Dice que después de veinte años
está cansada de actividad política, que necesitaba recuperar la perspectiva de
la realidad que, quizá desde su anterior cometido, haya perdido y que ha
llegado el momento de dar un volantazo, un giro y bajar a la calle. Ese cambio,
en el caso de María Jesús Puchalt, ha consistido en saltar al ruedo de la
literatura y publicar su primera novela, ‘Mar de azahar’, editada por Versátil,
un mosaico familiar complejo escondido tras recuerdos olvidados y palabras
prohibidas, en el que los colores del mar acompañan el ánimo de sus
protagonistas. Un juego de espejos entre madres e hijas en el que se sospecha
que se hereda precisamente lo que se teme y se adora lo que no se tiene,
protagonizado por Lucía, una joven publicista de Valencia, que descubre
inconfesables secretos de su madre que podrían cambiar su existencia y la de su
familia.
María Jesús, dicen que la primera novela siempre es la más
autobiográfica, ¿es cierto en tu caso?
Creo que sí que es cierto, porque
quizá en la primera novela, no sé si por falta de oficio o por necesidad, te
desnudas más. ‘Mar de azahar’ no es del todo autobiográfica, pero sí contiene
cosas reales, que me han servido de inspiración. Como es muy intimista, no me
he reprimido y, a través de los personajes, he contado cómo reaccionaría yo si
estuviera en sus mismas situaciones.
¿Desde cuándo arranca
su pasión por la literatura?
No podría decirte cuándo con
exactitud, pero recuerdo que a los once años, mi madre, que era maestra
nacional, me hacía escribir muchas redacciones en mi casa, sentada a la mesa de
la cocina mientras sonaba la radio al fondo. Allí recuerdo haber escuchado el
asesinato de Carrero Blanco y el 23-F. A los quince años, de eso sí estoy
segura, escribí una novelita durante los fines de semana y más tarde escribí
cuentos para mi hija. La verdad es que siempre he estado vinculada con la
escritura.