María José Tirado (Cádiz, 1978) se sentó a escribir un buen día una novela sobre vampiros. En realidad, aunque no tenía en mente publicarla, su proyecto era más ambicioso puesto que se trataba de una trilogía. Concluida la escritura de la primera parte, la leyó una amiga suya que la hizo llegar a Ediciones I. La directora de la editorial quedó sorprendida y atrapada por lo que tenía entre manos y, en menos de una semana, le ofreció un contrato por las tres novelas a esta escritora gaditana. ‘Entre vampiros’ es, pues, el sueño de todo autor o autora novel, hecho realidad, convertido en papel, editado, puesto a la venta y, ahora, también promocionado.
María José, antes de publicar ‘Entre vampiros’, ¿cuál era tu vinculación con la escritura?
Durante mucho tiempo escribía lo que me apetecía en un blog. Eran textos cortos, pequeños relatos o poemas. Tenía muchos seguidores que me daban su opinión sobre ellos. Y un día decidí ponerme a escribir algo un poco más largo, una novela, y escogí el tema de los vampiros, que siempre me ha gustado mucho, pero dándole un toque de humor ya que el género es demasiado tétrico y serio a mi juicio.
¿Decidiste escribir sobre vampiros antes o después del boom que ha experimentado este tipo de libros?
La verdad es que no me había enterado ni sabía nada de ‘Crepúsculo’ hasta que no terminé la primera parte de mi trilogía. Comencé a escribir hace dos años y no recuerdo si estaba a la venta o no esta saga, pero desde luego, como te digo, no la conocía, aunque sí que había leído otros libros sobre vampiros, porque me interesa mucho el género sobrenatural y la ciencia ficción. A Tolkien y a Anne Rice ya los leía desde los catorce años.
¿’Entre vampiros’ es un intento de darle la vuelta a los clásicos del género?
Es un intento de darle otra perspectiva, completamente novedosa, distinta. Como te decía antes, en el género de vampiros no todo ha de ser tétrico y oscuro y a mi protagonista, Ana, que es un híbrido y que posee su propia forma de ver la vida, no tiene que salvarla continuamente un príncipe azul, sino que es ella la que tiene que sacarse las castañas del fuego por sí misma y tomar sus propias decisiones.
¿La novela va dirigida a algún tipo de público concreto?
En principio y ya que contiene escenas de sexo y alguna de violencia, va dirigida al público adulto. Pero para la gente que no sea aficionada a los vampiros, y como no es una novela oscura, puede tomarse como un libro de aventuras.
En otros libros de vampiros, no sé si hay sexo, pero en ‘Entre vampiros’ sí que hay, y bien explícito.
Estamos hablando de unos seres que llevan al límite sus pasiones, sea ira, sed o cualquier otra. Por lo tanto, un libro de vampiros sin sexo para mí es inconcebible porque ellos no tienen miedo ni a los embarazos, ni a las enfermedades. En el sentido de sus pulsiones sexuales son bastante irracionales.
Los vampiros que habitan tu novela son muy modernos, incluso utilizan la informática.
Entre los vampiros, hay dos facciones enfrentadas: unos, que consideran que relacionarse con los humanos es rebajarse y se mantienen al margen; y otros que prefieren vivir entre los hombres y aprovechar lo que estos les ofrecen: conducir coches, usar ordenadores, wi-fi, iPad y demás.
¿Cómo te documentas para escribir un libro de estas características?
Hasta donde me fue posible, estuve indagando para ver de dónde procedía el mito de los vampiros. Leí el ‘Necronomicón’ y llegué a la historia de Lilith, una mujer creada a la vez que Adán, que fue desterrada a vivir sola en el Mar Negro y que está considerada como la madre de todos los vampiros. Sobre ella hablaré más en la segunda y tercera partes de la trilogía. Lilith es una diosa que tiene forma terrestre y etérea a la vez y es muy importante porque incluso en la Biblia judía se la cita. Lo que ocurre es que hablamos de un mito, algo que no podemos corroborar.
Los vampiros se forman a partir de los veinticinco años, ¿por qué ocurre eso?
Bueno, eso pasa en el caso de los vampiros puros, es decir, los que son vampiros de nacimiento, que dejan de deteriorarse cuando empieza el declive físico, cosa que ocurre hacia los veinticinco años, que es cuando se considera que la persona está completamente formada ya. Eso quiere decir que yo no soy vampira, porque tengo treinta y estoy estupendamente [risas].
Estas criaturas viven de noche, ¿has escrito ‘Entre vampiros’ a la luz de la Luna?
Pues sí, pero porque no disponía de otro momentos del día para hacerlo, ya que tengo dos niños muy pequeños y, además, trabajo. En lugar de ver las series de televisión, aprovechaba esos momentos para escribir.
Sí [risas], me envolvía en una cadenita de oro con la imagen de una virgen que me regaló mi madre.
La última, ¿cuándo está previsto que se publiquen la segunda y tercera partes?
Las dos partes que faltan ya están acabadas. La tercera no la ha leído nadie porque todavía quiero corregirla un poco más. Soy muy perfeccionista y siempre encuentro que falta una coma o quiero cambiar alguna palabra. Si por mí fuera, no la terminaría nunca.