Nº 705. Si en el mundo de la Historia, y de la Historiografía, existe un personaje interesante,
con una enorme dosis de misterio y capacidad de seducción para los investigadores, ese es, sin duda, Cristóbal Colón. Sobre él se ha escrito muchísimo, se calcula que más de 20.000 estudios, novelas y biografías, lo que, a la hora de acercarse a un ser humano, que vivió a caballo entre la Edad Media y la Moderna, dificulta más que ayuda, ya que, como señala Esteban Mira, «el exceso de información ha sido y es un hándicap porque resulta abrumador para los investigadores sentirse perdidos entre decenas de miles de páginas de literatura». Precisamente, pues, y como él mismo afirma también, lo más duro y árido de su trabajo «ha sido el proceso de selección de materiales», apartar la broza hasta alcanzar el centro del bosque. Esteban Mira Ceballos, Doctor en Historia de América y profesor de Secundaria, nacido en Carmona, a media hora de Sevilla, termina de publicar ‘Colón. El converso que cambió el mundo’, editado por Crítica, donde contempla los innumerables aspectos que rodean la figura del Almirante. Tras haber escrito sobre Hernán Cortes y Pizarro, entre otros descubridores, resultaba evidente que algún día el historiador andaluz se detendría en Colón, no en vano lleva trabajando sobre su existencia desde la última década del siglo XX y se define a sí mismo como americanista y colombinista. Desde Almendralejo, al filo del mediodía de un lunes de agosto, Esteban atendió mis preguntas al otro lado del teléfono. En la ciudad pacense, al igual que en València, donde yo me encontraba, el sol, inmisericorde, se demoraba por las calles e imponía la ley del calor: 40 grados. Con la grabadora ya conectada, piloto rojo iluminado, comenzó nuestra conversación.
Esteban, de dónde arranca tu
pasión por la Historia?
Mi
pasión arranca en Carmona, mi lugar de nacimiento, una ciudad histórica. En mi
casa, que era una casa de agricultores, había una enciclopedia y un pequeño
libro de la biblioteca Maravillas del Frente de Juventudes sobre Hernán Cortés,
que aún conservo, al que me enganché desde chico. Seguí con otros
conquistadores y, ya en la facultad, me llevaron a hacer prácticas al Archivo
de Indias ─ lo teníamos al lado ─, y desde segundo curso me dediqué al
americanismo, licenciándome en Historia de América.
Tu
libro es apabullante: 60 páginas de Bibliografía, más de 200 de notas, Cronología,
Índice Onomástico y Topográfico y 342 páginas de texto, que incluyen Conclusiones,
Metodología y Fuentes e Historiografía. Algo que me ha llamado la atención es
que has colocado las abundantísimas notas a pie de página al final. Por qué has
elegido este modelo?
Por
definición, porque se tiene que notar que se trata de un libro de historia, no
de ficción o ensayo. Mi libro lleva un apartado crítico de más de 1.600 notas a
pie de página, que es una barbaridad, y la editorial Crítica acostumbra a
colocarlas al final. De este modo, además, el libro ofrece una doble lectura:
por un lado, la de la propia biografía de Colón y, por otro, la de las Notas y Bibliografía,
que los investigadores e historiadores interesados pueden leer con
detenimiento. Tal vez resulte un poco más pesado, pero ‘Colón. El converso que
cambió el mundo’ es un libro de fondo, de Historia, en el que voy explicando en
qué me baso yo para afirmar lo que digo.
Cuentas
que Colón es el personaje histórico más biografiado, me pregunto si la
atracción que genera el descubridor procede del misterio que siempre parece
rodearle: su lugar de nacimiento, su origen converso, la localización de sus
restos mortales…?
Colón es un personaje muy potente y lo que
sucede es que han aparecido muchos intereses ideológicos en torno a su figura y
todo el mundo quiere apoderarse de él y hacerlo suyo, lo que, como decía Paolo Taviani,
ha dado lugar a muchos «partos monstruosos». Y así tenemos un Colón noruego,
otro judío, otro francés, otro suizo… Incluso aquí, en España, hay muchas
rivalidades al respecto. Pero este es un asunto muy antiguo. Ya en el mismo siglo XVI, los propios Reyes Católicos
trataron de potenciar a Martín Alonso Pinzón en contra del propio descubridor,
porque no les hacía mucha gracia que un genovés hubiera sido el germen del imperio hispánico y, en documentación
de archivo de los pleitos colombinos, empezaron a dejar constancia de que
Pinzón llevaba en mente ese proyecto antes que Colón. Como remate, en el siglo
XIX, con el surgimiento de los nacionalismos, el historiador español Francisco
Serrato puso a Pinzón como codescubridor.
El
apellido Colombo me imagino que deriva de la palabra latina columba-columbae,
que significa paloma, es decir, un ave. Parece premonitorio tener un apellido
que implica un cierto deseo por echar a volar, a buscar otros horizontes.
Estaba Colón destinado a ser un descubridor de lo imposible?
No
lo sé, pero él se consideraba un profeta, un elegido por la Providencia. Gente
de su entorno, como Bartolomé de las Casas, el obispo Geraldini o incluso la
misma Santa Teresa también lo consideraban un elegido. Se le llegó a comparar con
los apóstoles, por su procedencia humilde, y él creía que, precisamente por su
humildad, Dios lo había elegido para llevar la cristiandad al otro lado del
océano. Oía voces del más allá e incluso en la Navidad de 1499, cuando su
fuerte estaba cercado por los indígenas, se le apareció Jesucristo en persona y
le dijo «animo, que vas a salir de esta». Era una persona enormemente compleja. El hecho de que cambiase
su apellido Colombo por Colón parece indicar su deseo de convertirse en alguien
de la tierra y no hay duda de que consiguió su propósito, pues los títulos de almirante,
virrey y gobernador no se lo daban a ningún extranjero.
Desde
la distancia, la época del descubrimiento resulta apasionante para narrarla,
pero no sé si lo fue tanto vivirla en su momento. Cómo cambió el descubrimiento
la forma de vida en la península?
En
Castilla ocurrió algo parecido a lo que sucedió cuando Mahoma unificó todas las
tribus y se expandieron por el Mediterráneo a lo largo de un siglo. Con los
Reyes Católicos se sumaron los intereses de todos los reinos que había entonces.
Tras esta unificación hubo una eclosión y ahí cambió todo de manera radical.
Ten en cuenta que en el año 1450 un comerciante iba de Zafra a Medina del Campo
con enorme dificultad y, apenas cien años más tarde, viajaba lo mismo a Manila
que a Veracruz. Desde luego en 1492 se produjo un cambio mundial, que afectó
también a la mentalidad de los reinos hispánicos. Con nuestra mirada monetarista
actual, sorprende ver cuánta gente se encaminó hacia rumbos desconocidos. Aquellas
personas poseían un sentido del honor y un ansia de gloria para su linaje que
nos cuesta mucho entender. Y eso mismo ocurría con los descubridores, gente que
se animaba movida por otros afanes. A pesar de que se quejaba, Colón fue un
privilegiado y murió en su cama rico y reconocido.
Leyendo
‘Colón. El converso que cambió el mundo’ nos damos cuenta de que el descubridor
era un tipo muy convincente, muy seguro de sí mismo. Quizá sería ese el rasgo
más destacable de su personalidad?
Lo
más importante de él es su profunda fe, que le llevó a aguantar en lugares
donde otros zozobraban. Ya he señalado antes que él se creía un ser elegido por
la Providencia y, como dice el refrán, la fe mueve montañas. Tzvetan Todorov ha
señalado que esa era su gran cualidad, la que le convirtió en una persona
fuerte, de hierro, que en las situaciones más complicadas y difíciles siempre
se levantaba, resurgía. Poseía una gran confianza en si mismo, porque creía que
Dios estaba detrás de él y le apoyaba.
En
varias ocasiones señalas que Colón era un hombre muy religioso. A pesar de su
condición de judío al 50 por ciento, el genovés nunca tuvo problemas por este
motivo?
Él
no era judío, era converso, que no es lo mismo. Y católico devotísimo y muy
practicante a la vista de todos. No podía ser otra cosa. Su origen era converso
y lo sabemos porque dejó, escrito a medias con fray Gaspar Borricio, ‘El libro
de las profecías’ y unas 2.500 apostillas escritas en los libros de su
biblioteca, de donde conocemos qué pensaba. Y su pensamiento era mucho más
compatible con un origen judeoconverso que con uno católico, aunque no sabemos
si fue un converso convencido o un falso converso. Tenía ideas muy vinculadas
al judaísmo. Por ejemplo, estaba obsesionado en reconstruir el Templo de
Jerusalén, recuperar el reino de Judea y encontrarse con las doce tribus
perdidas de Israel, algo que a un cristiano no se le ocurre nunca. Sin embargo,
a la vista de los Reyes y de la sociedad, siempre se manejó como un católico y
nadie le acusó nunca por este motivo. Esta apreciación sobre su origen
judeoconverso es cosa de historiadores, que hemos llegado a esta conclusión tras
estudiar su pensamiento y porque su madre, Susana Fontanarrosa, procedía de una
famosa familia judeoconversa genovesa.
Colón poseía una indudable habilidad para la
cartografía y en Mallorca se desarrolló una famosa escuela de cartógrafos de
origen judío. La pregunta es: los hebreos estaban especialmente capacitados
para este menester?
No lo sé, porque en el siglo XV hubo grandes
cartógrafos y la mayoría no eran de origen judío. Siempre he pensado que los
judíos son un poco más vivos que los demás, no por una cuestión genética, sino
porque llevan dos mil años en el cadalso,
destruyeron sus reinos y solo sobrevivieron los más inteligentes. Date cuenta
de que, entre las personas más importantes del mundo, muchas son de raíces
judías, pero por pura ley de supervivencia. Lo que tú apuntas entroncaría con
la tesis del origen mallorquín de Colón, defendida por el erudito Gabriel Verd,
que afirma que nació en Fellanitx, y también con la variante ibicenca de este
mismo asunto. Pero son solo pruebas circunstanciales, porque disponemos de
cientos de datos objetivos de que nació en Génova.
Dice
el historiador Henry Harrisse que "A Génova Colón sólo le debe el haber
nacido, a España todo lo demás". Según tú es genovés y, sin entrar en este
asunto, he visto que hay quien piensa que nació en València, cómo vinculan al
descubridor con mi ciudad natal?
Creo
que a una ciudad como València no le hace falta Colón para nada. En el
documental ‘Colón
ADN. Su verdadero origen’, rodado por RTVE, se afirma que en Génova existía el gen judío del Mediterráneo occidental, un dato
objetivo extraído por el genetista José Antonio Lorente, que yo acepto. A
partir de ahí, dicen que, como en la ciudad italiana no quedaban judíos, porque
habían sido expulsados, Colón debía proceder de España. No se dan cuenta de que
en Génova no quedaban judíos, pero sí conversos, ya que quien se bautizó siguió
viviendo en la ciudad. Yo llevaba 23 años esperando ese documental y creo que
ha servido más para desinformar que para informar. En primer lugar, el documental
no nos vale como prueba científica y, en segundo lugar, su rodaje no ha estado
bien asesorado históricamente. Y asociar a Colón con València es una ocurrencia
del documental. En tu tierra había muchos judíos y han creído que Colón procedía
de allí. Sin embargo, su vinculación con la capital del Turia es muy pequeña.
Sabemos que la conocía y que pasó un par de veces por ella, pero no existen más
pruebas de que sea su lugar de nacimiento.
Pasemos
al enigma del protonauta, ese marino de Huelva llamado Alonso Sánchez, que
habría llegado con anterioridad a América y que, a su regreso, contó a Colón lo
que había visto. Qué opinas sobre este asunto?
Bueno,
eso también forma parte de los nacionalismos. A Colón difícilmente se le podía
hacer español, porque él mismo dijo que era genovés, así que pensaron en crear
un protonauta. Y de dónde tenía que ser? Pues de aquí mismo, de Huelva, y se
llamaba Alonso Sánchez. En el siglo XVI, el italiano Girolamo Benzoni dijo que
todo se debía a que los españoles no podían soportar que el creador de su
imperio hubiera sido un genovés. En el libro ya dejo claro que el pensamiento
de Colón fue el fruto de un proceso progresivo, que no precisaba de revelación
alguna. Él fue muchas cosas, pero nunca un impostor. No obstante, si tuviera
que apostar por un protonauta ─ hubo varios, desde el francés Jean Cousin hasta
predescubridoras, mujeres navegantes que habrían sido arrastradas por la
corriente desde la Martinica hasta las costas portuguesas, donde se
entrevistaron con Colón ─, yo lo haría por el portugués Pedro Vázquez de Tavira
que, según testigos, hablaba frecuentemente con Colón, había estado en el Mar
de los Sargazos y le había dado indicaciones de por dónde tenía que tirar. Para
mí, el que menos papeletas tiene para ser el protonauta es precisamente Alonso
Sánchez. Pero es muy admirado por los nacionalistas españoles, defensores de
esta teoría.
Cristóbal
Colón tuvo muchos problemas para gobernar los nuevos territorios. A los
españoles les costaba mucho obedecer las órdenes de un extranjero?
Hay
un cliché establecido sobre Colón, que dice que fue un buen marino, pero no un
buen gobernante, porque carecía de formación para serlo. Pero tampoco era
especialmente malo. Todo salió mal porque tenía que salir mal. El virreinato
estaba condenado a fracasar desde el principio. Por un lado, porque le dieron
unos poderes como virrey, gobernador y almirante que él no podía detentar, ya
que le llevaría a enfrentarse con la propia Corona y eso le generó muchos
problemas. Le pidieron que renunciara a esos cargos, a cambio del señorío de
Sarrión de los Condes, pero se negó y, finalmente, su nieto Luis Colón, se vio
obligado a renunciar a todos los privilegios derivados de las Capitulaciones de
Santa Fe, porque si no lo hacía se los iban a quitar. Por otro lado, Colón se
enfrentó con los colonos a los que había prometido oro. Sin embargo, como se
trataba de un monopolio, cuando lo encontraban no les dejaba llevárselo y ellos
pretendían enriquecerse y regresar a la península. Finalmente, hay que hablar de
los conflictos con los indígenas, que luchaban por su mundo, su tierra y su vida, evidentemente. Eso es algo que yo no
oculto, porque mi tesis doctoral versó en su día sobre el drama que vivió hasta
su desaparición la civilización taína. Pero no por ello soy antiespañol ni nada
de eso. Cuento lo que sucedió porque soy historiador y no puedo ocultar las
cosas. Nada más. Genocidio no hubo, porque no existió intencionalidad, pero sí
una catástrofe.
Colón era esclavista?
A
Colón hay que entenderlo en el contexto de su tiempo y sí, claro que era
esclavista. El noventa y nueve por ciento de las personas de entonces que
podían ser esclavistas lo eran. Y cuándo él vio que la cantidad de oro no era
la esperada, solucionó el problema con el envío de esclavos a Castilla. Algo
completamente normal. Lo que no resultó tan normal en aquel tiempo fue la actitud
de la reina, que le prohibió esclavizar a los indios y evitó que América se
convirtiera en un gran reservorio de esclavos con destino a la península.
Al
principio, los religiosos que marcharon a La Española no fueron numerosos, ni disponían de una formación todo
lo buena que requería la empresa. Los indígenas, por su parte, tampoco se identificaban
con un nuevo dios, que llegaba para reemplazar a los suyos, que les bastaban
para atender sus necesidades espirituales. Debió de resultar muy difícil
explicarles que tenían que aceptar ese cambio, que suponía un choque cultural y
mental muy importante, no?
Evidentemente,
pero en el resto del continente la evangelización fructificó con rapidez,
prueba de ello es que América es un enorme reservorio católico. Sin embargo, en
las Antillas no hubo tiempo de conseguir lo mismo. Los indígenas no entendían
el Misterio de la Santísima Trinidad, ni hacían esfuerzo por comprenderlo. Decían
que lloraban mientras ardían sus ídolos y colocaban cruces en su lugar. Fue un
drama para ellos, la destrucción de su civilización, pero no se sintió
responsabilidad por este hecho. Entonces no se aplicaban los derechos humanos,
ni se iba a imponer la visión del padre De las Casas de respetar su religión y
que los indígenas fueran convirtiéndose al cristianismo por su propia voluntad,
poco a poco. Al final se les obligó a rezar a la Virgen y a acatar otro tipo
sistemático de trabajo, lo que contribuyó a acabar con su mundo.
Ya
hemos comentado que el oro no fue tan abundante como se esperaba y que la
colonización no resultó demasiado beneficiosa. Paulatinamente, los monarcas
recortaron su participación en los viajes, dando paso a la iniciativa privada.
A partir de ese momento, qué papel jugó la Corona?
En
el virreinato, Colón poseía el 10 por ciento del total del comercio y la Corona
el 90 por ciento restante. Pero la Corona se dio cuenta de que aquello era un
desastre económico, llegándose incluso a plantear el abandono de las colonias. Finalmente,
optaron por cambiar de modelo y pasar del monopolio virreinal a la liberalización.
De esta manera comenzaron a entregar capitulaciones, algo que en principio
estaba prohibido, a una serie de personas para que pudieran viajar y efectuar
nuevos descubrimientos. Abrieron la economía de La Española y, a partir de
1499, liquidaron el virreinato, dando paso a un periodo de libre comercio. Francisco
de Bobadilla fue el encargado de poner este nuevo modelo precapitalista en
marcha, pero fracasó en su misión y fue Nicolás de Ovando quien estableció un
sistema mixto, canalizado mediante el llamado Consulado de Cargadores de
Indias, en el que la inversión privada tendría un porcentaje de negocio muy
alto. A partir de entonces, la Corona quedó como supervisora y organizadora de
la navegación, para lo cual creó la Casa de Contratación en el año 1503. Y partir
hacia América no era sencillo, porque la Corona daba la autorización y luego,
cada viajero, ante notario, negociaba el precio del billete con el capitán de
su barco y puedo asegurarte que no era barato y que no todo el mundo podía
costearse el viaje.
Los
restos humanos de Colón fueron muy viajeros y tuvieron varios destinos. Incluso
se habla de que están repartidos. En tu opinión, dónde se encuentran realmente
sus huesos?
Sabemos
que en 1795, tras el Tratado de Basilea, por el que España cedió Santo Domingo
a los franceses, sus restos pasaron a La Habana. En 1898, al perder Cuba, se
optó por repatriarlos a Sevilla. Sin embargo, en 1877, en unas excavaciones efectuadas
en el presbiterio de Santo Domingo, se encontró una caja con las iniciales CCA
(Cristóbal Colón Almirante), se interpretó que eran suyos y que, en su momento,
se habían equivocado de caja y Colón seguía allí. Particularmente, pienso que
no hubo error alguno al exhumarlos, porque la tumba de Colón estaba
perfectamente localizada, y desde el año 1899 sus restos están en la catedral
de Sevilla. Sobre la teoría que habla de partición de sus huesos, unos aquí y
otros allí, pienso que carece de fundamento y, de todos modos, he de decirte
que no están en ningún lado, porque de su osamenta apenas quedan ciento veinte
gramos en Sevilla y poco más en Santo Domingo.
Haciendo
balance, el descubrimiento fue algo gozoso, digno de conmemoración o, como
opinó en su momento Sánchez Ferlosio, fue una empresa «pavorosa, arrolladora y
tenebrosamente eurocéntrica», bendecida por la Iglesia?
Llegados
a este punto y teniendo en cuenta de que yo voy por Sudamérica, caminando con
mi mochila, y me entiendo con todo el mundo, que siempre he sido bien recibido y
acogido por aquellas tierras, creo que debemos quedarnos con lo positivo, con
lo que nos une, sin ignorar las cosas negativas que también ocurrieron.
Terminamos
por hoy. Seguro que llevas ya algo nuevo entre manos, no?
Actualmente,
estoy dedicado a Colón, a la promoción del libro, de hecho me voy a Santo
Domingo en fechas próximas. Pero estoy dándole vueltas a una próxima biografía,
que será la de fray Bartolomé de las Casas, porque hay que rescatarlo de la Leyenda
Negra, que no sólo echó tierra sobre el imperio español, sino que además nos
arrebató al padre De las Casas, culpándole de ser el causante de la misma. Y
nada más lejos de la realidad.
Herme Cerezo/Diario Siglo XXI