«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

jueves, 20 de noviembre de 2014

Félix G. Modroño, ganador del Premio de Novela Ateneo de Sevilla: “No me interesa ser escritor de novela negra, prefiero que mis obras tengan otras texturas como las de ‘Secretos del Arenal’, que contiene un fuerte componente emocional”.

El voluptuoso mundo del vino ha unido a Silvia y Mateo en una relación tan intermitente como apasionada, donde nunca hay preguntas ni tampoco respuestas. Pero ella sigue atormentada por el dolor de hace muchos años: en 1989 el cadáver de su hermana mayor apareció en el monte Artxanda, salvajemente mutilado, y desde entonces el asesino sigue libre, sin que las investigaciones hayan logrado avances importantes. Un día, Mateo recibe el correo electrónico de una desconocida que le propone leer la novela ‘Secretos del Arenal’: una historia de intrigas, venganza y supervivencia situada en la Sevilla de posguerra, una ciudad acosada por el hambre, la miseria y la represión política. Mateo no sabe que es la propia Silvia quien le manda este correo, y por supuesto desconoce qué claves se esconden tras la lectura de esa novela. Bajo estos parámetros, Félix G. Modroño ha escrito ‘Secretos del Arenal’, editada por Algaida, obra con la que ha conquistado el Premio de Novela Ateneo de Sevilla 2014. Por este motivo, pasó por Valencia en plena promoción y aprovechamos la ocasión para tomar un café, algún analgésico (el otoño, y más si es tan caluroso como el actual, gasta malas bromas) y charlar sobre su novela, sobre las ciudades que jalonan su vida y la importancia de conquistar un premio tan celebrado.
¿Por qué es importante para Félix G. Modroño ganar un premio como el Ateneo de Sevilla?
Básicamente es importante porque llegas al mayor número posible de lectores. A día de hoy, publicar es difícil y hacerlo decentemente todavía más. Eso sólo lo consigues si te avala un premio literario como el Ateneo de Sevilla, sin olvidar el prestigio que te aporta el hecho de ganarlo.
Con relación al monto del Premio, ¿está más contento el ministro señor Montoro que tú?
Seguro que sí, porque de los veinticuatro mil euros, con la retención de Hacienda y la subida de mi base imponible no sé cuánto me quedará. Esto es algo que no me parece muy justo, porque los autores profesionales, que viven de escribir y carecen de ingresos periódicos, pagan una barbaridad de dinero en impuestos, sin olvidar que una novela te cuesta dos años de escribirla y su beneficio es exiguo.
¿Cómo surgió la idea de escribir este ‘Secretos del Arenal’?
Hay dos momentos, dos flashes. El primero se produjo cuando vi una dedicatoria en la que el autor de un libro hablaba de “mis amores de pasión, de recreo y de compañía”. El segundo ocurrió al fijarme en todo lo que acompaña a la llamada Doctrina Parot: los crímenes impunes, los asesinos que quedan libres enseguida, los permisos a violadores, el caso de Marta del Castillo… Los periodistas opinan que los escritores incluimos muchos crímenes en nuestros libros, pero lo cierto es que la realidad nos supera y nos proporciona sufrimientos duros. ‘Secretos del Arenal’ habla de la vertiente sentimental y criminal del ser humano, del instinto animal que llevamos dentro y se pregunta qué seríamos capaz de hacer por amor y por odio. Sin duda se trata de un libro muy visceral.
Esta novela no está protagonizada por Fernando de Zúñiga, ¿se te va a poner celoso por ganar un premio sin contar con él?
La verdad es que iba a escribir una aventura suya, pero no me parecía ético por mi parte participar en un concurso literario con un personaje relativamente conocido. Por eso lo aparqué. Pero volverá pronto, con nuevos bríos y con esa historia de la que ya te he hablado en otras ocasiones. Por otro lado, pienso que es bueno que una novela tarde en cocerse, porque el paso del tiempo la enriquece y le aporta nuevos matices. Tengo ya el título decidido, pero no te lo voy a adelantar por si lo cambiase en el último minuto.
¿‘Secretos del Arenal’ está basado en un hecho real?
Bueno, actualmente es muy difícil inventarse un crimen, porque las bajas pasiones están a la orden del día y tenemos muchos ejemplos de ello. He utilizado algunos casos similares, cambiando los nombres a sus protagonistas.
Narras la novela en primera persona y bajo la voz de una mujer: ¿eso es un reto literario o exigencias del guión?
Sí, es un reto, claro, porque soy de Bilbao [risas] y a los de Bilbao nos van los grandes desafíos. Esta novela tiene una doble dificultad: por un lado, escribo dos historias que se retroalimentan una de la otra y que tienen la misma fuerza; y, por otro, disfruto de la posibilidad de narrar en primera persona y con la voz de una mujer. Si la narradora hubiera vivido en el siglo XIX tal vez me hubiera costado más introducirme en su universo, pero con una mujer del año dos mil no es tan difícil porque actualmente hay menos diferencias entre ambos sexos. Algunas amigas mías han leído ya la novela y me han dicho que he dado en el clavo.
El vino y lo que le rodea aparece en ambas historias, ¿te atrae de modo especial la enología o todo ha sido pura documentación para narrar?
Me interesa mucho el mundo del vino, ya lo utilicé muy someramente en otra novela y se había convertido en asignatura pendiente porque a veces me ocurre que mientras me documento se me cruzan muchas historias y argumentos, que me llevan a plantearme otras novelas y eso es lo que me ha pasado con el vino, que además me ha permitido jugar con los personajes a través de metáforas y con el mundo de los sentidos. Vino y lectura son un buen maridaje.
‘Secretos del Arenal’ tiene matices de novela negra. Si lo unimos a las andanzas protagonizadas por Fernando de Zúñiga, ¿podríamos pensar que eres un escritor de género  negro?
Todavía no he escrito ninguna novela negra al uso, las mías son más bien policiacas. Yo tomo las novelas negras para que los crímenes me sirvan como hilo conductor de mis historias, no me preocupa demasiado la investigación en sí misma. En esta, incluso hay un crimen sin resolver y otro sin castigar.  Creo que no me interesa ser escritor de novela negra, prefiero que mis obras tengan otras texturas, como las que hay en ‘Secretos del Arenal’, que contiene un fuerte componente emocional.
Por estas páginas desfilan la Guerra Civil y la Posguerra, lo que te habrá requerido un inevitable proceso de documentación. Desde el prisma del investigador histórico, ¿qué sabor de boca te ha quedado después de acercarte a un tema tan sensible como ese?
Tengo la misma impresión que todo el mundo. Si unimos la represión y el hambre de la época, personificada en las cartillas de racionamiento, ya está hecho el retrato de la época. He tenido la suerte de hablar con personas que vivieron entonces, personas casi centenarias pero que conservan la cabeza muy lúcida y me han contado hechos estremecedores, que incluso no aparecen en los libros de Historia. Precisamente creo que de toda la investigación lo más fuerte es escuchar lo que ocurrió directamente en primera persona de boca de alguien que lo vivió.
Hablas en ‘Secretos del Arenal’ de un atentado contra Franco preparado en Sevilla, un hecho que ha llegado hasta nosotros a pesar de que trataron de ocultarlo.
Afortunadamente en todas las ciudades hay enamorados de la Historia y en Sevilla hay uno, valenciano precisamente, cuyo nombre es Nicolás Salas. Él ha profundizado bastante en este asunto del atentado. Franco salió ileso de muchos otros intentos de acabar con su vida que no se llegaron a perpetrar, bien por miedo,  bien por auténtica mala suerte. Se escapó de tantos que él mismo se creía poseedor de una baraca especial, porque nadie podía matarlo. Yo creo que incluso los falangistas lo intentaron, pero no se atrevieron porque no tenían muy claro lo que pasaría después de su muerte.
Como ya has comentado, en ‘Secretos del Arenal’ hay dos novelas, ¿cómo consigues conjugar las dos historias en una sola?
Lo que me ha ocurrido con esta novela no me había pasado antes. Normalmente soy muy metódico al estructurar el relato, pero en este caso comencé alternando la escritura de ambas historias. Sin embargo, me costaba mucho cambiar de registro, así que primero terminé una y luego comencé la otra y eso me permitió interconectarlas. 
¿Algún personaje ha cobrado mayor relevancia de la que en principio le habías destinado?
Fernanda Lamadrid cobró más peso del que había previsto porque me encariñé mucho con su personaje. Ella regentaba como madame una casa de trato, que no de citas. Esta particularidad suya me permitió estudiar lo que era un establecimiento de este tipo, un lugar donde unas chicas iniciaban a los hombres en el sexo. Estas mujeres, luego eran las estrellas de los carnavales de la ciudad y desfilaban por sus  calles.
En la novela aparecen Bilbao y Sevilla. Tú eres vizcaíno pero vives en la capital hispalense, ¿son las dos ciudades de tu vida?
Son dos ciudades que conozco muy bien. Creo que un escritor es más honesto si escribe sobre lo que conoce. Mi intención ha sido describir dos ciudades alejadas de los tópicos y hacerlo con ese aire evocador que sólo puedes permitirte cuando escribes sobre un lugar desde la distancia o desde dentro, pero conociéndolo perfectamente. Está claro que no las he elegido por casualidad sino con el claro propósito de mostrar entresijos y rincones especiales poco conocidos. Por eso la Giralda no aparece en toda la obra.
La última por hoy: ¿por qué rincón de la novela habita Félix G. Modroño?
Las personas somos tan complejas que podemos manifestarnos de muchas maneras. Mis amigos, algunos me conocen mejor que yo mismo, me han dicho que soy tanto Fernando de Zúñiga, como Mateo o Silvia. Yo tengo muchos modos de pensar, pero mis pensamientos cambian porque estoy en continua evolución. Y eso les pasa también a mis personajes. Es lo bueno de nuestro instinto, que podemos ser muchas personas a la vez. Hay quien opina que escribe para conocerse a sí mismo, quizá sea mi caso y esta novela me haya ayudado a conocerme un poco mejor.

Herme Cerezo/SIGLO XXI, 21/11/2014


SOBRE FÉLIX G. MODROÑO

Félix G. Modroño es un escritor vizcaíno, afincado en Sevilla. Tras publicar ‘Villalpando, paisajes y rincones’ (2002), en homenaje al pueblo zamorano de sus padres, se animó a emprender la aventura de su primera novela, ‘La sangre de los crucificados’ (2007), protagonizada por el doctor Zúñiga, un peculiar investigador del siglo XVII, que también sería el personaje central de su siguiente obra: ‘Muerte dulce’ (2009). Con ‘La ciudad de los ojos grises’ (2012) cosechó un gran éxito de ventas y el reconocimiento de los lectores.

354