Fiel a su cita anual ya está en el mercado (salió hace aproximadamente un par de semanas) el deuvedé con el NEUJAHRSKONZERT 2010, o lo que es lo mismo, el Concierto del 1º de año de 2010 de la Filarmónica de Viena, dirigida por Georges Prêtre. Una grabación magnífica, copia fiel de la estupenda realización que en su momento ofreció la televisión austriaca, a la que este año se agrega el intermedio más que interesante sobre cómo se prepara un evento de estas características (instalación de cámaras, ornamentación floral, ensayos de ballets y, lo que es más curioso a mi juicio, el trabajo desplegado por el modisto Valentino para diseñar los trajes que utilizarían bailarines y bailarinas durante el concierto). Además de la bellísima música de valses, archiconocida mundialmente, podemos disfrutar de ese ambiente tan peculiar que respiran siempre los conciertos del Musikverein de Viena, ya saben gente famosa, Roger Moore por ejemplo, y los japoneses y japonesas que siempre acuden a la cita.
Tan sólo un pero que oponer a este producto, un pero común a toda la música clásica en general que se edita en España: ¿por qué diablos el libreto que acompaña al deuvedé no viene nunca en castellano? ¿Qué ocurre? ¿Acaso en este país no sabemos disfrutar de la buena música y, salvo el producto nacional, grabado y editado en nuestros lares, todo tiene que venir en lenguas foráneas: inglés, alemán y francés? Creo que ésta es una queja sin repercusión y que el asunto no tiene remedio, ni parece que lo vaya a tener, porque las multinacionales del disco pasan con olímpico desdén del asunto, pero bueno, la protesta ahí queda.
Herme Cerezo