Nº 540.- Tras el éxito cosechado con ‘El vuelo del águila’, monumental
novela histórica sobre los últimos años de Fernando el Católico y la llegada a
España de la dinastía de los Habsburgo, José Luis Corral, historiador y
novelista, publica el segundo de los cinco volúmenes previstos para hablar del
siglo XVI. Su nueva entrega, ‘Los Austrias II. El tiempo en sus manos’, cubre
el periodo comprendido entre 1519, cuando Carlos I es nombrado emperador, y
1539, fecha del fallecimiento de su esposa Isabel de Portugal. Para hablar de
los pormenores de este segundo volumen pasó por València el escritor aragonés con
el que conversé durante unos minutos sobre este periodo tan apasionante de
nuestra historia. Y como siempre, tras charlar con él, aprendí cosas nuevas y
refresqué conocimientos que tenía olvidados desde mis tiempos en la Facultad de
Geografía e Historia de la capital del Turia.
José Luis, sigues adelante
con tu ciclo de novelas sobre los Austrias
Ahí estamos, se anunció como una saga y ésta es la segunda
entrega. Mi idea original era escribir cinco novelas ya que quiero dividir el
siglo XVI en ciclos de veinte años. Si el público, como hasta ahora, responde y
la Editorial Planeta sigue interesada seguiremos adelante.
De momento, es buena
señal que haya aparecido publicada ya la segunda novela.
Desde luego que sí. Mis libros son longsellers, novelas de larga duración, y espero que tenga un largo
recorrido como las otras.
Sin duda, eres un
escritor de fondo de librería, autor de títulos que se buscan siempre.
Parece que sí. Planeta está reeditando mis primeras novelas,
que antes pertenecían a Edhasa, y se siguen vendiendo a pesar de que algunas las
publiqué hace más de veinte años.
En ‘Los Austrias II. El
tiempo en sus manos’, te centras en la figura de Carlos I, un monarca joven que
llega a España sin saber castellano, presa fácil para consejeros tan poderosos
como Adriano de Utrecht, Guillermo de Croy o Nicolás Granvela, ¿no?
Desde luego estos personajes que citas son de una categoría
política extraordinaria y con un peso específico importante. Carlos era un
joven educado en Flandes por su tía Margarita de Austria con la que tuvo una
estrechísima relación, ya que sus padres lo abandonaron allí y no se ocuparon
de él. Cuando llegó a España, su padre ya había muerto y su madre estaba
encarcelada en Tordesillas. No hablaba castellano, desconocía las costumbres
del país tanto que no sabía que había de jurar los fueros de Aragón, Catalunya
y València, porque la Corona de Aragón así lo exigía a sus reyes. De todos
modos, aunque era un hombre muy ajeno a todo lo que aquí ocurría, demostró
tener una gran capacidad de adaptación a sus nuevas circunstancias.