«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

sábado, 8 de noviembre de 2025

‘Astérix en Lusitania’, la serie se conserva muchísimo más fresca que el pescado que vende Ordenalfabétix.

Fue mi amigo Rafa Valero el que a los once o doce años me mostró el primer álbum de Tintin
que leí, ‘El cangrejo de las pinzas de oro’. Un tiempo después fue otro amigo, Guillermo Camps, quien me hizo leer ‘Astérix legionario’, presentándome al pequeño héroe del bigote amarillo, siempre acompañado por su inseparable Obélix, junto con los demás locos de la aldea gala (nunca tuve claro del todo si los locos eran los romanos o los propios galos). Eran las dos series de moda en mi infancia y juventud, acompañados, claro está, por Mortadelo y Filemón. Esto de Astérix, más o menos, vino a coincidir con el tiempo en que estudiábamos el bachillerato, últimos años sesenta y primeros de los setenta. Por un lado, estaban los alumnos de ciencias, los de la física, la química y las matemáticas, y, por otro, los de letras, los del latín y el griego, que éramos nosotros, los «letreros», una especie ahora en riesgo de extinción. En un colegio religioso como el nuestro estaba mejor visto ser «letrero» que aprendiz de científico, químico o matemático. Si, además, te gustaba el básquet, miel sobre hojuelas. O eso me parecía a mí.

sábado, 1 de noviembre de 2025

Vicenç Villatoro: «Escribir ‘Polonesa’ en primera persona, con un protagonista que miente, resultaba un reto difícil, pero muy interesante»

Nº 707. Vicenç Villatoro (Terrassa, 1957) es político, periodista y escritor. Galardonada con
profusión su extensa obra – más de treinta libros publicados –, su interés por el tema de la identidad la recorre transversalmente. Así lo demuestra su trilogía formada por ‘L’home que se’n va’ (El hombre que se va), ‘El retorn dels Bassat’ (El regreso de los Bassat) y ‘La casa dels avis’ (La casa de los abuelos). Profundizando si cabe más en esta obsesión, Villatoro acaba de publicar ‘Polonesa’, escrita en catalán y editada por Proa, donde aborda la historia de un espía crepuscular israelí tras la caída del telón de acero. El protagonista de la novela, Saul Shalev/Andrzej Zelig/Klaus Steinberg, que posee tres identidades diferentes, reflexiona sobre el oficio de espía, un oficio del que nunca uno termina de jubilarse, al tiempo que intenta resolver un negocio de compraventa de material «delicado» que sus antiguos colegas acaban de proponerle. Dándole otra vuelta de tuerca al asunto, Saul/Andrzej/Klaus se interroga a lo largo del texto, no podía ser de otro modo, sobre el tema de la identidad, algo que le obsesiona particularmente a causa de su trabajo, porque en su cometido la falsedad, la mentira y las apariencias son definitivas para sobrevivir y tener éxito. Pasado el media día,
a dos quarts d’una, Vicenç, desde Matadepera, y yo, desde València, anduvimos conversando acerca de esta ‘Polonesa’ y de algunas particularidades de su trayectoria como escritor. Establecida la comunicación tras los timbrazos preliminares del móvil, el piloto  de la grabadora, encendido en rojo, nos avisó de que podíamos comenzar nuestra charla. Y a eso nos aplicamos.

Vicenç, aunque llevas mucho tiempo dándole a la tecla, cuando entrevisto por primera vez a un escritor casi siempre comienzo con la misma pregunta: qué significa escribir para ti?

Hace muchos años que escribo. Es una actividad centrada en mi propia vida. En un momento determinado, decidí que yo me relacionaría con el mundo de dos maneras a la vez: viviendo y escribiendo. Pensaba vivir y escribir todo lo que me pudiera deparar mi existencia. Pero no iba a narrarlo todo, sino a relacionarme con la vida a través de la escritura que es una cosa distinta. De esta manera, cuando tengo una preocupación o siento dudas, emoción o esperanza me surge siempre una escritura que puede ser poética, ensayística, narrativa…