«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

jueves, 10 de octubre de 2013

Clara Peñalver, escritora: "Me gusta acumular mucho conocimiento para después contar las cosas con espontaneidad"



Ada Levy es una joven reportera que investiga el
secuestro de una modelo de origen italiano. Todas las pistas apuntan a un peligroso psicópata que ha emprendido una particular caza de brujas en pleno siglo XXI. Durante la investigación, Ada se verá inmersa en una turbulenta historia en la que se entretejen el amor, la muerte, la fantasía y la locura. De este maremágnum brota ‘Cómo matar a una ninfa’ de Clara Peñalver, editada por Random House Mondadori. En el restaurante Lotelito de Valencia, pude conversar con esta escritora sevillana, residente en Granada, acerca de su novela y de otras cosas.

¿Por qué escribe Clara Peñalver?

Desde hace muchos años escribir es una necesidad para mí, una necesidad terapéutica, un placer, la mejor forma de pasar un rato. A veces, incluso me perjudico intentando utilizar la escritura como terapia.


¿Para escribir necesitas que se den algunas condiciones especiales?

Escribo en cualquier parte porque aprendí a crearme una especie de cajón cerrado en mi cabeza, lo que yo llamo mi habitación sellada, y a encerrarme en él. Tengo una gran capacidad para evadirme y concentrarme en cualquier sitio, ahora bien, para escribir mucho rato preciso mi ordenador y todos los papeles que me envuelven en mi espacio de trabajo.


Para la novela ‘Cómo matar a una ninfa’ has escogido el género negro, ¿por qué?

Lo que me atrae del género negro es lo que me permite hacer, ya que puedo hablar de situaciones extremadamente crudas al mismo tiempo que de escenas muy tiernas, lo que me da la posibilidad de crear muchos contratiempos.


No son las únicas, pero dentro del género negro hispano, Madrid y Barcelona son las ciudades preferidas por los escritores para ubicar sus relatos, ¿qué tal se porta Granada como escenario "negro"?

Por ahora se porta muy bien porque Granada es una ciudad de novela. Lo bueno de Granada es que, como tiene tantos rincones diferentes y tanta gente de procedencias muy dispares, me permite escoger el lugar idóneo para las historias que voy a escribir. De todos modos no podemos olvidar que lo que importa es cómo lo cuentas, no el lugar donde lo ubicas. A esta ciudad le ocurre que insinúa cosas, es una mezcla de piedras, de agua y de multiculturalidad. Caminas por la calle y te encuentras a personas hablando lenguas muy distintas en un espacio muy reducido.


Hay escritores que necesitan disponer del título antes de ponerse a escribir, otros no, ¿por dónde circulas tú?

Mi caso es de los primeros. Hace muy poco me enteré de que existían unos escritores de brújula y otros de mapa y yo creo que soy una mezcla de ambos. No me puedo sentar a escribir hasta que no me creo la historia y cuando me la creo ya tengo el título y si tengo el título es como si ya tuviera parte del trabajo hecho y entonces yo misma me doy permiso para comenzar. Es algo muy particular mío.


En la novela está muy presente el jazz, incluso recomiendas su lectura escuchando jazz, ¿por qué precisamente este tipo de música?

Cuando empecé a escribir la novela escuché un tema de jazz y, de pronto, pasó de ser una canción de acompañamiento en un almuerzo a convertirse en algo irremplazable para mí. Me enamoré de ella, pregunté su título, la conseguí y me puse a escribir la novela a ritmo de jazz, incluso algún capítulo lo he escrito escuchando únicamente un mismo tema como un bucle.


Algunos escritores utilizan la opinión de los blogueros para escribir sus historias, incluso les formulan preguntas sobre sus propias obras, ¿estamos asistiendo a un cambio en la forma de escribir una novela?

Bueno, a la hora de escribir yo no le cuento a nadie lo que estoy escribiendo, ni les hablo de la historia que llevo entre manos porque necesito ganar mi propia seguridad antes de darlo a leer. No utilizo ideas de nadie. Lo que he hecho con los blogueros ha sido a posteriori. Ellos han leído la novela ya terminada y, como muchos son lectores cero de algunas editoriales, he tomado nota de sus observaciones y he seguido algunos de sus consejos.


Hablemos un poco de Ada, la protagonista, ¿por qué has escogido una mujer?

Porque me resulta mucho más fácil empatizar con una protagonista femenina ya que comparto con ella muchas visiones de la vida. Si además vuelco en ella muchas de mis aficiones, como las de la moto, y otras ridiculeces, pues la escritura me resulta mucho más natural.


¿Ada Levy no se parece un poco a Lisbeth Salander, la protagonista de la Trilogía MIllenium?

Ya me han hecho esa pregunta otras veces, pero lo cierto es que no me he inspirado en Salander. De hecho, el físico de Ada, excepto su flequillo, no lo describo. Además tampoco he leído los libros de Stieg Larsson porque cometí el error de ver primero las películas.


Pero la indumentaria que utiliza sí se parece bastante, ¿no?

He visto su estética, pero te repito que soy aficionada a las motos y en la descripción de su modo de vestir he introducido mi propia indumentaria motera, las botas, los pantalones de pitillo, la cazadora…


¿Ada Levy, como protagonista, nace con vocación de serie o estamos ante una aventura solitaria?

Desde el mismo día que salió a la venta ‘Cómo matar a una ninfa’, estoy sentada escribiendo otra novela con la misma protagonista, que probablemente se publicará durante la próxima primavera. Mi intención es que Ada, por lo menos, sea el personaje principal de tres libros.


De momento, a Ada solo le interesan los hombres por el sexo, ¿va a cambiar?

Sí, Ada cambiará. Se le empieza a romper la carcasa en la primera novela y en la siguiente, que también se inicia con una visita a la psicóloga, se enfrentará a lo que significa conocerse a sí misma.


‘Cómo matar a una ninfa’ está escrita en primera persona, pero de vez en cuando irrumpe la segunda.

A Ada le resulta más sencillo pensar que lo que escribe se lo está contando a alguien y prefiere hacerlo así, como si le hablase a otra persona, y por eso utiliza la segunda.


Has escogido como víctima a una modelo.

Escoger una modelo como víctima es bueno, pero introducirme en el mundo de la moda para mí fue algo complicado. Y creo que es un territorio interesante para el género negro. Si te fijas muchos capítulos acaban en lugares donde hay pasarelas de moda.


¿El proceso de documentación ha sido muy extenso?

A mí me gusta acumular mucho conocimiento para después contar las cosas con espontaneidad, me gusta sentirme cómoda mientras narro. Por eso me he documentado mucho sobre todo en lo referente a brujería. He manejado el ‘Malleus Maleficarum’, algunos libros de Caro Baroja y otros ensayos de autores que han escrito sobre este tema y sobre amuletos. Mi mayor descubrimiento en este sentido fue el análisis que hace Paracelso sobre lo que él llamó "seres espirituales".


Terminamos con la última pregunta, que sale casi espontánea, sola: ¿dónde queda Clara Peñalver en la novela?

Creo que estoy un poco diluida en todos los personajes. En Ada me encuentro sobre todo en las vivencias de la moto, en sus olvidos garrafales. Para otros personajes he robado características de personas a las que onozco y cuento algunas historias suyas. El personaje de Flor, por ejemplo, es casi completamente real.

SOBRE CLARA PEÑALVER

Clara Peñalver nació en Sevilla el día del libro de 1983. Desde los trece años la literatura forma parte de su vida, primero en forma de poesía y después de narrativa corta, territorio en el que ha obtenido varios premios. Licenciada en Biología por la Universidad de Granada, ha ejercido de vendedora de telefonía móvil, de opositora y de visitadora médica, hasta que en 2010 consiguió publicar su primera novela, ‘Sangre’, editada por El Páramo. Tiempo después, la editorial Random House Mondadori adquirió los derechos de su opera prima y la contrató para escribir una segunda, ‘Cómo matar a una ninfa’, que acaba de salir al mercado.