Si los versos de ‘La cogida
y la muerte’, escritos por Federico García Lorca, consagraron las cinco de la
tarde, «Eran las cinco en punto de la tarde», como hora taurina por excelencia,
desde el pasado jueves 29 de octubre, las siete treinta de la tarde podría
quedar institucionalizada como la hora del vino y los libros, un maridaje perfecto
para unir tres placeres irrenunciables del ser humano: leer, escribir y
degustar un buen caldo.
«Eran las siete treinta de
la tarde», decía, con el sol dormido y las mentes despiertas, cuando en las
bodegas Solar de Samaniego sitas en la localidad de Laguardia de la Rioja
Alavesa, dio comienzo el acto de la entrega del I Premio Internacional Solar de
Samaniego de Novela. Este galardón, que deseamos sea el primero de una
interminable serie de ediciones, fue a
parar a manos del periodista y escritor Luis del Val (Zaragoza, 1944) por su
novela ‘La transición perpetua’, que ha sido editada por Algaida.