«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

viernes, 18 de julio de 2025

Sergio Vila-Sanjuán, Premio Fernando Lara de Novela 2025: «Barcelona reinventó su pasado hace ciento cincuenta años, ver cómo lo hizo es una cuestión que me ha interesado mucho»

Nº 704. El escritor y periodista barcelonés Sergio Vila-Sanjuán acaba de publicar ‘Misterio en el 
Barrio Gótico’, editado por Planeta, el thriller con el que ha ganado el Premio de Novela Fernando Lara 2025.
 La historia está protagonizada por el también periodista Víctor Balmoral, que investiga la desaparición de una mujer en el epicentro medieval de Barcelona. Al mismo tiempo, el lector asistirá a la historia del popular y señero Barrio Gótico, relatada por los personajes que transitan las páginas del libro. Balmoral, además, recibe las visitas del fantasma de Antonio Riquelme, un antiguo amigo, con el que comparte momentos y discusiones en su día a día. Discurre el último lunes del mes de junio, mediada la tarde, un día caluroso como muchos, cuando Sergio Vila-Sanjuán me atiende telefónicamente desde la ciudad condal, atrincherado bajo el amparo del aire acondicionado de su casa, según me cuenta. A eso mismo me dedico yo trescientos cincuenta kilómetros más al sur, compartiendo la orilla del Mediterráneo que nos une. Con tan «reconfortante» panorama y con el piloto rojo de la grabadora encendido, comenzamos a desgranar algunos pormenores de este «misterio gótico».

En primer lugar, Sergio, enhorabuena por el Premio.

Muchas gracias, la verdad es que estoy muy contento.

Aún cuando tú eres un periodista cultural, qué llegó primero: la vocación por la escritura o el periodismo?

En realidad, la escritura, porque yo empecé a escribir muy pronto. Lo hice en el colegio y publiqué mi primer cuento a los dieciséis años. De hecho, estudié Historia y fui a parar al periodismo porque me surgió la oportunidad de ejercerlo. Lo que ocurre es que me he tirado cuarenta años dedicado al mundo de la cultura, y ya lo considero una parte muy importante de mi carrera y mi personalidad.

martes, 1 de julio de 2025

Santiago Díaz: «Me gusta, escribir sin tener limitaciones de ningún tipo y eso lo consigo con la novela».

copyright:diegodelafuente.
Nº 703. Cuando hablo con Santiago Díaz, al que conocí en València Negra 2025, lo encuentro satisfecho con
su presencia en la Feria del Libro de Madrid, donde ha cosechado una gran afluencia de lectores, ávidos por conseguir su firma y compartir unos minutos con él. Ha sido «una verdadera locura, un lleno absoluto, no me puedo quejar», me explica al otro lado del hilo telefónico. Tras cerrar la trilogía policiaca, protagonizada por la inspectora Indira Ramos, y escribir ‘Los nueve reinos’, una más que interesante incursión en el género de la novela histórica, Santiago regresa ahora al territorio negro con ‘Jotadé’, publicada por Alfaguara, donde nos presenta la azarosa existencia del subinspector Jotadé Cortés, el único policía gitano de su comisaría, un sujeto imprevisible, dotado de una certera habilidad para resolver los casos que surgen y que esquiva las normas como le conviene. El libro presenta un arranque muy potente, en el que dos hombres son destripados y arrojados al vacío desde un puente de la M-30, al más puro estilo de los ajustes de cuentas entre clanes del mundo de la droga. Discurre la media tarde de un lunes de junio, caluroso, cuando conecto la grabadora, despliego las preguntas que llevo preparadas y comenzamos nuestra conversación. El piloto rojo, atento vigilante,
  luce encendido, siempre encendido. Siempre vigilante.

Santiago, en ocasiones voces envidiosas dicen de algún escritor que «escribe dolorosamente bien». Si yo te digo eso mismo referido a ti, a qué te suena?

Me lo tomo como un halago, porque para mí esto es un premio. Mi carrera como escritor, igual que la de guionista, comenzó por casualidad. Yo era profesor de Educación Física y una vez escribí un guion como podía haber construido una maqueta de barco. Se me dio bien, me contrataron y todo comenzó ahí. Y lo mismo me ocurrió con mi carrera de escritor: hice una prueba, a la gente le gustó, he ido aprendiendo y ahora disfruto de una profesión que no conocía de nada, hasta que se me plantó delante. Y los halagos los agradezco, pero con los pies en el suelo, sin creérmelo demasiado.