«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

domingo, 17 de enero de 2016

Eloy M. Cebrián: «Cervantes fue víctima de ediciones piratas de El Quijote»

 «Murió en abril, de madrugada, en una de esas horas imprecisas entre el día y la noche en que los vínculos entre carne y espíritu parecen aflojarse, esas horas que tan propicias resultan para abandonar este mundo». Con estas palabras, que cuentan la muerte de Miguel de Cervantes, arranca ‘Madrid 1616’, la nueva novela del escritor albaceteño Eloy M. Cebrián y de su compañero, en esta aventura literaria, el bibliófilo Francisco Mendoza. La obra, editada por Algaida, es la continuación o la segunda parte o la secuela de ‘Madrid 1605’, publicada en el año 2012.

Desde el principio hay que dejar claro que no se trata de un libro escrito a cuatro manos, como la portada parece indicar. El trabajo de Cebrián y Francisco Mendoza está perfectamente delimitado. Hay división de funciones y cada uno tiene su misión en esta empresa. «Mendoza se encarga de la parte documental y yo de la parte novelística – explica Eloy Cebrián –. Él es un bibliófilo muy respetado, que posee una notable colección de libros antiguos, y es autor de varias obras sobre bibliofilia. Precisamente, en una de ellas, esbozaba el posible guión para una novela y, como Paco no es novelista, anduvo insistiéndome varios años para que yo la escribiera. Finalmente acepté el proyecto, con la única condición de que él me proporcionaría toda la documentación y yo gozaría de absoluta libertad para escribirla». El aspecto documental en un thriller histórico como ‘Madrid 1616’ resulta fundamental para darle consistencia al argumento. Y, a tenor de lo que dice el escritor albaceteño, no parece ser abundante. «De Cervantes se conservan documentos por puro accidente. De vez en cuando aparecen nuevos escritos suyos, pero no hay demasiados. Actualmente disponemos de unos veinte textos, escritos de su puño y letra con su autógrafo. Hay que tener presente que en el siglo XVII únicamente aquellas personas que pensaban que su vida debía trascender (monarcas, nobles y algún eclesiástico) eran los que contrataban a escribanos o artistas para que escribieran su biografía o les retratasen en un lienzo. No ocurría como hoy que cualquiera cuelga su vida en Facebook. Evidentemente, Cervantes no tenía conciencia de ser persona principal y carecemos de un buen corpus de escritos suyos».

viernes, 15 de enero de 2016

La fotografía que faltaba.

Había una entrevista de El Eco de las Voces que estaba incompleta. Hoy se cierra el círculo con la publicación de esta fotografía, que se incluye en la entrevista realizada el pasado mes de septiembre de 2015 a Silvia Navarro, la portera valenciana de la selección española de balonmano.




domingo, 10 de enero de 2016

'El perro faldero' a precio de saldo en la Librería París-Valencia..

'El perro faldero' es el segundo y quinto volumen,
respectivamente, de la fila de libros azules.

Hay un momento en el que una persona que escribe descubre que se ha convertido en escritor. En mi caso, vengo llenando papeles con palabras y letras desde 1998, y hasta hace unos días, en concreto hasta el pasado día 5 de enero de 2016, no he tenido la certeza absoluta de serlo. 

Fue esa tarde, víspera del Día de Reyes, con un calor de mil demonios, cuando descubrí en la Sección de Oportunidades de la librería París-Valencia, que mi libro de relatos, 'El perro faldero', editado en el año 2003 por la extinta Editorial Brosquil, se encontraba allí, vertical, alineado, sereno, expuesto a la venta en uno de sus anaqueles. En ese mismo lugar convivían con él ejemplares de Robert Graves, Sánchez Adalid, Clarín, Pérez Galdós, Alejandro Dumas, Conan Doyle, Cornell Woorich, Patricia Cornwell y muchos otros más. Su precio insuperable: un euro. 

Indudablemente, formar parte de en la Sección de Oportunidades de la librería de la calle Pelayo de la capital del Túria constituye mi consagración definitiva como autor de ficción. Y del género breve, además. 

Muchas gracias, París-Valencia.

Elisabet Benavent: «Una escritora ha de escribir por impulsos, por lo que le nace en cada momento»

Tras el éxito de sus novelas anteriores, Elisabet Benavent ha dado un paso adelante en su trayectoria, breve pero intensa, como escritora y publica ‘El diario de Lola’, editado por Aguilar, un diario ilustrado con estilo coqueto, glamuroso, actual y cosmopolita, donde las mujeres y sus vidas son lo más importante. Además de las ilustraciones coordinadas por ella misma, el diario ofrece un relato erótico inédito y un sinfín de pegatinas para amenizar las veladas románticas o cualquier día de la semana, sin olvidar las fechas más señaladas. Sobre su nuevo trabajo, conversé durante unos minutos con la escritora valenciana para quien «escribir es una necesidad, una forma de autoreferenciarse y de ser feliz». Una vez más, este encuentro literario tuvo lugar en el Room Service Lounge Bar del Hotel Ayre Astoria de València, que se ha convertido casi en un estudio de grabación de entrevistas.

Elisabet, ¿’El diario de Lola’ a quién pertenece?
‘El diario de Lola’ pertenece un poco a las cuatro protagonistas y a la lectora de la saga Valeria. Lo concebí como un homenaje a la lectora, que ha hecho posible que yo siga escribiendo y que ahora dispone de la oportunidad de interactuar en el espacio que le hemos dejado. En las páginas en blanco del Diario puede escribir y compartir sus secretos y sus vivencias diarias con las protagonistas.
Con ciento veinte mil libros vendidos, ¿a la hora de ponerte a escribir ahora, sientes un cierto vértigo que desconocías cuando empezaste?
Se tiene el mismo miedo que con el primer libro, pero sí es cierto que hay un cierto temor a no decepcionar y cumplir las expectativas de los lectores. Como escritora tú tienes un estilo y quieres mantenerte fiel a él, pero sin repetirte y conseguir ese equilibro no es tarea fácil.

jueves, 7 de enero de 2016

Víctor del Árbol y Lluís Foix, ganadores del Nadal y Josep Pla, respectivamente


‘Cruce de olvidos’ era ‘La víspera de casi todo’ y Aurelia Ballesteros era Víctor del Árbol. Este título y este autor son los ganadores del Premio Nadal 2016. Víctor es conocido por sus novelas que se mueven entre la fina línea que separa el thriller y el género negro. Títulos como ‘Un millón de gotas’ y, sobre todo. ‘La tristeza del samurai’ son buena muestra de ello. Del Árbol es un autor largamente galardonado en Francia, país donde ha cosechado muchos éxitos entre la crítica y el público lector. Por su parte, el Premio de novela Josep Pla, para obras escritas en lengua catalana, ha ido a parar a manos del escritor Lluís Foix por ‘Aquella porta giratòria’, un compendio de sus memorias periodísticas.

Enhorabuena a ambos.

El Eco de las Voces.

miércoles, 6 de enero de 2016

Falleció Fernando Barrachina Plo, jugador del Valencia C.F.

Mal empezamos el año. Hace dos días, el que fuera defensa central del Valencia C.F., Fernando Barrachina Plo, fallecía a los 69 años de edad, víctima de una larga enfermedad. Barrachina consiguió una liga con el club de Mestalla en el año 1970-71, a donde llegó procedente del Granada C.F. En esa temporada formó una tripleta de centrales, junto a Aníbal Pérez Miers y Jesus Martínez Ribadeneyra, de lo más sólido que ha existido en el equipo ahora blanquinegro, entonces merengue.

Fue internacional de la mano de Ladislao Kubala en un partido contra Finlandia, celebrado en la Línea de la Concepción, y que concluyó con el contundente resultado de 6 a 0 a favor del combinado hispano.
Imagen extraída de la Enciclopedia del Fútbol de Ramón Melcón y Manuel Vidal
Cuenta la Wikipedia que Barrachina, que permaneció ocho temporadas en Valencia, a lo largo de su trayectoria como jugador che marcó tres goles. En la foto, que le sirve de homenaje, se le ve anotando uno de ellos, pese a la oposición "poco ortodoxa" de dos jugadores de la U.D. Las Palmas. Descanse en paz el bravo de Fernando Barrachina.

Herme Cerezo

martes, 5 de enero de 2016

'El garlito', un relato breve.

En el año 1998, el que suscribe llegó a la final del concurso de relatos breves organizado por el Diario de León con un cuento titulado 'El garlito', incluido en el libro 'El perro faldero'. Dada su temática, lo publico hoy, 5 de enero de 2016, por si les apetece leerlo, mis invisibles. 


EL GARLITO


Desde hacía un trimestre la pequeña ciudad vivía conmocionada. La zozobra invadía a sus habitantes. Numerosas casas del Distrito Sur habían sido desvalijadas. Los robos siempre presentaban el mismo denominador común: el ladrón entraba por una ventana que, por descuido de sus propietarios, había quedado abierta.
Ajustó sus pantalones y cargó el saco. Trepó por la escalera hasta alcanzar el alféizar de la ventana. Los informes que le habían suministrado no mentían. Estaba sin cerrar. La luna iluminó su sonrisa de dientes blancos. Una vez más las recomendaciones policiales resultaban baldías. Los vecinos apostaban por seguir fieles a la tradición.
Aún flotaban en su cabeza imágenes de la primera vez, cuando realizó su trabajo a pie, sin escaleras, tirando de las bridas de aquellos extraños animales de mirada apática, cuello curvo y morro adelantado. En ellos viajaban sus señores. Con otros dos compañeros se repartieron el trabajo. El paso del tiempo añadió complejidad a su tarea y ahora trabajaba solo. A pesar de ello jamás pasó por su cabeza la posibilidad de pedir incremento salarial o un plus por soledad. Su corazón, todavía fuerte, se apiadaba de sus amos, envejecidos por los interminables periplos de ida y vuelta. La  recompensa  siempre  era  la  misma:  el  acceso  al interior de las viviendas y la satisfacción del trabajo bien hecho.
Al ascender nunca miraba hacia abajo. La sensación de vértigo le resultaba insoportable. Un invierno tras otro la dificultad de las escaladas crecía. Su espalda lo percibía en forma de calambres y contracturas. Era el tributo que pagaba su arrogancia teñida de años.
Hoy, como casi siempre, la noche venía fría. Una gota helada procedente del tejado mojó su rostro devolviéndole a la realidad. Ya con el pie izquierdo dentro, no sin cierta dificultad, introdujo el resto de su cuerpo en una sala amplia. Era el comedor. Una ráfaga de viento interrumpió la calma de la noche. Las cortinas de la ventana le envolvieron. Forcejeó con ellas hasta que las apartó lo suficiente para continuar avanzando.
Caminó despacio, a la palpa. Su mirada se acostumbró pronto a la oscuridad. Su intuición, basada más en la experiencia que en un conocimiento innato, le condujo por sendas libres de mobiliario. La gamuza de sus babuchas le permitía deambular sin sobresaltos por aquel laberinto. El más pequeño roce o traspié podía dar al traste con toda la operación. Torció hacia la izquierda. Pasó su mano libre por el mueble que revestía la pared del fondo. Buscaba la señal pactada tácitamente durante tantos años. Unos minutos más tarde la encontró. Allí estaba el par de zapatos ordenadamente dispuesto y expectante.
De su saco extrajo con cuidado media docena de paquetes que apiló metódicamente. Primero los más grandes como base de sustentación; después los medianos; por último los más ligeros. Vacío el saco, buscó de nuevo el hueco de la ventana. Pero en lugar de volver por donde había venido siguió hacia delante. Cerca ya de la salida sus manos tropezaron con un objeto que no le resultó familiar. Las yemas de sus dedos describieron algo que parecía una cerradura. Después reconocieron una ruedecilla dentada y un pequeño picaporte. Mientras se afanaba en pensar qué diablos sería aquello, su cara golpeó con un trozo de madera. Era la parte trasera de un cuadro que tamborileó por el impacto. Después sus oídos percibieron un ruido singular: ¡clic!
El clic no vino solo. Al unísono se encendieron todas las lámparas. Sus pupilas se contrajeron. Incapaz de mover ni un solo músculo giró el cuello y, sorprendido, vio tras de sí a un sujeto trajeado en gris marengo. Estaba sentado sobre un sillón, con las piernas cruzadas. Le miraba ansioso y satisfecho a la vez. De sus labios brotaron unas palabras:
¾-¡Has caído en el garlito! ¡Ya eres nuestro!
Todavía medio abobado por el golpe, constató la presencia de otros tres individuos que, armados con sendas pistolas, le encañonaban con pulso firme, amenazando con abrasarle al menor descuido.

* * * * *
          Dos hombres conversaban animosamente mientras caminaban hacia las celdas.
-Nos ha costado lo nuestro, pero al final lo hemos atrapado - dijo el hombre del traje gris marengo.
-Ciertamente ha sido una trampa ingeniosa. Usted comprendió que la Noche de Reyes el ladrón no resistiría la tentación de las ventanas abiertas - le felicitaba el Comisario Jefe.
-Lo que nunca pude imaginar es que sería negro. En esta ciudad apenas hemos detenido delincuentes de color.
            Habían llegado. El carcelero les facilitó la entrada.
-Síganme, por favor, está en la treinta y tres.
            Al alcanzar el lugar señalado lo que vieron les dejó helados: la celda estaba desierta. Y sin embargo, las rejas permanecían intactas y la puerta cerrada. Repuestos de su estupor inicial, repararon en un paquete envuelto en papel de vivos colores y motivos navideños. Descansaba sobre un taburete de madera. Los tres se precipitaron sobre el objeto brillante. El Comisario Jefe desgarró el envoltorio con avidez, dejando al descubierto su contenido.
-¡Es... Es carbón! - gritaron los tres a la vez.

Herme Cerezo



lunes, 4 de enero de 2016

Antonio Cabanas, escritor: «Sorprende la capacidad de los egipcios para hacer cosas que hoy nos parecen imposibles»

La nueva novela de Antonio Cabanas, ‘El camino de los dioses’, publicada por Ediciones B, nos acerca a un momento histórico único: cuando el Antiguo Egipto sucumbe ante el empuje de un nuevo orden dispuesto a devorar a sus dioses milenarios. En medio de esta situación se encuentra Amosis. A través de su vida, que nos llevará desde el Alto Egipto hasta los lejanos desiertos de Nubia y desde Alejandría hasta las islas del Egeo, el lector recorrerá los años convulsos en los que las tres grandes civilizaciones clásicas, el decadente Egipto, Grecia y la emergente Roma, convierten el Mediterráneo en un fascinante crisol de culturas. Sobre ‘El camino de los dioses’, que ha sido elegida por los lectores y críticos del blog Todoliteratura.es como la mejor novela histórica del año 2015, y también sobre Egipto tuve la ocasión de conversar con el escritor canario en el Room Service Lounge Bar del Hotel Ayre Astoria de València.

Antonio, desde el cielo, cuando pilotabas aviones, ¿cómo se veía Egipto y sus pirámides?
Como decía Von Daniken «se ve el mundo con los ojos de Dios». Tuve la oportunidad de ver las pirámides e incluso y con el permiso de Control, pude sobrevolarlas. Recuerdo que invité al pasaje para que las viera a través de las ventanillas. La verdad es que son tan impresionantes como cuando estás abajo, pero desde las alturas se observa la verdadera dimensión de estos monumentos.

Finalistas del Premio Nadal 2016

Todos los años, en la noche del 6 de enero, se entrega el Premio Nadal, cuyo último ganador es José C. Vales por su novela 'Cabaret Biarritz'. En esta odición, las obras finalistas son las siguientes:

Cruce de olvidos, de Aurelia Ballesteros (pseudónimo)
La Diosa Razón, de Étienne Arouet (pseudónimo)
Ella y el faro, de Nina Melero
El silencio del pozo, de José Ignacio Cabal Riera
La última frontera, de Franco Martín López
Puntos de fuga, de A.R. Rojo (pseudónimo).

Hay que recordar que en esta misma velada también se falla el Premi Josep Pla.

Como de costumbre, imaginamos que el ganador será uno de los pseudónimos, pero tendremos wque esperar hasta el día 6 por la noche.

domingo, 3 de enero de 2016

Otras entrevistas que conviene leer.

En los medios de comunicación del estado español se publican interesantes entrevistas con escritores universales que conviene leer. El Eco de las Voces recomienda la lectura de la que le realizó Leila Guerrero a Ricardo Piglia para el suplemento 'Babelia' del pasado 19 de diciembre de 2015. También es muy interesante la efectuada por Pablo Guimón en este mismo medio a Ian McEwan unas semanas antes, el 21 de noviembre. Y por último no puede dejar de leerse la que se ha publicado este último sábado, 2 de enero de 2016, magnífico estreno, también en 'Babelia', y que tiene como protagonista a John Banville. Su autora es Berna González Harbour. Son tres autores bien distintos que tienen como nexo común la calidad literaria.

A disfrutar, mis invisibles.

sábado, 2 de enero de 2016

Clara Usón: «La acrobacia verbal literaria me cansa, me interesa la condición humana»

Una directora de sucursal de una caja levantina, que ha vendido preferentes. Un joven militar, Fermín Galán, que decide poner en práctica sus ideales republicanos y encabezar la revolución en Jaca en 1930. Un sacerdote fanático en el campo de concentración de Jasenovac, en el Estado Independiente de Croacia durante la Segunda Guerra Mundial. Todos se enfrentan a situaciones en las que deben asumir un riesgo, poner a prueba su coraje en aras de lo que para ellos es el valor supremo: el dinero, la revolución, la fe, ante los cuales la conciencia es solo una débil barrera. Con estos mimbres, Clara Usón ha estructurado ‘Valor’, novela editada por Seix Barral en su colección Biblioteca Breve, una historia dividida en tres partes, en la que las voces se suceden sin solución de continuidad, trazando una interesante estructura narrativa.

Clara Usón confiesa que escribe «porque es lo que más me gusta o porque es lo único que sé hacer». La escritora barcelonesa pasó por Valencia para presentar su nueva novela. Lo hizo en la librería Bartleby de la calle Cádiz, pero un rato antes estuvimos conversando sobre ‘Valor’ en el Room Service Lounge Bar del Hotel Ayre Astoria, animados por sendas tazas de té.

Clara, ¿hay que tener valor para escribir ‘Valor’?
No sé si hay que tener valor para hacerlo, pero yo se lo he echado en cuanto a la estructura y a la forma de la novela. Desde luego hay que echarle valor para escribir en España, un país donde la cultura es menospreciada, donde el fútbol y los toros sí se consideran cultura, mientras que el teatro y la música no alcanzan tal condición.

viernes, 1 de enero de 2016

Concierto de Año Nuevo, Viena 2016. Mariss Jansons, director.

Como manda la tradición, un año más, el 1 de enero, se ha celebrado el Concierto del Año Nuevo, a cargo de la Filarmónica de Viena, dirigida en esta ocasión por Mariss Jansons. A lo largo del mismo, se han interpretado los acostumbrados valses, polcas y galopes a los que la orquesta vienesa nos tiene ya acostumbrado, por supuesto con su solvencia habitual. 

Dos detalles a destacar, además de dejar constancia del variado repertorio escogido por el maestro letón para la ocasión. Uno, la intervención en un par de piezas de los Niños Cantores de Viena, que ya participaron también en la anterior ocasión en la que Mariss Jansons dirigió este mismo concierto; y dos que, en la obra que tradicionalmente cierra la matinal, la Radetzsky March, Jansons se ha ausentado del escenario y ha dejado a los profesores que tocasen solos durante un par de minutos. A continuación, batuta en ristre, se ha reincorporado al atril justo a tiempo de dirigir la coda final. 

Seguidamente, mis invisibles, pueden ver unas cuantas imágenes del concierto, protagonizadas por el gran protagonista de la mañana: Mariss Jansons.