«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

sábado, 18 de julio de 2015

Desirée Ruiz, escritora: “He escrito una novela de intriga que también habla de las emociones y los sentimientos”

Laura. Te amo. Eternamente. Entre ondas y nubes”. Esta enigmática frase en la esquina de un lienzo inacabado, que representa la figura desnuda de una mujer sin rostro, supondrá para Marcela una inesperada encrucijada en su vida anodina. Cuando su hermano Jaime, un fotógrafo solitario y viajero, muere en un absurdo accidente, entra por primera vez en su estudio y descubre la existencia de una intensa historia de amor frustrada de la que nada sabía hasta entonces. Acompañada de Victoria, su mejor amiga, Marcela comenzará una investigación que le llevará a descubrir aspectos de su hermano y de ella misma que desconocía. Con este planteamiento inicial, Desirée Ruiz presenta ‘Ofelia descalza’, publicada por Ediciones Hades, su ópera prima, novela que mezcla el romanticismo y el thriller a partes desiguales. En el Lounge Bar del Hotel Astoria pude charlar con la escritora aragonesa sobre su obra durante unos minutos, mientras en la calle el sol patinaba, perezoso, sobre el asfalto y los edificios de Valencia.
Desirée, ¿qué significa escribir para ti?
Escribir me hace ser más feliz, le proporciona intensidad a mi vida. Al narrar cosas que no son reales, ocurre que mis sentimientos se vuelven mucho más intensos, es como si toda mi sensibilidad afluyera de golpe.



¿Hay mucho de autobiográfico en ‘Ofelia descalza?
No, no es muy autobiográfica. La protagonista lleva una vida dura y es muy desgraciada, todo lo contrario de lo que me ocurre a mí, afortunadamente. Desde luego hay pinceladas mías en muchos personajes, pero no se centran en uno en concreto. Algunas personas que me conocen y han leído la novela dicen que me encuentran en frases sueltas, pero nada más.
¿La idea para escribir la novela surgió de golpe o se gestó a lo largo del tiempo?
La idea se gestó a lo largo de ocho o nueve años. Cuando escribo me vuelvo un poco obsesiva y solo puedo dedicarme a ello y como entonces no podía hacerlo, porque tenía otras obligaciones, trabajé el relato corto, un género que te retroalimenta más, porque el resultado es inmediato.
Decías que también has cultivado el cuento, ¿qué lugar ocupa el relato breve en tu literatura?
Me interesa el género del cuento por sí mismo, me gusta escribir relatos cortos. Hay aspectos que puedes observar de la realidad, cosas que te llevas a tu casa y que para mí constituyen un relato por sí mismas, sin muchos más añadidos. Aunque es un género que no se lee demasiado, posee  su propia esencia.
¿Utilizas guión para escribir o te dejas llevar durante el proceso creativo?
Como escritora soy bastante anárquica, un poco caótica, igual que lo soy en mi vida cotidiana. No sé exactamente qué voy a escribir, así que escribo y paro, monto la estructura y corto, añado o quito lo que no me cuadra. Unas veces narro y otras estructuro el texto, depende de mi estado de ánimo. Todo el mundo piensa que escribir resulta siempre divertido y no es así, hay momentos de puro trabajo de construcción, que siempre es más aburrido que el mero acto de escribir.
Dentro de ese cierto anarquismo creador tuyo, ¿algún personaje se te ha rebelado?
Sí, concretamente el personaje de Sara me pedía más papel del que yo le había asignado en principio. Decidí concedérselo y eso hizo variar un poco mi concepción inicial de la historia. Con esta concesión, creo que la novela ganó en intensidad.
Encabezas la novela con dos citas, una de Virginia Woolf y otra de Marcela Serrano.
Sí, ambas son mis escritoras favoritas, me gustan mucho. Dado que la novela es una historia de mujeres, cuando leí la cita de Marcela Serrano pensé que podía cuadrar muy bien con el texto, igual que la de Virginia Woolf que refleja perfectamente ese tipo de situaciones en las que la vida nos supera y se puede convertir en nuestro propio enemigo. Aunque no me considero una persona triste ni mucho menos, son dos reflexiones que utilizo muy a menudo en mi vida diaria.
Introduzcámonos ahora un poco en los entresijos de la obra. La protagonista, Marcela, es mujer, como lo son también Victoria, Laura, Sara, Alma del Río y otros personajes femeninos. Por si esto fuera poco, Jaime, el protagonista masculino, muere pronto, ¿‘Ofelia descalza’ es novela preferentemente de y para mujeres?
Todo lo que has dicho es cierto y parece muy evidente que así lo sea, pero nada más lejos de la realidad. Efectivamente, el personaje masculino al que aludes muere al comienzo de la novela, pero es el centro de toda la historia. Aparece y desaparece, es quien mueve los entresijos y sirve de nexo de unión entre los demás personajes. En el fondo, ‘Ofelia descalza’ es una novela de intriga, pero también habla de las emociones y los sentimientos, quizá desde una perspectiva que puede parecer femenina, en el sentido de que tal vez las mujeres podemos tener sentimientos un poco más complejos, aunque creo que los sentimientos son universales.
En un momento determinado, la novela da un giro y definitivamente se transforma en thriller, ¿eso es algo premeditado?
En la primera parte, Marcela se muestra un poco más pasiva, como dejándose llevar y yo pretendía que fuese más activa y que le sucediesen más cosas. Eso ocurre en la vida real también, porque cuanto tú te activas todo se acelera. Sin embargo, no era nada premeditado, salió así porque me lo pedía la trama de la novela.
Precisamente, el hecho de que Marcela se lance a la investigación de la vida de su hermano Jaime, le lleva a descubrir muchos aspectos sobre ella misma.
La reacción de Marcela se produce cuando comienza a investigar, aunque creo que ni ella misma es consciente de que lleva una existencia gris, como tantas otras personas en el mundo real. Sin embargo, al descubrir que hay algo extraño en la vida de su hermano, que también le afecta a ella, decide tomar las riendas y cambiar un poco las cosas que no le gustan y buscar las que echa en falta. En eso su amiga Victoria le ayuda mucho.
Has profundizado mucho en los personajes.
Me interesan mucho los personajes y su mundo interior. Me gusta que, una vez leída la novela y pasado el tiempo, dejen un cierto poso en el lector. Precisamente, aunque es una novela de intriga, como ya he dicho, no es trepidante porque he invertido mucho tiempo en el conocimiento de la personalidad de cada uno de ellos. Por eso he usado el narrador omnisciente a la hora de describir todo lo que sienten. Profundizar en los personajes es lo que confiere emoción a la novela y hace que los lectores se identifiquen con ellos.
Como en toda novela de intriga, los personajes llevan doble vida.
Es cierto, los personajes que aparecen en la novela la tienen. Todos han atravesado momentos especiales en sus vidas: alguna tragedia, un misterio, un secreto… Esto es una novela, pero creo que si rascáramos un poco, veríamos que la mayoría de la gente guarda pequeños secretos, pequeñas vivencias que le han impactado, sin olvidar que existen personas con un pasado turbio e, incluso, truculento.
Como ya hemos dicho, el hecho de que Marcela investigue algo exterior a su persona, le lleva a conocerse mejor interiormente, ¿en la realidad también ocurre igual?
Bueno, es verdad que Marcela se descubre a sí misma al investigar cosas del exterior, en este caso sobre su hermano, pero no creo que tenga que ocurrir exactamente así en todos los casos. Hay personas que viven mucho hacia fuera, pero carecen de un enriquecimiento interior. En este caso, una cosa lleva a la otra y ella empieza a conocerse más a sí misma e incluso profundiza en la relación con su marido, una relación que se había vuelto rutinaria y que les había llevado a perder la ilusión, aunque no el amor.
El disparador principal de la acción es un retrato: el de Laura, en el que aparece una mujer cuyo rostro no conocemos porque el cuadro no está terminado.
No, no está terminado fundamentalmente porque toda la historia, la intriga, arranca con la búsqueda de esa mujer y era mejor que no se conociese su cara. ¿Por qué no acabó Jaime ese retrato? No se explica en la novela, quizá no quiso terminarlo o deseaba preservar el secreto de la identidad de su amada.
Aunque no describes demasiado el paisaje urbano, está claro que la historia transcurre en Zaragoza. La capital del Ebro no es muy habitual en la literatura, ¿qué tal se porta como escenario?
[Risas] Conmigo se ha portado muy bien. Yo nací y me crié allí y al escribir sobre Zaragoza he descubierto que, aunque no la he utilizado mucho, porque me he centrado más en el interior de las casas y de los personajes, puede dar mucho juego. Tiene lugares con magia para ser escenarios válidos, como por ejemplo, la plaza del Pilar y los puentes. De hecho yo veía moverse por allí a mis personajes, no me los imaginaba en ningún otro lugar.
Concluimos por hoy con dos preguntas: ¿qué es La tisana del Papa Luna?
Bueno, es un montón de hierbas que sirven para todo, desde la jaqueca hasta los nervios pasando por el riñón. Se puede encontrar en cualquier tienda del casco viejo de Peñíscola.
Siguiente proyecto: ¿tienes algo ya en mente?
Aunque llevo un cuento entre manos, que quiero terminar para el final del verano, volveré a escribir una novela. Ya tengo pensado algo, pero sin perfilar todavía. Son como muchos flashes en la mente que todavía no se han concretado. Espero que lo hagan pronto.


SOBRE DESIRÉE RUIZ

Desirée Ruiz Pérez (Zaragoza, 1973) es licenciada en Derecho y trabaja desde 1999 como profesora de Educación Secundaria, especialidad de Formación y Orientación Laboral. Actualmente reside en Castellón de la Plana, donde ejerce la enseñanza en el IES Matilde Salvador. Casada y madre de dos hijas, ha escrito libros de texto de su especialidad docente. Dentro ya de la ficción, es autora del libro ‘Tarta de manzana y otros relatos’, Premio Certamen de Relato Corto Bohodón, así como de varios cuentos incluidos en las antologías ‘Relatos de mujeres 6’, ‘Bocados sabrosos’, ‘Pluma, tinta y papel’ y ‘Cachitos de amor’. ‘Ofelia descalza’, publicada por Ediciones Hades, es su primera novela.

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