«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

lunes, 31 de diciembre de 2012

Una incógnita llamada 2013.

Este año que comienza no puede llevar aparejada la misma, y tradicional, felicitación de siempre. Eso de Feliz 2013 pasó a la historia porque, difícilmente en un país como el nuestro, 2013 será un año feliz. Sin duda será difícil, no sé si antipático, duro de pelar, incierto, crítico (de crisis, claro), recortado (tiene un día menos que su predecesor 2012 que fue bisiesto), en el que la cultura (término genérico, término ambiguo, término amplio en cualquier caso) tendrá que vérselas y deseárselas para salir adelante. Otros campos de la existencia humana (educación, sanidad, protección social, etcétera) todavía lo van a tener más dificil. Pero en fin, tendremos que vivirlo, no nos vamos a morir todos de golpe.

Así que la mejor felicitación que se me ocurre es QUE 2013 NOS SEA LEVE.