«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

sábado, 29 de noviembre de 2025

‘Historia de la guerra en infografías’ de Bernard, Peltier y Touchard. Editorial Crítica

Vicent Bernard, historiador especializado en temas militares, Julien Peltier, diseñador de datos e historiador, y Laurent Touchard, redactor durante varios años en la revista Défense et Sécurité Internationale, son tres especialistas en temas militares y asuntos de guerra. Tras haber participado en diversos proyectos editoriales por separado, presentan ahora de manera conjunta esta ‘Historia de la guerra en infografías’, editada por Crítica, en la que abordan los conflictos humanos, bélicos, acaecidos desde los más primitivos tiempos hasta la actualidad, cuando las tecnologías digitales ocupan un destacadísimo lugar en el desarrollo y resolución de estrategias, guerras y batallas.

‘Historia de la guerra en infografías’ es un libro tremendamente visual. Bonito de ver. Placentero a pesar del tema. Como un oxímoron. Ahí radica un porcentaje muy elevado de su atractivo: el valor añadido de las infografías. Una simple mirada nos aporta una visión panorámica detallada y nos pone en antecedentes de los aspectos más relevantes de cada conflicto bélico. Y esta es una información valiosa tanto para el experto como para el lector profano actual, que quiere saber cosas con poco tiempo ─ unos breves minutos son suficientes ─, y que mediante un simple vistazo puede entrar en situación sobre lo que le interesa. El libro se divide en seis partes bien elocuentes, ya que sus enunciados señalan los elementos fundamentales que definen las guerras que se nos van a presentar a continuación. Como muestra, veamos el índice: Parte I: Del Neolítico al Siglo V. De la piedra al hierro; Parte II: Del Siglo V al siglo XV. Del hierro al fuego; Parte III: Del siglo XV al siglo XIX. Del fuego al acero; Parte IV: Del siglo XIX a 1945. Del acero al átomo; Parte V: De 1945 hasta nuestros días. Del átomo a la digitalización; y Parte VI: Constantes y permanencias. La guerra eterna.

lunes, 24 de noviembre de 2025

Martí Domínguez: «Me interesa una literatura de combate, que lo que cuentes interpele al lector»

Nº 708. 
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En el año 1941 un reputadísimo profesor y rector de la universidad de València fue 

sentenciado a muerte por un consejo de guerra sumarísimo. Los denunciantes fueron sus propios compañeros y colegas de la universidad. Con estas premisas como punto de partida, el escritor Martí Domínguez acaba de publicar ‘Ingrata pàtria’, editado por Proa, novela escrita en valenciano en la que relata las tres últimas horas en la vida del doctor Peset y las circunstancias que le condujeron a morir, junto a otros tres condenados a muerte, frente a un pelotón de fusilamiento. Con un discurso coral, Domínguez aborda las angustias de los reos, sus últimos pensamientos, el ambiente y modos de vida de una prisión franquista en plena posguerra, gobernada por Ramón de Toledo Barrientos, un director que se consideraba a sí mismo un avanzado innovador de la pedagogía carcelaria. Las voces de un médico castrense, del funcionario Manzanedo, de dos capellanes, don Juan y don José, y de los cuatro condenados a muerte, Ferrús, Leo, Casaca y el propio Peset, emergen desde el coro penitenciario para perfilar el dibujo de un terrible cuadro de época. En blanco y negro. Obviamente. A eso del mediodía de un jueves de noviembre, día 13 por más señas, Martí Domínguez, doctor en Biología y profesor de Periodismo en la Universitat de València, me recibió en su despacho de la revista científica ‘Mètode’, donde repasamos algunos pormenores de su novela, abrigados por la calma y el silencio del Jardín Botánico de la calle Quart de la capital del Túria. La grabadora, tácitamente, tal y como acostumbra, nos autorizó a comenzar nuestra conversación con su piloto rojo encendido.  

sábado, 8 de noviembre de 2025

‘Astérix en Lusitania’, la serie se conserva muchísimo más fresca que el pescado que vende Ordenalfabétix.

Fue mi amigo Rafa Valero el que a los once o doce años me mostró el primer álbum de Tintin
que leí, ‘El cangrejo de las pinzas de oro’. Un tiempo después fue otro amigo, Guillermo Camps, quien me hizo leer ‘Astérix legionario’, presentándome al pequeño héroe del bigote amarillo, siempre acompañado por su inseparable Obélix, junto con los demás locos de la aldea gala (nunca tuve claro del todo si los locos eran los romanos o los propios galos). Eran las dos series de moda en mi infancia y juventud, acompañados, claro está, por Mortadelo y Filemón. Esto de Astérix, más o menos, vino a coincidir con el tiempo en que estudiábamos el bachillerato, últimos años sesenta y primeros de los setenta. Por un lado, estaban los alumnos de ciencias, los de la física, la química y las matemáticas, y, por otro, los de letras, los del latín y el griego, que éramos nosotros, los «letreros», una especie ahora en riesgo de extinción. En un colegio religioso como el nuestro estaba mejor visto ser «letrero» que aprendiz de científico, químico o matemático. Si, además, te gustaba el básquet, miel sobre hojuelas. O eso me parecía a mí.

sábado, 1 de noviembre de 2025

Vicenç Villatoro: «Escribir ‘Polonesa’ en primera persona, con un protagonista que miente, resultaba un reto difícil, pero muy interesante»

Nº 707. Vicenç Villatoro (Terrassa, 1957) es político, periodista y escritor. Galardonada con
profusión su extensa obra – más de treinta libros publicados –, su interés por el tema de la identidad la recorre transversalmente. Así lo demuestra su trilogía formada por ‘L’home que se’n va’ (El hombre que se va), ‘El retorn dels Bassat’ (El regreso de los Bassat) y ‘La casa dels avis’ (La casa de los abuelos). Profundizando si cabe más en esta obsesión, Villatoro acaba de publicar ‘Polonesa’, escrita en catalán y editada por Proa, donde aborda la historia de un espía crepuscular israelí tras la caída del telón de acero. El protagonista de la novela, Saul Shalev/Andrzej Zelig/Klaus Steinberg, que posee tres identidades diferentes, reflexiona sobre el oficio de espía, un oficio del que nunca uno termina de jubilarse, al tiempo que intenta resolver un negocio de compraventa de material «delicado» que sus antiguos colegas acaban de proponerle. Dándole otra vuelta de tuerca al asunto, Saul/Andrzej/Klaus se interroga a lo largo del texto, no podía ser de otro modo, sobre el tema de la identidad, algo que le obsesiona particularmente a causa de su trabajo, porque en su cometido la falsedad, la mentira y las apariencias son definitivas para sobrevivir y tener éxito. Pasado el media día,
a dos quarts d’una, Vicenç, desde Matadepera, y yo, desde València, anduvimos conversando acerca de esta ‘Polonesa’ y de algunas particularidades de su trayectoria como escritor. Establecida la comunicación tras los timbrazos preliminares del móvil, el piloto  de la grabadora, encendido en rojo, nos avisó de que podíamos comenzar nuestra charla. Y a eso nos aplicamos.

Vicenç, aunque llevas mucho tiempo dándole a la tecla, cuando entrevisto por primera vez a un escritor casi siempre comienzo con la misma pregunta: qué significa escribir para ti?

Hace muchos años que escribo. Es una actividad centrada en mi propia vida. En un momento determinado, decidí que yo me relacionaría con el mundo de dos maneras a la vez: viviendo y escribiendo. Pensaba vivir y escribir todo lo que me pudiera deparar mi existencia. Pero no iba a narrarlo todo, sino a relacionarme con la vida a través de la escritura que es una cosa distinta. De esta manera, cuando tengo una preocupación o siento dudas, emoción o esperanza me surge siempre una escritura que puede ser poética, ensayística, narrativa…