenomicón’, la historia del autómata de Maelzel, que incluiste en ‘El horizonte quimérico’? 

No, no, el cuento del autómata lo escribí durante el confinamiento y entonces ‘El misterio Razumovski’ ya la tenía empezada. Conseguí un libro sobre autómatas, estas peculiares criaturas artificiales. Allí descubrí un turco jugador de ajedrez y me di cuenta de que tenía un elemento muy interesante con el que jugar en la novela. 

domingo, 15 de diciembre de 2024

Julius Ruiz, historiador e hispanista: «Algunos quintacolumnistas soñaban con lanzar un levantamiento que acabara con la resistencia militar republicana»

Fotografía cedida por editorial Espasa
Nº 690.- Julius Ruiz es profesor titular de Historia de Europa en la Universidad de Edimburgo. Su actividad investigadora le ha llevado a centrar una buena parte de su trabajo en la época republicana, la Guerra Civil y el franquismo. Fruto de diez años de denodado esfuerzo, archivo arriba-archivo abajo, es la reciente publicación de ‘La guerra sucia’ (Espasa), un volumen de más de novecientas páginas, en el que relata la enconada lucha que los servicios de inteligencia republicanos y golpistas sostuvieron a lo largo de toda la contienda. Sustentado e ilustrado con una documentación apabullante, ‘La guerra sucia’ desmonta ciertos mitos, ilumina penumbras y proporciona una visión pormenorizada de un aspecto muy relevante de la guerra que, hasta ahora, no había sido tratado en profundidad por los historiadores. Desde Edimburgo, el hispanista británico, hijo de padres españoles, tuvo la amabilidad y la paciencia de responder a mi cuestionario de preguntas sobre su libro. En esta ocasión, la grabadora descansó. 

En el Reino Unido existe una numerosa nómina de hispanistas británicos especializados en diversas épocas. Entre otros podemos citar a Parker, Elliott, Beevor, Preston, Kamen y usted mismo, a qué se debe ese interés de los británicos por la historia española? Qué les atrae del pasado de este país?

Los intelectuales británicos han mantenido durante mucho tiempo una relación de amor-odio con España. Desde el siglo XVI, la rivalidad imperial y la Reforma protestante facilitaron la construcción de la «leyenda negra» que en su día denunció Julián Juderías. Por otro lado, la Constitución de 1812, la lucha guerrillera contra Napoleón y movimientos populares radicales como los anarquistas promovieron la «leyenda romántica» de los españoles amantes de la libertad. Lo que unía todo esto era la sensación de que España era «diferente» a Gran Bretaña y esto requería una explicación, especialmente durante y después de la Guerra Civil española. En la tradición progresista asociada a escritores como Gerald Brenan, la respuesta parecía ser la persistencia de una oligarquía que derrotó el desafío modernizador de la Segunda República. Afortunadamente, una nueva generación de hispanistas subraya ahora que, después de todo, la historia española no es tan diferente de la británica o del resto de Europa. Para los británicos que aman a Orwell y su relato de la Revolución Española, esto puede, por supuesto, hacer que la historia española sea más aburrida.

Usted es hijo de padres españoles que emigraron a Inglaterra. Ellos habían sufrido los efectos de la Guerra Civil. Todo el trabajo que viene desarrollando sobre diversos aspectos de la Guerra es su forma de comprender la vida de sus padres?

Estoy muy orgulloso de mis raíces españolas y, de hecho, mi trabajo siempre ha estado marcado por la necesidad de comprender lo que les ocurrió a mis familiares durante y después de la Guerra Civil. Mi familia tuvo una historia muy similar: lucharon en ambos bandos e incluye tanto a víctimas como a responsables de la represión. Así que, como niño, mi introducción a la guerra no fueron los relatos heroicos de las Brigadas Internacionales o la defensa antifascista de Madrid en 1936, sino el asesinato de mi bisabuelo en Sevilla y la muerte de mi tío abuelo como voluntario carlista en Asturias. Esto significaba que nunca podría ver la guerra como un cuento moral de buenos contra malos. 

domingo, 8 de diciembre de 2024

Manuel Rivas, Premio Nacional de las Letras Españolas 2024: «Me interesa vagabundear, que la escritura sea un proceso de descubrimiento»

copyright@hermezo2024
Nº 689.- Mañana. Martes. Noviembre. Durante un buen rato, la maleta/mochila de Manuel Rivas
deambuló por València sola, perdida en la bodega de un taxi, cargada con sus ideas y útiles de trabajo. El alivio llegó justo antes de empezar la entrevista, cuando fue localizada y transportada al Hotel Reina Victoria donde tuvo lugar nuestro encuentro. Un principio de conversación rocambolesco. Inesperado. Feliz. Hacía mucho tiempo que no hablaba con el escritor gallego, al que descubrí gracias a la lectura de su libro de relatos ‘¿Qué me quieres amor?’ Más tarde, allá por el mes de febrero de 2007, Manuel pasó por València para promocionar su novela ‘Los libros arden mal’ y tuve la oportunidad de conocerle y entrevistarle. Ahora, diecisiete años después, regresa con ‘Detrás del cielo’ (‘Tras do Ceo’), su nueva ficción publicada por Alfaguara. En ella seis cazadores alborean el día con el propósito de dar una batida para cazar al Solitario, un jabalí del que se cuentan truculencias asesinas. El más joven del grupo, Dombodán, un tipo algo desnortado pero lúcido, relata la jornada de la batida, cuya tensión y violencia va creciendo a medida que avanza el día. El narrador destapará el abuso y la depredación social y natural que reina en Tras do Ceo, territorio gallego, trasunto del mismo mundo que habitamos todos. Iluminados por la luz apagada, limpia, herida por la reciente Dana, de uno de los ventanales de la cafetería del Hotel, que dibujaba una secuencia de sombras, casi tenebristas, comenzamos nuestra conversación, grabadora mediante, piloto rojo encendido, poco antes de las catorce horas.

Manuel, enhorabuena por el Premio Nacional de las Letras Españolas que te han concedido recientemente. Este galardón sabe especialmente bien porque eres un autor de la periferia que no escribe en castellano?

Bueno, en mi país se dan las gracias, ¿no? [risas]… Yo veo a los libros muy contentos. Pienso en ellos y pienso también que uno forma parte de un oficio que se considera solitario, aunque yo creo que no lo es. Es cierto que hay momentos de arresto domiciliario para escribir, pero es un tiempo muy compartido porque estás continuamente escuchando voces y hablando con personajes. Cada persona es una nación y cada escritor también, pero formas parte de un camino de luciérnagas y, por lo tanto, eres heredero y estás dentro de una tradición… Lo primero que sentí al recibir el premio es que era algo para compartir con esa literatura gallega, que es un vivero continuo y que, en medio de la adversidad, ha mantenido vivas las palabras y la creación. Y creo que es necesario compartir todo esto, porque ya hay demasiada competencia en nuestro entorno.  

jueves, 5 de diciembre de 2024

Golem Fest València, Sexta edición: Contra viento y marea


La Asociación Cultural Golem Fest Valencia ha conseguido, a pesar de las dificultades que se ha encontrado en el camino, montar y convocar la VI edición del Golem Fest. 

Con la ayuda de la Generalitat Valenciana, a través de la Consellería de Educación, Cultura, Universidades y Empleo; la Universidad de València, Jardí Botànic; y el Grupo Dacsa (Dacsa y Rismar), hemos logrado sacar adelante, un año más, el Golem Fest. Esta edición tendrá lugar del 12 al 14 de diciembre en el Auditorio Joan Plaça (Jardín Botánico). 

Creemos que, a pesar de este final de año tan convulso, debemos seguir apoyando la cultura y continuar adelante justo por los que se fueron y por los que siguen al pie del cañón. ¡Por Valencia! Para promocionar nuestra ciudad y no dejar que su economía se desmorone todavía más. 

El ánimo no es el de siempre: no es júbilo lo que sentimos, sino LUCHA, PERSEVERANCIA, la idea de SALIR ADELANTE CUESTE LO QUE CUESTE. Y lo afrontamos con ilusión y una sonrisa, porque nos lo merecemos.

En este sentido, este año hemos apostado por un Golem Fest muy valenciano, en favor de los autores nacidos en nuestra tierra o afincados en ella, y por lo folclórico, porque las Fallas también tendrán su hueco en el Festival.

domingo, 24 de noviembre de 2024

‘La isla de la mujer dormida’, la nueva novela de Arturo Pérez-Reverte

Con puntualidad ansiosa, cada año, cuando el otoño llama a la puerta, aparece por las librerías, como una hoja de árbol caída más, una nueva novela de Arturo Pérez-Reverte. La de 2024 lleva por título ‘La isla de la mujer dormida’, editada por Alfaguara. 

En esta ocasión, el escritor cartagenero nos presenta no un policial como la vez anterior, sino una novela de aventuras, una trama histórica relativamente contemporánea, que arranca en plena Guerra Civil Española. En marzo del año 1937, en el Mar Egeo, el marino Miguel Jordán Kyriazis, «un hombre imperturbable, casi abúlico, para quien el mar suponía un recurso y la vida a bordo una solución», recibe el encargo por parte del bando golpista de tomar parte en la guerra de modo pretendidamente anónimo, hundiendo en el mar barcos que transportan material armamentístico y ayuda militar al legítimo gobierno de la República. 

Por supuesto este tipo de operaciones han de llevarse a cabo de manera subterránea, pues las grandes potencias se afanan por mantener una neutralidad aparente de no intervención, que les impide prestar ayuda o apoyar abiertamente a uno u otro bando. Resulta evidente y es de sobras conocido que, por un lado, alemanes e italianos dieron soporte a los rebeldes golpistas y, por otro, la Unión Soviética al bando republicano, y que ni unos ni otros lo hicieron de manera desinteresada. 

martes, 29 de octubre de 2024

Ignacio Martínez de Pisón: «Toda mi vida he podido hacer lo que más deseaba: escribir. Y eso es algo que no se paga con dinero»

Copyright@hermezo2024

Nº 688.- Comienzos de octubre. Jueves. El centro de la semana. Mañana soleada. Se avecina la hora de comer. Conversar con Ignacio Martínez de Pisón, con cuyos artículos amanezco cada lunes en la cadena SER, siempre resulta fácil. Hace diez años que lo entrevisté por primera vez y desde aquella fecha se estableció una especie de entendimiento tácito que todavía perdura. Entonces fue en un hotel. Ahora en otro. Siempre cuando visita la ciudad del Túria para presentar sus libros. El aragonés termina de publicar ‘Ropa de casa’ (Seix Barral), donde recopila sus memorias de escritor y alguna cosa más. No es ficción. Es la biografía parcelada de un trozo, extenso, de su vida. Un trabajo de este tipo siempre entraña un cierto riesgo ante el lector acostumbrado a sus ficciones. Sin embargo, ‘Ropa de casa’, literatura de la realidad y del recuerdo, se lee del tirón, se degusta con placer, el placer que permite conocer los entresijos de la forja de un escritor,  sus relaciones con otros colegas y las confluencias que han contribuido a la formación de su modo narrativo. Tres ciudades enmarcan su vida: Logroño, Zaragoza y Barcelona. Cada una en una década diferente, las tres modelaron su narrativa y están presentes en ella. De una forma u otra. Estamos frente a un relato sereno y sugerente, el de una persona que siempre supo que sería escritor. Y que lo logró. Vaya que sí. Acompañados por dos botellas de agua mineral, dio comienzo nuestra charla, mientras por la plaza del Ayuntamiento de València las gentes transitaban, urgentes, en pos del yantar. Piloto rojo de la grabadora encendido. Comenzamos la conversación.

Ignacio, por qué surge ahora la necesidad de escribir unas memorias? Quizá para descansar un poco de un trabajo tan copioso como ‘Castillos de fuego’?

No, en realidad tiene más que ver con la edad que con otra cosa. De alguna manera, en un momento dado, necesitas reordenar los recuerdos de tu familia y tu pasado. Si a esto le añades la circunstancia de que, mientras escribía ‘Castillos de fuego’ murió mi madre, está ya todo dicho. Lo tenía tan claro que, cuando me vine a dar cuenta, ya había efectuado averiguaciones, mirado fotografías y sentado a escribir. Algunos me preguntan por qué escribir tan pronto unas memorias. Y lo cierto es que no es pronto, es la edad. Uno de los poetas de los que hablo en el libro, Carlos Barral, publicó las suyas cuando no tenía ni cincuenta años y yo lo he hecho con sesenta y tres.  

martes, 22 de octubre de 2024

‘Franco y José Antonio. Historia de la Falange y del Movimiento Nacional (1923-1977)’.

La reedición ampliada, revisada y necesaria de un clásico.

Stanley G. Payne (Texas, 1934) ha reeditado, todo un acierto, uno de sus títulos más clásicos, publicado por primera vez en 1997 y ahora revisado y actualizado. Se trata del volumen ‘Franco y José Antonio. Historia de la Falange y del Movimiento Nacional (1923-1977)’, editado por Espasa. Lo primero que llama la atención es el atrezzo, es decir, la portada, bañada en los tradicionales colores negro y rojo de Falange, unos tonos que intimidan y que, a los que hoy peinamos canas, nos transporta a una época llena de momentos oscuros y trágicos, teñidos de inevitables miedos atávicos.  

‘Franco y José Antonio’ abarca un periodo de cincuenta y cuatro años del pasado siglo, un tiempo que parece lejano pero que en realidad está ahí, próximo, vivo, palpitante. En la Introducción, Payne cuenta que no es la primera ocasión que escribe sobre fascismo y remite al lector a su primer trabajo, elaborado con metodología poco ortodoxa a finales de los años cincuenta. El historiador norteamericano visitó la España de aquel tiempo y se movió a través de las escasas fuentes de información existentes entonces, recurriendo a las técnicas de la historia oral, entrevistas y testimonios, como método de investigación. Sus trajines por aquel país en reconstrucción no pasaron inadvertidos para las autoridades franquistas que, no obstante, le permitieron desarrollar su trabajo sin inmiscuirse. El libro fue publicado y penetró en España, de contrabando, dentro de la mítica colección Ruedo Ibérico.

miércoles, 9 de octubre de 2024

Arnau Fernández Pasalodos: «Quería ofrecer el lado humano de los guardias civiles que participaron en la lucha antiguerrillera».

Fotografía cedida por el autor.
Nº 687.- Último viernes de septiembre. Sol por la calle. Penúltimos coletazos del calor. Al otro lado del teléfono se asoma Arnau Fernández Pasalodos (Barcelona, 1995), un joven doctor en Historia, investigador posdoctoral en el Centre for War Studies del University College Dublin, que ha publicado algunos estudios en diversas revistas. Hace unos pocos meses ha aparecido por las librerías de nuestro país ‘Hasta su total exterminio. La guerra antipartisana en España, 1936-1952’, editado por Galaxia Gutenberg, volumen que recoge el fruto de su tesis doctoral y donde el historiador barcelonés estudia un fenómeno ya tratado, tanto por la ficción como por la historiografía, como es la guerra de guerrillas, partisana o asimétrica, la de los maquis en román paladino, que se prolongó hasta el año 1952. Fernández Pasalodos se adentra en la lucha y en las dinámicas que determinaron el funcionamiento de la Benemérita durante los primeros años de la Dictadura Franquista. ‘Hasta su total exterminio’ es un texto poliédrico que habla de la represión ejercida contra los partisanos, al tiempo que dirige el foco sobre la auténtica realidad que vivieron los guardias civiles en ese tiempo, algo completamente novedoso para los lectores amantes de la Guerra Civil y sus prolongadas secuelas. El punto de partida del texto lo constituye el bisabuelo de Arnau, Manuel Sesé Mur, asesinado durante la posguerra. Este luctuoso hecho estimuló todo el proceso investigador subsiguiente mediante un peregrinaje por archivos y bibliotecas. Con el mediodía ya pasado y el piloto rojo encendido, la grabadora comenzó a registrar las respuestas del investigador barcelonés, bañadas en su peculiar acento granadino, propio de la tierra de sus ancestros.

Arnau, me llama la atención que un doctor en Historia con solo 29 años, se interese por la Guerra Civil, su universo y consecuencias, ahora que a mucha gente joven parece no preocuparle este asunto, por decirlo de manera suave.

Es cierto. Desde hace un año, más o menos, veo que se ha producido una contra-respuesta al interés que había antes por las víctimas del conflicto y sus familiares, y que las generaciones jóvenes se han hecho eco de visiones revisionistas. Para ser sincero creo que, si este libro existe, es porque ya desde pequeño en mi familia se hablaba de mi bisabuelo, Manuel Sesé, cuya historia no estaba clara del todo. Mi abuela hablaba muy bien de él, decía que era una persona muy politizada, con tendencia de izquierdas, alguien que luchó por un mundo más justo y libre. Al mismo tiempo fue un hombre enigmático, casi mítico. Este libro y todas mis investigaciones proceden del interés por conocer qué le ocurrió realmente.

jueves, 26 de septiembre de 2024

Natalia Litvinova, ganadora II Premio Lumen de Novela: «Me gusta ver lo extraordinario en lo ordinario, llevar el asombro al lector todo el tiempo»

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Nº 686.- Mediodía. Jueves. Septiembre. Recién llegada a València, con el tiempo justo para alojarse, Natalia Litvinova (Bielorrusia, 1986) atendió mis preguntas en la cafetería del Hotel Zenit, ubicado junto a L’Estació del Nord, sufridora infatigable de ciertas obras de restauración. La tarde anterior, a eso de las siete, la escritora bielorrusa había recibido en Madrid el II Premio Lumen de novela, así que conservaba fresca en la memoria la miel de aquel momento. ‘Luciérnaga’, la obra ganadora, editada por Lumen, cuenta la vida de una muchacha, la propia escritora, nacida a pocos kilómetros de Chernóbil, que creció en un país atravesado por la confusión, la miseria y la radiactividad. Por sus páginas desfilan su abuela, su madre y su padre, los recuerdos, las tristezas y alguna dosis de humor. En un momento dado, la familia decidió emigrar rumbo a Argentina, un país del que apenas tenían referencias, pero que se anunciaba  una solución viable para sus problemas. Al fondo de nuestra conversación, el rumor borroso de algún rifirrafe parlamentario, emitido por una televisión de corte nacional. Con el piloto rojo encendido, la grabadora, eficiente y precisa, registró nuestra conversación. Y también, claro, el borroso rumor politiquero. Como acostumbra.

Enhorabuena por el premio, Natalia. Una mujer como tú, con una vida llena de avatares, estaba predestinada a la escritura?

En primer lugar, muchas gracias. Respecto a tu pregunta, creo que sí, pero no por esos avatares. En mi familia hubo grandes lectores y tuve la suerte de crecer rodeada de libros. Guardo hermosas imágenes de mi madre leyendo y releyendo. Eso me llamaba muchísimo la atención y me llevaba a pensar qué habría en aquel libro, tan interesante, tan intenso, como para que una persona lo releyera tantas veces. Dado que guardaban los libros que no querían que leyera en los lugares más altos, eso todavía incentivaba más mi curiosidad.

Has vivido siempre, pues, en un ambiente literario por así decirlo.

En Bielorrusia, en Ucrania y también en Rusia es muy importante la poesía. En las ciudades hay monumentos de escritores y muchas estaciones de subtes llevan el nombre de algunos poetas. En el colegio, como asignatura obligatoria, nos enseñaban poesía y tuve que leer, memorizar y declamar en voz alta. No me lo tomé muy en serio, pero cuando nos trasladamos a Argentina me di cuenta de que en los colegios argentinos había muy poca poesía. Así que hube de buscarla yo misma en las bibliotecas. En Rusia viví en zonas rodeadas de bosque y para mí la poesía empieza en la naturaleza que, aunque la tratemos tan mal, nos enseña muchas cosas. La conducta de los animales tiene su propio lenguaje y solo lo entiende la gente del campo. Por ejemplo, un pájaro que vuela está escribiendo algo en el cielo. La poesía nace del asombro. Ves el mundo por primera vez en la infancia y luego todo es una repetición. Por otro lado, en Argentina sufrí el choque con un idioma nuevo, y en mi adolescencia me interesé por las escuelas de poesía e investigué a los grandes poetas rusos, para lo que tuve que traducir sus obras. En mi caso la traducción ha jugado un papel muy importante, porque era una forma de mantenerme en contacto con mi propia tierra y su cultura.