«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

domingo, 28 de septiembre de 2014

‘Es un decir’ de Jenn Díaz. Novela rural con sabor a pasado.

La cuarta entrega de Jenn Díaz (Barcelona, 1988), ‘Es un decir’, supone un acercamiento de la autora a la adolescencia y a sus vivencias en un pueblo extremeño. Quizá por esto último, los entendidos en el arte de la literatura la adscriben a ese puñado de escritores, como Jesús Carrasco o Lara Moreno, que parecen buscar algo distinto en sus narraciones ubicándolas en el campo, bien alejados de las zonas urbanas y sus inherencias: asfalto, calles, edificios altos, contaminación, cloacas…  Sí, porque si, además de las dos voces narrativas, algo suena, o mejor dicho no suena, en las páginas del libro es el silencio. Y ese silencio, que oímos, o que no oímos, es una constante de la novela. En ese sentido, ‘Es un decir’, podría considerarse como un recitado ante un público expectante, una novela callada donde sólo se escuchan las dos voces narrativas.

‘Es un decir’ cuenta la historia de tres mujeres: la de Mariela, una niña de once años que transita hacia la adolescencia y, luego, hacia la madurez, a la que han asesinado a su padre por ser “un rojo de mierda” o por haberle tocado el bando cambiado en el pueblo, que casi viene a ser lo mismo; la de su madre y la de su abuela. Las tres viven un presente inseguro, donde nada es lo que parece ser. Ninguna tiene demasiado claro su origen, ni los vínculos familiares que las unen. Y las tres son de carácter firme, fuerte, poderoso, tanto que probablemente su situación sea producto de ese carácter. En el transfondo se sienten los rumores de la Guerra Civil o, mejor aún, de sus secuelas durante la posguerra.

jueves, 25 de septiembre de 2014

‘Luciérnagas’ de Ana María Matute. Edición de Mª Luisa Sotelo Vázquez. Ediciones Cátedra.

En su colección Letras Hispánicas, Ediciones Cátedra viene construyendo pacientemente una indispensable biblioteca de escritores en lengua castellana, desde la Edad Media hasta nuestros días, que incluye no sólo el análisis  de las distintas obras, sino también un estudio pormenorizado de la trayectoria literaria de los autores que la integran. En total más de seiscientos títulos la contemplan. El pasado mes de julio y en una edición a cargo de María Luisa Sotelo Vázquez, acaba de publicar ‘Luciérnagas’, escrita por la recientemente fallecida Ana María Matute (Barcelona, 1925-2014). Esta versión es la misma la que la escritora barcelonesa publicó en el año 1993, que reparaba los daños causados por la censura en su primera edición allá por el año 1955.

Ana María Matute, finalista del Premio Nadal en 1947 con ‘Los Abel’, la ganadora fue la novela ‘La sombra del ciprés es alargada’ de Miguel Delibes, repitió condición dos años después precisamente con ‘Luciérnagas’. Esta vez fue José Suárez Carreño quien se llevó el galardón, que se otorga en la Noche del Día de Reyes, por su obra ‘Las últimas horas’. Como ya he señalado, ‘Luciérnagas’ tuvo problemas con la censura y no fue publicada hasta 1955, eso sí, con recortes. El censor, en su informe, dejó escrito que no debía ser autorizada su publicación porque resultaba “destructora de los valores humanos y religiosos esenciales”. Sin embargo, el propio funcionario de la tijera, destacaba ciertos aspectos de ‘Luciérnagas’, tales como “el profundo análisis de los personajes” y “la enorme fuerza descriptiva” de la narración.

sábado, 13 de septiembre de 2014

‘La vida que pensamos. Cuentos de fútbol’ de Eduardo Sacheri. Trescientas páginas plagadas de emociones.

El 2014 resulta un año a propósito para hablar de fútbol. No es para menos, tras el Mundial celebrado en Brasil en el que, rompiendo una tradición inveterada, Alemania importó para sus vitrinas el campeonato, convirtiéndose de este modo en el primer seleccionado europeo que gana el título en Sudamérica. Si semanas atrás hablaba de una novela, ‘La pena máxima’ de Santiago Roncagliolo, que discurría alrededor del cuero redondo, hoy le toca el turno a otro libro, este de relatos breves, de cuentos, que lleva por título ‘La vida que pensamos’, escrito por el argentino Eduardo Sacheri (Buenos Aires, 1967), seguidor del Club Atlético Independiente, y que también gira en torno al fútbol. Aunque algunos de estos relatos podíamos ya encontrarlos en un libro anterior suyo, ‘Esperándolo a Tito’, ‘La vida que pensamos’ reúne muchos más cuentos, en total veinticinco, una oferta generosa para los amantes del género corto. Y del fútbol, obvio.

¿Por qué escribir relatos futboleros? Esta es una cuestión interesante que algunos escritores deben haberse formulado alguna vez, sobre todo aquellos en cuya vida el deporte del once contra once ocupa un lugar destacado. El propio Sacheri se la plantea en la Nota preliminar que encabeza el libro. Y reconoce que para él es una pregunta incómoda, “porque no estoy del todo seguro de tener una respuesta. A veces siento que no tengo ninguna. Otras, que tengo varias.” La verdad es que no muchos autores han publicado relatos de fútbol, pero los que se han animado a hacerlo han aportado cosas interesantes.  

lunes, 8 de septiembre de 2014

El verano aturde la ortografía.

Por desgracia el verano no sólo le aturde al que suscribe El Eco de las Voces y disminuye sus facultades. El 28 de agosto, en las páginas dedicadas a la Comunidad Valenciana  en el diario ABC se podía leer el siguiente titular:


Sin duda, el corrector ortográfico estaba de vacaciones. O le cae mal la letra hache. Lo que ustedes prefieran, mis improbables.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Wilkie Collins: ‘La sotana negra’. Ediciones Cátedra. Colección Letras Universales

Editorial Cátedra, dentro de su Colección Letras Universales, acaba de editar una de las novelas no tan conocidas del escritor Wilkie Collins: ‘La sotana negra’, obra que vio la luz como un solo volumen en el año 1881, aunque antes y de acuerdo con la costumbre de la época había sido publicada por entregas en la revista ‘All the Year Round’, cuyo propietario era Charles Dickens. Aunque aparentemente se trata de un libro que arremete contra la religión, en realidad la utilización del tema religioso le sirve a Collins para crear un malvado personaje, el padre Benwell, y enfrentar el poder manipulador de la religión contra el poder del amor. La presente edición es obra de Damià Alou, autor igualmente de la traducción, y la portada es una reproducción de la edición original.
 ‘La sotana negra’ está dividida en tres partes (‘Antes de la historia’; ‘La historia’; y ‘Después de la historia’) y redactada en capítulos breves, que tienen vida propia y explotan para enlazar unos con otros mediante la conocida técnica utilizada en las publicaciones por entregas. Siguiendo la práctica habitual de Collins, la narración parte de diferentes voces, aunque una de ellas, la del comandante Hynd, se revela como omnisciente y superior a las demás al tiempo que les sirve como soporte. Los personajes fundamentales  son Lewis Romayne, Stella y el padre Benwell, que constituyen el triángulo sobre el que se asienta la narración. Stella y Benwell pugnarán por atraerse a Romayne, un personaje presentado como un tanto ambiguo e indefenso. Stella lo hará con las armas del amor, mientras que el religioso utilizará las propias de un soldado de Dios, las de un jesuita tratando incluso de que el joven ingrese en el sacerdocio. Sin embargo, el desarrollo de la acción aportará nuevos matices a la novela, sugiriendo la posible inclinación homosexual de Romayne. Desde este punto de vista, Collins trata el tema de la homosexualidad, un asunto delicado en la Inglaterra de la época, cuya práctica se penaba con la cárcel e, incluso en alguna ocasión, con la pena de muerte. Si bien a lo largo de la novela se observa su poca simpatía hacia la Compañía de Jesús, especialmente por sus labores proselitistas, el gran mérito de Collins es que permite que los personajes hablen como lo que son y defiendan sus ideas propias. Este valor, junto con su minuciosidad estructural, la viveza de los diálogos y el entramado de entresijos que cruzan la narración, convierten ‘La sotana negra’ en una de las novelas más interesantes de este escritor inglés.

Agatha Christie, Sophie Hannah y Arcadi Espada.

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Las vacaciones quedaron atrás. El calor, no. Este año eso que llaman el síndrome postvacacional (lo siento, me gusta más que posvacacional que es lo correcto, creo) me resulta particularmente difícil de sobrellevar, retrae mi atención y aletarga mi voluntad . El calor que no se ha ido, tan persistente en estos comienzos de septiembre - ya veremos cuándo acaba - tiene buena parte de culpa de mi retraimiento. En realidad, tiene mucha culpa. Casi toda. Pero las cosas son como son y ya mismo empieza el curso literario, como en los colegios. Esto funciona así. Y como cada año se anuncian muchas novedades. Novedades literarias y editoriales, claro. Entre todas ellas elijo una para abrir boca. 

Que se refiere a Agatha Christie (Torquay 1890-Wallingford, 1987), una escritora a la que regreso un año tras otro para leer o releer alguno de sus títulos. Este año le tocó el turno a 'El secreto de Chimneys', una excelente novela, cuya lectura me deparó muchas sorpresas, todas agradables, y que contribuyó a que cada vez entienda menos porqué se le quita importancia a esta escritora inglesa a medida que transcurre el tiempo. En esta ocasión, Christie es noticia porque su nieto, Mathew Prichard, ha autorizado o encargado, da lo mismo, a la escritora también inglesa Sophie Hannah (Manchester, 1971) la escritura de una nueva novela protagonizada por Hercule Poirot, al estilo de lo que hace unos meses realizó Benjamin Black con Raymond Chandler, y que lleva por título 'Los crímenes del monograma'. Agatha Christie hizo fallecer a Poirot en su novela 'Telón' y Hannah no lo ha resucitado ad hoc, simplemente ha ubicado la acción del libro en el año 1929, un periodo en el que el detective belga no vio publicada ninguna de sus aventuras policiales. Esperemos que el resultado de la experiencia de la autora mancuniana sea tan bueno como el cosechado por el irlandés Black con Chandler.