«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

lunes, 17 de noviembre de 2014

Mado Martínez, escritora, Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla 2014: “Mi novela es de terror, pero admite muchas lecturas porque también tiene otros ingredientes”



El colegio para señoritas Rosas del Cares – al que todo el mundo llama Manderley–, siempre ha guardado un secreto atroz, especialmente desde la muerte de su fundadora, Rebeca de las  Nieves. Ella había conseguido convertir aquel internado, situado en un remoto paraje de Asturias, junto a los Picos de Europa, en una de las instituciones educativas más prestigiosas del continente. Pero cuando algunas niñas empiezan a desaparecer, el oscuro secreto de Manderley se convierte en una inequívoca amenaza. Estos son los cimientos de la novela ‘La Santa’, editada por Algaida, con la que la escritora Mado Martínez ha conquistado el Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla 2014. Durante su paso por Valencia para promocionar el libro, tuve la oportunidad de conversar con Mado sobre su novela y sobre el género de terror, un territorio conocido pero no demasiado frecuentado por los escritores actuales.
Enhorabuena por el Premio, Mado, ¿por qué es importante para ti haber ganado el Ateneo Joven de Sevilla?
Sin duda creo que es por la difusión que alcanza tu obra. Al final un escritor lo que desea es que le lean, y cuando ganas un Premio como el Ateneo de Sevilla sabes con seguridad que va a llegar a muchos lectores, porque su distribución por librerías es muy buena, sin olvidar que todo eso te permite tomarle el pulso al público y conocer cómo ha sido acogida tu novela. El dinero no es desdeñable, desde luego, pero el rendimiento económico que tú obtengas depende de las ventas finales.

Creo que esta es tu cuarta novela sobre el terror, ¿qué te atrae de este género?
Mis anteriores novelas se mueven más en el terreno de lo sobrenatural y, aunque todas ellas las etiqueten como de terror, yo siempre digo que escribo novelas, así sin especificar, porque dentro de ellas hay muchos otros géneros y por eso a unos lectores les puede parecer que son de terror, a otros románticas o negras o de emociones.
Bueno, pero ‘La Santa’ sí presenta muchos elementos del género, ¿no?
Sí, pero también contiene elementos históricos, por ejemplo de la Guerra Civil, y muchas emociones, unas oscuras y otras muy tiernas. Creo que podemos hablar de una novela de terror, pero que admite distintas lecturas porque tiene otros ingredientes. Y es que no quiero encerrarme en ese género, porque a priori bastante gente no quiere acercarse a una novela de este tipo, aunque en su interior luego encuentre  cosas que le pueden enganchar a su lectura.
No es muy frecuente que una novela de terror gane un premio literario, pero tú lo has conseguido, ¿qué tal anda de salud este género en España?
En nuestro país creo que hay muy buenos escritores y directores de cine de terror que han rodado películas extraordinarias. De hecho pienso que el género vive un momento muy bueno y que estamos abriendo un camino interesante. Alejandro Amenábar o Jaume Balagueró, entre otros, están demostrando que podemos llegar muy alto y con mucha proyección internacional. Y lo hacemos con pocos medios y muy pocos efectos especiales, porque tenemos talento para construir los argumentos y generar el misterio y la expectativa, sin recurrir a tópicos o historias muy manidas.
¿Se puede escribir una novela de terror de noche y a solas?
Sí se puede, aunque a veces miras detrás de ti.
¿Qué tipo de herramientas utiliza Mado Martínez para despertar el terror en el lector?
Juego con los miedos más profundos del ser humano. Hay cosas que nos producen mucho miedo a todos, es como si las lleváramos grabadas en nuestra memoria genética. Las conocemos con el nombre de atávicas. Pero yo tengo algo de ventaja, ya que he tocado mucho estos asuntos y los he investigado para los artículos que publico en revistas especializadas en temas de misterio como ‘Enigmas’ o ‘Más allá’.
Las novelas de género negro exigen normalmente un guión bastante rígido para que todo encaje, ¿en el terror ocurre lo mismo o hay mayor espacio de maniobra?
Aunque he leído novelas y he visto películas de las que al final he pensado que carecían de sentido, porque nada encajaba, para mí el guión sí es importante. Intento que mis novelas sean verosímiles y que la gente, como de hecho ocurre, crea que lo que cuento puede llegar a suceder.
¿Existe un código invisible entre los escritores de género de terror y sus lectores? ¿Hay que iniciarse para ser un buen lector de género de terror?
Yo diría que hay que leer mucho. Yo leo de todos los géneros, desde Stephen King a Ramón J. Sénder o Juan Eslava Galán pasando por el Realismo Mágico. En general, leo todo lo que me atrape y que me haga pasar páginas, aunque es cierto que me siento más atraída por la lectura de novelas que tengan que ver con todo lo sobrenatural o recreando historias sobre este mismo asunto.
¿Cuál fue la primera imagen que te inspiró la escritura de ‘La Santa’?
Mi primer flash fue un colegio para señoritas en el que había una alumna que era ciega. A partir de ahí me planteé la historia de un internado en el que una de las internas era invidente. Esta idea comenzó a parecerme atractiva, al tiempo que gótica y romántica, y me atrapó enseguida. Después la novela se fue escribiendo sola.
Dedicas la novela a San Pascual Baylón, ¿qué tienes tú que ver con este santo?
Su santuario está situado en lo alto de la montaña de mi pueblo, Monforte del Cid, y cuando tenemos algún problema, subimos allí y rápidamente cobramos otra percepción de las cosas y las preocupaciones dejan de parecernos tan graves. Al presentar la obra al concurso, fui a visitarle y le prometí que si ganaba el premio se la dedicaría. Y como San Pascual es un santo vengativo yo cumplí mi promesa, porque si no la cumples viene a buscarte y te da bastonazos mientras duermes.
¿Tiene algo de exorcismo esta novela para ti?
No, no lo tiene.
En ‘La Santa’ aparece la Santa Compaña, ¿qué es exactamente la Santa Compaña?
Es una leyenda que tiene mucho de real. Si te contase todo lo que sé de ella, esta noche no dormirías. Se supone que se trata de una procesión de ánimas benditas, que van penando por la noche. Desfilan con una cruz, una candela o velas y un sayo blanco con capucha o sin ella. Tenemos constancia de su existencia desde la Edad Media. En Europa sus equivalentes serían el Ejército Oscuro de Gotham o el Ejército Fantasma de Odín y en América Latina se  le conoce bajo otras denominaciones. En España también recibe distintos nombres y en Asturias, donde se desarrolla la novela, le llaman La Güestia. Hay tantas personas que aseguran habérsela tropezado, en ocasiones incluso un pueblo entero, que cuando te cuentan lo que han visto, lo hacen como avergonzados o con miedo. Sea lo que sea, la Santa Compaña existe y a mí no me gustaría encontrármela para salir de dudas. Lo digo en serio.
La novela arranca con una escena fuerte: ¿eso es para atrapar al lector, alejarle o advertirle de lo que le espera?
Bueno, en el comienzo hay un asesinato, pero es muy metafórico y lírico aunque sea duro, porque la novela no deja de tener un punto estético y romántico. Si nos damos cuenta, el modo en que lo describe la asesina es una manera de poner al lector en antecedentes sobre lo que le espera. En los siguientes capítulos me dedico a presentar los personajes, pero de vez en cuando doy un toque de atención para recordárselo, porque no quiero que se duerma en los laureles. Al lector hay que atraparlo continuamente, no puedes cogerlo al principio y olvidarte después de él, es preciso que viva la atmósfera que describo para que entre en este mundo.
‘La Santa’ está escrita en tercera persona y también en primera, ¿por qué esta alternancia?
Está escrita mayoritariamente en tercera persona porque es una novela muy coral. La única que habla en primera persona es la asesina y lo hace así porque es una especie de conciencia, una forma de ahondar en su parte oscura y tierna a la vez, algo difícil de conseguir, aunque yo creo que lo he logrado.
En la lectura encontramos bellos párrafos, bien trabajados, ¿te interesa más la historia o también te preocupa cuidar la forma?
Las dos cosas deben ir parejas porque son importantísimas. Es como una moneda. No se entendería que le faltase la cara o la cruz. Me he tropezado con escritores de un estilo fabuloso, pero cuyas historias atrapan poco. Valoro mucho este equilibrio y procuro que también se produzca en mis novelas.
Como has explicado antes, ‘La Santa’ transcurre en un internado, ¿a la hora de escribir género de terror es importante escoger un buen escenario?
Para mí el ambiente es imprescindible, porque creo que es un protagonista más de la novela. Si cuidas los personajes pero no atiendes el ambiente, yo no termino de entrar en la historia. Hay que conocer la vida cotidiana en la que se desenvuelven los personajes de ‘La Santa’, en este caso el internado, que refleja el compañerismo entre las alumnas y me servía para que su aislamiento acentuara los acontecimientos terroríficos que suceden y de los que no pueden escapar.
La última por hoy. Hemos visto que tu novela es coral y que controlas el guión, ¿algún personaje ha intentado escapársete de la mano?
No, cada uno de ellos tiene su propia vida.

Herme Cerezo
 

SOBRE MADO MARTÍNEZ
Mado Martínez (Monforte del Cid, Alicante) ha realizado estudios de filología y antropología. Dirige la revista científica de ámbito internacional ‘Ispectrum Magazine’ y colabora en publicaciones como ‘Año/Cero’, ‘Más Allá’, ‘Enigmas’, ‘Historia de la Iberia Vieja’... Ha publicado hasta ahora las novelas ‘El Misterio de Nicole Delacroix’, ‘La Maldición’ y ‘La Guardiana’.