El primer título que llamó mi atención fue ‘Carceles
imaginarias’ del escritor Luis Leante, editado por Alfaguara, una especie de
novela histórica, que mezcla el tiempo presente con el pasado, que se lee con
fruición, que recuerda por momentos a ‘La saga de los Rius’, serie televisiva
basada en las novelas ‘Mariona
Rebull’ y ‘El viudo
Rius’ de
Ignacio Agustí o ‘La verdad sobre el caso Sabolta’ de Eduardo Mendoza, con el
movimiento anarquista y las ciudades de Barcelona y Valparaíso como telones de
fondo, y que consigue tocar la fibra sensible del lector a lo largo de toda la
narración y, especialmente, en sus últimas páginas.
El segundo llegó mucho más tarde, en octubre:
‘Las leyes de la frontera’ de Javier
Cercas, editado por Grijalbo, una historia que nos retrotrae a los finales de
los setenta y primera mitad de los ochenta, con el imaginario y la escenografía
quinquis. Un nuevo acercamiento del escritor extremeño a la etapa de la
Transición, un recuerdo para la estética de las cazadoras apretadas, de los
pantalones acampanados y de las puntiagudas botas, todo ello narrado bajo el
prisma de un escritor que realiza entrevistas para documentarse sobre un libro de
encargo que ha de escribir acerca de la figura de uno de aquellos delincuentes,
el Zarco. Relato policial, de adolescencia, de actualidad, retrato de un
momento concreto de nuestra historia, con estructura de recortes pegados, cuyos
distintos puntos de vista ofrecen la suficiente ambigüedad para conformar una
narración esclarecedora de aquella realidad.
Por último, el tercer libro que merece ser
destacado es, sin duda, ‘Ayer no más’, de Andrés Trapiello, editado por
Destino. Basado en un hecho real, nos habla del regreso al pasado, a la Guerra
Civil. El escritor leonés ha escrito un libro distinto, un libro para la
reconciliación, para enterrar la contienda y sus secuelas de una vez, dejando
cada bando una parte de su propio lastre en el camino. Como el propio Trapiello me contó cuando le
entrevisté “El problema es que la gente está hasta el copete de
novelas y novelistas de la Guerra Civil. En mi libro hablo de cosas que no se
han leído y lo hago de un modo como no se han contado antes y no porque yo sea
más listo, sino porque cada cosa requiere un tiempo para ser narrado. Hemos
tardado setenta años en hacerlo, porque la verdad es lenta“.
Ya sé que en 2012, autores de enorme relieve han
publicado también obras importantes. Pero yo solo puedo hablar de lo que he
leído. Los comentarios, elogiosos o no, y las críticas que se puedan verter por
parte de otros medios sobre novelas y títulos a los que no he tenido acceso, no puedo utilizarlas como referencia de algo sobre lo que no tengo opinión formada.
Herme
Cerezo