«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

jueves, 8 de noviembre de 2018

Eva Gª. Sáenz de Urturi: «La ‘Trilogía de la Ciudad Blanca’ se ha convertido no sólo en un fenómeno de ventas sino sobre todo de fans»


Nº 554.- Conocí a Eva Gª Sáenz-de Urturi hace algunos años. Acababa de publicar su novela ‘Pasaje a Tahití’, a la que siguió la primera parte de la ‘Trilogía de la Ciudad Blanca’, titulada precisamente ‘El silencio de la Ciudad Blanca’. En octubre de 2018, con la imprenta todavía humeante y tras setecientos mil ejemplares de sus obras anteriores ya vendidos, en las mesas de las librerías reluce una nueva entrega, ‘Los Señores del Tiempo’, editada por Planeta, el esperado colofón de los casos investigados por Unai López de Ayala, el perfilador policial al que todo el mundo ya conoce con el sobrenombre de Kraken, que en esta ocasión deberá enfrentarse a unos desconcertantes asesinatos que, una vez más, sitúan a la ciudad de Victoria-Gasteiz en la primera fila de las capitales criminales de ficción. En un día luminoso y cargado de bullicio, nada más bajar del taxi que le condujo al hotel Astoria de València, la escritora vitoriana, afincada desde hace unos cuantos años en Alicante, respondió mis preguntas, una tras otra, desgranando el cuestionario sin prisa pero sin pausa, hasta su conclusión. Unas fotografías y su dedicatoria completaron el ritual de la entrevista.
Eva, eres consciente de que estás viviendo una aventura única, la literaria, que no todo el mundo puede alcanzar. El número de lectores cosechados, así como la cantidad de ejemplares vendidos, avalan tu éxito, ¿qué sensación te produce todo esto? ¿La literatura te ha cambiado la vida?
Siempre digo que en mi carrera como escritora no hubo un «Momento Cenicienta», aunque es verdad que desde la aparición de la ‘Trilogía de los Longevos’ he ido ganando lectores y algo de boom sí se ha producido. Sin duda, el salto cualitativo ocurrió tras la publicación de ‘El silencio de la Ciudad Blanca’, que provocó que todo se multiplicase de un modo geométrico. Pero también es verdad que desde el año 2006, cuando comenzó todo, me ha dado tiempo a asimilarlo poco a poco.