«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

domingo, 29 de mayo de 2022

València Negra 2022 (y 2): Virginia Feito: «Mi estilo literario viene definido por el humor, por una ironía de tipo británico»

Nº 633.- Descendió al hall por la escalera del Hotel Inglés. Un escalón tras otro. Despacio.
Como si midiera con mimo los pasos siguientes. Vestía chaqueta y pantalón de un color suave y calzaba unas Nike blancas. Sujetaba un libro en su mano derecha. Virginia Feito había llegado para participar en València Negra 2022 y presentar su ópera prima, ‘La Señora March’ (Editorial Lumen), un thriller psicológico sobre una mujer de escasas virtudes y muchos defectos, que transcurre en Nueva York, en época contemporáneamente imprecisa, y que ha tenido un éxito arrollador. La señora March es la esposa de un escritor famoso: George March. Una mañana, mientras se dispone a comprar el pan en su pastelería predilecta, la dependienta insinúa que la protagonista del nuevo libro de su esposo parece inspirada en ella. Este comentario fortuito le despierta la necesidad de saberlo todo sobre su marido y sobre ella misma. Así empieza un viaje inesperado que se cruza con el asesinato de una joven. Para completar tan someros trazos argumentales, hay que añadir que Virginia ha escrito ‘La Señora March’ en inglés, un idioma que desde pequeña es el suyo, a pesar de haber nacido en Madrid y tener la capacidad de hablar y pensar tanto en inglés como en castellano. Tras presentarnos mutuamente, nos ubicamos en la cafetería del hotel. Una mesa, dos sillas, una infusión y un descafeinado. A través de una ventana luminosa, la vida comenzaba a tardear. Al fondo el Palacio del Marqués de Dos Aguas. El piloto rojo de la grabadora ya brillaba. Así arrancamos la charla.

Virginia, tú trabajabas como publicista, ¿escribir una novela ha significado dar un salto al vacío o, simplemente, pasar de una escritura a otra?

Ser publicista es escribir, pero escribir una novela significa un cambio muy grande, especialmente en el día a día de la oficina. Cada mañana acudía a un despacho lleno de gente, con un horario determinado y reuniones, mientras que escribir es algo mucho más solitario. En la oficina no podía escribir lo que se me antojaba. Había que hacerlo para cierta marca, con ciertas reglas y mensajes estipulados por el cliente, sin descuidar detalles legales que el público desconoce. La verdad es que siempre quise escribir, pero no me parecía muy realista hacerlo sin tener una nómina fija cada mes.

viernes, 20 de mayo de 2022

València Negra 2022 (1): John Connolly: «Escribir es un placer continuo para mí»

Nº 632.- Hace varios meses que no publico ninguna entrevista. ¿Habré perdido el oficio? Un cierto gusanillo recorre mis tripas, como si pretendiera jugarme una mala pasada. València Negra celebra su décimo aniversario. En este 2022, ha tirado la casa por la ventana. Literalmente. Una pléyade de clubes de lectura, charlas, entrevistas, coloquios, proyecciones de cine y encuentros sacuden la capital del Turia durante medio mes de mayo, tiñéndola de un color negro más intenso que nunca. La lista de escritores convocados es ingente. Uno de ellos, que además cerrará el certamen, es John Connolly. Nacido en Dublín en 1968, Connolly es el padre del detective privado Charlie Parker, que interviene en casos donde el mundo sobrenatural se deja notar. Por tanto, la propuesta literaria del irlandés es diferente: género negro salpimentado con encarnaciones humanas del mal, surgidas del propio averno. Mientras me dirijo hacia la Fnac de San Agustín, lugar de la rueda de prensa con Connolly, dos personas caminan unos metros por delante de mí. Su estela me resulta familiar. Me aproximo lo suficiente para comprobar que, efectivamente, se trata de Jordi Llobregat, director de València Negra, y del propio John Connolly. Mientras caminamos, ahora juntos, Jordi me lo presenta. El hielo se rompe pronto y me doy cuenta de que el padre literario de Parker es un tipo cordial y amable, dispuesto a poner fácil su trabajo al periodista. Más adelante, tomamos caminos diferentes para coincidir después en la propia Fnac. Tras la rueda de prensa, se inicia el turno de entrevistas. Connolly confirma mis presunciones. Por propia voluntad, además, ha decidido hablar en castellano. Junto con mi rudimentario bagaje inglés, involuntariamente, organizamos una conversación heterogénea, donde ambos hacemos piruetas en idiomas que no son los nuestros. El piloto rojo de las grabadoras ya está encendido. Empezamos.

John, usted lleva ya muchos años escribiendo y publicando, ¿qué significa la escritura para usted?

Desde que era joven he escrito siempre. Hay personas que miran una pintura e inmediatamente quieren dibujar, o que escuchan música y quieren crear música por sí mismos. Para mí la escritura es una manera de explorar y entender el mundo. Mi paso de la lectura a la escritura fue algo natural. Durante cinco años fui periodista, porque pensé que era una manera de ganarme la vida escribiendo, pero en la redacción había muchos periodistas mejores que yo. Además, siempre he sentido una preferencia por la ficción y los periódicos prefieren la no ficción a la ficción [risas].

¿Recuerda sus primeros momentos como escritor?

En la redacción del diario había una computadora y allí comencé a escribir una novela. Tras la muerte de mi padre, en casa no teníamos mucho dinero para disponer de una. Por otro lado, él no creía que personas como nosotros pudiéramos llegar a ser escritores de profesión. Necesitábamos ocuparnos en un oficio mucho más estable y convencional. Ahora sé que soy escritor para demostrarle que sí podía serlo. La historia se repite y creo que los hijos siempre quieren demostrarles cosas a sus padres.

¿Por qué escogió el género negro o de misterio a la hora de convertirse en escritor?

De joven me interesaron siempre dos tipos de ficción: la novela detectivesca y los cuentos de horror y de fantasmas. Creo que muchos escritores pretenden escribir las mismas historias que leyeron en su juventud y para mí resultaba natural crear un género que combinase ambos tipos de historias. Ya sé que no es algo muy usual, pero yo quería escapar de la tendencia de los escritores irlandeses a escribir sobre nuestra propia tierra. En el siglo XX no escribimos mucha ficción de género, aunque en el XIX sí lo hicimos a través de la novela gótica. Hay razones culturales e históricas que explican este hecho. Nuestra antigua tradición literaria tenía mucho que ver con el estilo inglés y muy poco con nuestro nuevo país, surgido tras la revolución. Fue precisamente por eso que escogí la alternativa de la novela negra.

Charlie Parker, sin embargo, no vive en Irlanda, sino en Maine. ¿Por qué?

Tradicionalmente, los irlandeses emigraron a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Y en Estados Unidos las novelas detectivescas me ofrecían la posibilidad de disponer de un escape creativo. Yo no quería escribir nada sobre Irlanda que tuviera relación con nuestros problemas actuales, por ejemplo, los de la zona Norte. Por eso ubico allí mis novelas, sin olvidar que tampoco busco ser considerado como un autor estadounidense. Solo pretendo conservar mis raíces irlandesas y europeas.