«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Esteban Mira Caballos: «Colón se consideraba a sí mismo como un elegido de la Providencia»

 

Nº 705. Si en el mundo de la Historia, y de la Historiografía, existe un personaje interesante,
con una enorme dosis de misterio y capacidad de seducción para los investigadores, ese es, sin duda, Cristóbal Colón. Sobre él se ha escrito muchísimo, se calcula que más de 20.000 estudios, novelas y biografías, lo que, a la hora de acercarse a un ser humano, que vivió a caballo entre la Edad Media y la Moderna, dificulta más que ayuda, ya que, como señala Esteban Mira, «el exceso de información ha sido y es un hándicap porque resulta abrumador para los investigadores sentirse perdidos entre decenas de miles de páginas de literatura». Precisamente, pues, y como él mismo afirma también, lo más duro y árido de su trabajo «ha sido el proceso de selección de materiales», apartar la broza hasta alcanzar el centro del bosque. Esteban Mira Ceballos, Doctor en Historia de América y profesor de Secundaria, nacido en Carmona, a media hora de Sevilla, termina de publicar ‘Colón. El converso que cambió el mundo’, editado por Crítica, donde contempla los innumerables aspectos que rodean la figura del Almirante. Tras haber escrito sobre Hernán Cortes y Pizarro, entre otros descubridores, resultaba evidente que algún día el historiador andaluz se detendría en Colón, no en vano lleva trabajando sobre su existencia desde la última década del siglo XX y se define a sí mismo como americanista y colombinista. Desde Almendralejo, al filo del mediodía de un lunes de agosto, Esteban atendió mis preguntas al otro lado del teléfono. En la ciudad pacense, al igual que en València, donde yo me encontraba, el sol, inmisericorde, se demoraba por las calles e imponía la ley del calor: 40 grados. Con la grabadora ya conectada, piloto rojo iluminado, comenzó nuestra conversación.

Esteban, de dónde arranca tu pasión por la Historia?

Mi pasión arranca en Carmona, mi lugar de nacimiento, una ciudad histórica. En mi casa, que era una casa de agricultores, había una enciclopedia y un pequeño libro de la biblioteca Maravillas del Frente de Juventudes sobre Hernán Cortés, que aún conservo, al que me enganché desde chico. Seguí con otros conquistadores y, ya en la facultad, me llevaron a hacer prácticas al Archivo de Indias ─ lo teníamos al lado ─, y desde segundo curso me dediqué al americanismo, licenciándome en Historia de América.

Tu libro es apabullante: 60 páginas de Bibliografía, más de 200 de notas, Cronología, Índice Onomástico y Topográfico y 342 páginas de texto, que incluyen Conclusiones, Metodología y Fuentes e Historiografía. Algo que me ha llamado la atención es que has colocado las abundantísimas notas a pie de página al final. Por qué has elegido este modelo?

Por definición, porque se tiene que notar que se trata de un libro de historia, no de ficción o ensayo. Mi libro lleva un apartado crítico de más de 1.600 notas a pie de página, que es una barbaridad, y la editorial Crítica acostumbra a colocarlas al final. De este modo, además, el libro ofrece una doble lectura: por un lado, la de la propia biografía de Colón y, por otro, la de las Notas y Bibliografía, que los investigadores e historiadores interesados pueden leer con detenimiento. Tal vez resulte un poco más pesado, pero ‘Colón. El converso que cambió el mundo’ es un libro de fondo, de Historia, en el que voy explicando en qué me baso yo para afirmar lo que digo.  

Cuentas que Colón es el personaje histórico más biografiado, me pregunto si la atracción que genera el descubridor procede del misterio que siempre parece rodearle: su lugar de nacimiento, su origen converso, la localización de sus restos mortales…?

Colón es un personaje muy potente y lo que sucede es que han aparecido muchos intereses ideológicos en torno a su figura y todo el mundo quiere apoderarse de él y hacerlo suyo, lo que, como decía Paolo Taviani, ha dado lugar a muchos «partos monstruosos». Y así tenemos un Colón noruego, otro judío, otro francés, otro suizo… Incluso aquí, en España, hay muchas rivalidades al respecto. Pero este es un asunto muy antiguo. Ya en el mismo siglo XVI, los propios Reyes Católicos trataron de potenciar a Martín Alonso Pinzón en contra del propio descubridor, porque no les hacía mucha gracia que un genovés hubiera  sido el germen del imperio hispánico y, en documentación de archivo de los pleitos colombinos, empezaron a dejar constancia de que Pinzón llevaba en mente ese proyecto antes que Colón. Como remate, en el siglo XIX, con el surgimiento de los nacionalismos, el historiador español Francisco Serrato puso a Pinzón como codescubridor.  

El apellido Colombo me imagino que deriva de la palabra latina columba-columbae, que significa paloma, es decir, un ave. Parece premonitorio tener un apellido que implica un cierto deseo por echar a volar, a buscar otros horizontes. Estaba Colón destinado a ser un descubridor de lo imposible?

No lo sé, pero él se consideraba un profeta, un elegido por la Providencia. Gente de su entorno, como Bartolomé de las Casas, el obispo Geraldini o incluso la misma Santa Teresa también lo consideraban un elegido. Se le llegó a comparar con los apóstoles, por su procedencia humilde, y él creía que, precisamente por su humildad, Dios lo había elegido para llevar la cristiandad al otro lado del océano. Oía voces del más allá e incluso en la Navidad de 1499, cuando su fuerte estaba cercado por los indígenas, se le apareció Jesucristo en persona y le dijo «animo, que vas a salir de esta». Era una persona  enormemente compleja. El hecho de que cambiase su apellido Colombo por Colón parece indicar su deseo de convertirse en alguien de la tierra y no hay duda de que consiguió su propósito, pues los títulos de almirante, virrey y gobernador no se lo daban a ningún extranjero.

Desde la distancia, la época del descubrimiento resulta apasionante para narrarla, pero no sé si lo fue tanto vivirla en su momento. Cómo cambió el descubrimiento la forma de vida en la península?

En Castilla ocurrió algo parecido a lo que sucedió cuando Mahoma unificó todas las tribus y se expandieron por el Mediterráneo a lo largo de un siglo. Con los Reyes Católicos se sumaron los intereses de todos los reinos que había entonces. Tras esta unificación hubo una eclosión y ahí cambió todo de manera radical. Ten en cuenta que en el año 1450 un comerciante iba de Zafra a Medina del Campo con enorme dificultad y, apenas cien años más tarde, viajaba lo mismo a Manila que a Veracruz. Desde luego en 1492 se produjo un cambio mundial, que afectó también a la mentalidad de los reinos hispánicos. Con nuestra mirada monetarista actual, sorprende ver cuánta gente se encaminó hacia rumbos desconocidos. Aquellas personas poseían un sentido del honor y un ansia de gloria para su linaje que nos cuesta mucho entender. Y eso mismo ocurría con los descubridores, gente que se animaba movida por otros afanes. A pesar de que se quejaba, Colón fue un privilegiado y murió en su cama rico y reconocido.



Leyendo ‘Colón. El converso que cambió el mundo’ nos damos cuenta de que el descubridor era un tipo muy convincente, muy seguro de sí mismo. Quizá sería ese el rasgo más destacable de su personalidad?

Lo más importante de él es su profunda fe, que le llevó a aguantar en lugares donde otros zozobraban. Ya he señalado antes que él se creía un ser elegido por la Providencia y, como dice el refrán, la fe mueve montañas. Tzvetan Todorov ha señalado que esa era su gran cualidad, la que le convirtió en una persona fuerte, de hierro, que en las situaciones más complicadas y difíciles siempre se levantaba, resurgía. Poseía una gran confianza en si mismo, porque creía que Dios estaba detrás de él y le apoyaba.

En varias ocasiones señalas que Colón era un hombre muy religioso. A pesar de su condición de judío al 50 por ciento, el genovés nunca tuvo problemas por este motivo?

Él no era judío, era converso, que no es lo mismo. Y católico devotísimo y muy practicante a la vista de todos. No podía ser otra cosa. Su origen era converso y lo sabemos porque dejó, escrito a medias con fray Gaspar Borricio, ‘El libro de las profecías’ y unas 2.500 apostillas escritas en los libros de su biblioteca, de donde conocemos qué pensaba. Y su pensamiento era mucho más compatible con un origen judeoconverso que con uno católico, aunque no sabemos si fue un converso convencido o un falso converso. Tenía ideas muy vinculadas al judaísmo. Por ejemplo, estaba obsesionado en reconstruir el Templo de Jerusalén, recuperar el reino de Judea y encontrarse con las doce tribus perdidas de Israel, algo que a un cristiano no se le ocurre nunca. Sin embargo, a la vista de los Reyes y de la sociedad, siempre se manejó como un católico y nadie le acusó nunca por este motivo. Esta apreciación sobre su origen judeoconverso es cosa de historiadores, que hemos llegado a esta conclusión tras estudiar su pensamiento y porque su madre, Susana Fontanarrosa, procedía de una famosa familia judeoconversa genovesa.  

Colón poseía una indudable habilidad para la cartografía y en Mallorca se desarrolló una famosa escuela de cartógrafos de origen judío. La pregunta es: los hebreos estaban especialmente capacitados para este menester?  

No lo sé, porque en el siglo XV hubo grandes cartógrafos y la mayoría no eran de origen judío. Siempre he pensado que los judíos son un poco más vivos que los demás, no por una cuestión genética, sino porque llevan dos mil años en el cadalso, destruyeron sus reinos y solo sobrevivieron los más inteligentes. Date cuenta de que, entre las personas más importantes del mundo, muchas son de raíces judías, pero por pura ley de supervivencia. Lo que tú apuntas entroncaría con la tesis del origen mallorquín de Colón, defendida por el erudito Gabriel Verd, que afirma que nació en Fellanitx, y también con la variante ibicenca de este mismo asunto. Pero son solo pruebas circunstanciales, porque disponemos de cientos de datos objetivos de que nació en Génova.

Dice el historiador Henry Harrisse que "A Génova Colón sólo le debe el haber nacido, a España todo lo demás". Según tú es genovés y, sin entrar en este asunto, he visto que hay quien piensa que nació en València, cómo vinculan al descubridor con mi ciudad natal?

Creo que a una ciudad como València no le hace falta Colón para nada. En el documental ‘Colón ADN. Su verdadero origen’, rodado por RTVE, se afirma que en Génova existía el gen judío del Mediterráneo occidental, un dato objetivo extraído por el genetista José Antonio Lorente, que yo acepto. A partir de ahí, dicen que, como en la ciudad italiana no quedaban judíos, porque habían sido expulsados, Colón debía proceder de España. No se dan cuenta de que en Génova no quedaban judíos, pero sí conversos, ya que quien se bautizó siguió viviendo en la ciudad. Yo llevaba 23 años esperando ese documental y creo que ha servido más para desinformar que para informar. En primer lugar, el documental no nos vale como prueba científica y, en segundo lugar, su rodaje no ha estado bien asesorado históricamente. Y asociar a Colón con València es una ocurrencia del documental. En tu tierra había muchos judíos y han creído que Colón procedía de allí. Sin embargo, su vinculación con la capital del Turia es muy pequeña. Sabemos que la conocía y que pasó un par de veces por ella, pero no existen más pruebas de que sea su lugar de nacimiento.

Pasemos al enigma del protonauta, ese marino de Huelva llamado Alonso Sánchez, que habría llegado con anterioridad a América y que, a su regreso, contó a Colón lo que había visto. Qué opinas sobre este asunto?

Bueno, eso también forma parte de los nacionalismos. A Colón difícilmente se le podía hacer español, porque él mismo dijo que era genovés, así que pensaron en crear un protonauta. Y de dónde tenía que ser? Pues de aquí mismo, de Huelva, y se llamaba Alonso Sánchez. En el siglo XVI, el italiano Girolamo Benzoni dijo que todo se debía a que los españoles no podían soportar que el creador de su imperio hubiera sido un genovés. En el libro ya dejo claro que el pensamiento de Colón fue el fruto de un proceso progresivo, que no precisaba de revelación alguna. Él fue muchas cosas, pero nunca un impostor. No obstante, si tuviera que apostar por un protonauta ─ hubo varios, desde el francés Jean Cousin hasta predescubridoras, mujeres navegantes que habrían sido arrastradas por la corriente desde la Martinica hasta las costas portuguesas, donde se entrevistaron con Colón ─, yo lo haría por el portugués Pedro Vázquez de Tavira que, según testigos, hablaba frecuentemente con Colón, había estado en el Mar de los Sargazos y le había dado indicaciones de por dónde tenía que tirar. Para mí, el que menos papeletas tiene para ser el protonauta es precisamente Alonso Sánchez. Pero es muy admirado por los nacionalistas españoles, defensores de esta teoría.

Cristóbal Colón tuvo muchos problemas para gobernar los nuevos territorios. A los españoles les costaba mucho obedecer las órdenes de un extranjero?

Hay un cliché establecido sobre Colón, que dice que fue un buen marino, pero no un buen gobernante, porque carecía de formación para serlo. Pero tampoco era especialmente malo. Todo salió mal porque tenía que salir mal. El virreinato estaba condenado a fracasar desde el principio. Por un lado, porque le dieron unos poderes como virrey, gobernador y almirante que él no podía detentar, ya que le llevaría a enfrentarse con la propia Corona y eso le generó muchos problemas. Le pidieron que renunciara a esos cargos, a cambio del señorío de Sarrión de los Condes, pero se negó y, finalmente, su nieto Luis Colón, se vio obligado a renunciar a todos los privilegios derivados de las Capitulaciones de Santa Fe, porque si no lo hacía se los iban a quitar. Por otro lado, Colón se enfrentó con los colonos a los que había prometido oro. Sin embargo, como se trataba de un monopolio, cuando lo encontraban no les dejaba llevárselo y ellos pretendían enriquecerse y regresar a la península. Finalmente, hay que hablar de los conflictos con los indígenas, que luchaban por su mundo, su tierra y  su vida, evidentemente. Eso es algo que yo no oculto, porque mi tesis doctoral versó en su día sobre el drama que vivió hasta su desaparición la civilización taína. Pero no por ello soy antiespañol ni nada de eso. Cuento lo que sucedió porque soy historiador y no puedo ocultar las cosas. Nada más. Genocidio no hubo, porque no existió intencionalidad, pero sí una catástrofe.

Colón era esclavista?

A Colón hay que entenderlo en el contexto de su tiempo y sí, claro que era esclavista. El noventa y nueve por ciento de las personas de entonces que podían ser esclavistas lo eran. Y cuándo él vio que la cantidad de oro no era la esperada, solucionó el problema con el envío de esclavos a Castilla. Algo completamente normal. Lo que no resultó tan normal en aquel tiempo fue la actitud de la reina, que le prohibió esclavizar a los indios y evitó que América se convirtiera en un gran reservorio de esclavos con destino a la península.

Al principio, los religiosos que marcharon a La Española no fueron  numerosos, ni disponían de una formación todo lo buena que requería la empresa. Los indígenas, por su parte, tampoco se identificaban con un nuevo dios, que llegaba para reemplazar a los suyos, que les bastaban para atender sus necesidades espirituales. Debió de resultar muy difícil explicarles que tenían que aceptar ese cambio, que suponía un choque cultural y mental muy importante, no?

Evidentemente, pero en el resto del continente la evangelización fructificó con rapidez, prueba de ello es que América es un enorme reservorio católico. Sin embargo, en las Antillas no hubo tiempo de conseguir lo mismo. Los indígenas no entendían el Misterio de la Santísima Trinidad, ni hacían esfuerzo por comprenderlo. Decían que lloraban mientras ardían sus ídolos y colocaban cruces en su lugar. Fue un drama para ellos, la destrucción de su civilización, pero no se sintió responsabilidad por este hecho. Entonces no se aplicaban los derechos humanos, ni se iba a imponer la visión del padre De las Casas de respetar su religión y que los indígenas fueran convirtiéndose al cristianismo por su propia voluntad, poco a poco. Al final se les obligó a rezar a la Virgen y a acatar otro tipo sistemático de trabajo, lo que contribuyó a acabar con su mundo.

Ya hemos comentado que el oro no fue tan abundante como se esperaba y que la colonización no resultó demasiado beneficiosa. Paulatinamente, los monarcas recortaron su participación en los viajes, dando paso a la iniciativa privada. A partir de ese momento, qué papel jugó la Corona?

En el virreinato, Colón poseía el 10 por ciento del total del comercio y la Corona el 90 por ciento restante. Pero la Corona se dio cuenta de que aquello era un desastre económico, llegándose incluso a plantear el abandono de las colonias. Finalmente, optaron por cambiar de modelo y pasar del monopolio virreinal a la liberalización. De esta manera comenzaron a entregar capitulaciones, algo que en principio estaba prohibido, a una serie de personas para que pudieran viajar y efectuar nuevos descubrimientos. Abrieron la economía de La Española y, a partir de 1499, liquidaron el virreinato, dando paso a un periodo de libre comercio. Francisco de Bobadilla fue el encargado de poner este nuevo modelo precapitalista en marcha, pero fracasó en su misión y fue Nicolás de Ovando quien estableció un sistema mixto, canalizado mediante el llamado Consulado de Cargadores de Indias, en el que la inversión privada tendría un porcentaje de negocio muy alto. A partir de entonces, la Corona quedó como supervisora y organizadora de la navegación, para lo cual creó la Casa de Contratación en el año 1503. Y partir hacia América no era sencillo, porque la Corona daba la autorización y luego, cada viajero, ante notario, negociaba el precio del billete con el capitán de su barco y puedo asegurarte que no era barato y que no todo el mundo podía costearse el viaje.   

Los restos humanos de Colón fueron muy viajeros y tuvieron varios destinos. Incluso se habla de que están repartidos. En tu opinión, dónde se encuentran realmente sus huesos?

Sabemos que en 1795, tras el Tratado de Basilea, por el que España cedió Santo Domingo a los franceses, sus restos pasaron a La Habana. En 1898, al perder Cuba, se optó por repatriarlos a Sevilla. Sin embargo, en 1877, en unas excavaciones efectuadas en el presbiterio de Santo Domingo, se encontró una caja con las iniciales CCA (Cristóbal Colón Almirante), se interpretó que eran suyos y que, en su momento, se habían equivocado de caja y Colón seguía allí. Particularmente, pienso que no hubo error alguno al exhumarlos, porque la tumba de Colón estaba perfectamente localizada, y desde el año 1899 sus restos están en la catedral de Sevilla. Sobre la teoría que habla de partición de sus huesos, unos aquí y otros allí, pienso que carece de fundamento y, de todos modos, he de decirte que no están en ningún lado, porque de su osamenta apenas quedan ciento veinte gramos en Sevilla y poco más en Santo Domingo.  

Haciendo balance, el descubrimiento fue algo gozoso, digno de conmemoración o, como opinó en su momento Sánchez Ferlosio, fue una empresa «pavorosa, arrolladora y tenebrosamente eurocéntrica», bendecida por la Iglesia?

Llegados a este punto y teniendo en cuenta de que yo voy por Sudamérica, caminando con mi mochila, y me entiendo con todo el mundo, que siempre he sido bien recibido y acogido por aquellas tierras, creo que debemos quedarnos con lo positivo, con lo que nos une, sin ignorar las cosas negativas que también ocurrieron.  

Terminamos por hoy. Seguro que llevas ya algo nuevo entre manos, no?

Actualmente, estoy dedicado a Colón, a la promoción del libro, de hecho me voy a Santo Domingo en fechas próximas. Pero estoy dándole vueltas a una próxima biografía, que será la de fray Bartolomé de las Casas, porque hay que rescatarlo de la Leyenda Negra, que no sólo echó tierra sobre el imperio español, sino que además nos arrebató al padre De las Casas, culpándole de ser el causante de la misma. Y nada más lejos de la realidad.

Herme Cerezo/Diario Siglo XXI