«Desde su agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y, como si de grillos se tratara, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar» (Jesús Carrasco, Intemperie)

domingo, 21 de octubre de 2018

‘El rey recibe’, la nueva novela de Eduardo Mendoza


En la ciudad condal y a principios del pasado mes de septiembre, Eduardo Mendoza (Barcelona. 1943), presentó su nueva novela, ‘El rey recibe’, editada por Seix Barral, título que se ha encaramado con indudable rapidez al primer puesto de la lista de libros más vendidos. En uno de los encuentros con la prensa, y también con el público, Mendoza describió su obra como «una novela difícil de clasificar», al tiempo que dejaba claro que autobiográfica del todo no era, aunque sí contenía elementos autobiográficos, ya que no pretendía indagar en sus recuerdos, porque «la memoria (personal) es una cosa que debería estar prohibida», dado que sólo se recuerda lo doloroso. Sin embargo, algo de autobiográfico sí que tiene este libro, creo que resulta innegable, porque Rufo Batalla, el protagonista, vive en Barcelona, viaja por países del Este y se asienta en Nueva York, cosas que el propio escritor barcelonés llevó a cabo durante su juventud.

Para contar ‘El rey recibe’, Mendoza ha escogido otro de esos personajes suyos tan especiales y, a la vez, tan característicos: el ya citado Rufo Batalla, alguien que se nos presenta como un periodista de poca monta, destinado a la sección de la prensa rosa y que se autodefine como proveniente del «sector más volátil de la clase media». Su primer encargo como informante consiste en cubrir la boda del aspirante al trono de Livonia,  delirante país ubicado a orillas del Báltico, un sujeto que habita el exilio: «el príncipe Tadeusz María Clementij Tukuulo, Bobby para los amigos». También la novia, la futura reina, tiene doble nombre: Queen Isabella o Mónica Coover. Este detalle es importante a lo largo del texto. Una peripecia rocambolesca llevará a Rufo a trabar amistad con Tukuulo, que le encomendará, entre otras misiones, la de escribir la crónica de su singular historia. La acción se desarrolla a finales de los años sesenta del siglo pasado y pronto el ambiente gris de la España de Franco asfixiará al protagonista, que, tras viajar por varios países del Este, como ya se ha dicho, recalará en Nueva York, como también se ha dicho ya, cargado de esperanzas y con el propósito de convertir su existencia en una sucesión de apasionantes avatares.