Fue minutos antes de que diera comienzo la
presentación del Premio Planeta 2012 en el Hotel Astoria de Valencia, cuando
pude conversar con Lorenzo Silva, el ganador de la presente edición con su novela,
‘La marca del meridiano’, una nueva entrega, probablemente la más ambiciosa,
como el propio escritor madrileño reconoce, de la serie protagonizada por los
guardia civiles Bevilacqua y Chamorro. En esta ocasión, el asesinato humillante
de un antiguo superior de Bevilacqua, conducirá al descubrimiento de una trama
de corrupción dentro del benemérito cuerpo. La novela se ambienta
mayoritariamente en Cataluña, después de iniciarse en tierras riojanas y
presenta un sólido retrato del ser humano ante la duda moral, el combate
interior y las decisiones equivocadas.
Lorenzo, ¿cuántos premios te van a hacer
ganar Vila y Chamorro?
Jo, ya llevan tres, y además con la primera y
con la última. Y lo más curioso es que las novelas premiadas han ganado premios
literarios, no premios específicos de novela negra. El primero, otorgado por
‘El Ojo Crítico’, fue el galardón que se concede en España a los autores
noveles y tiene mucho prestigio. Lo cierto es que parece como si ellos dos
hubieran escapado a la suerte que persigue al género negro, cuyos personajes
acaban siempre arrojados a un ghetto, porque estos han vivido todo el tiempo
fuera de él como dos campeones.
Y, como funcionarios que son, en tiempo de
crisis también les rebajan el sueldo
Claro que sí. Ellos siempre han tenido un
problema grande porque nunca han cobrado horas extras y encima les han bajado
el sueldo. Subrayo esto porque en la novela hay una trama de corrupción y el
argumento pone sobre la mesa lo que ocurre cuando la gente no tiene un
aliciente para trabajar que no sea de índole material. Si esa persona está en
un puesto aduanero, los narcos mejoran la oferta del estado y, además ahora con
las rebajas, la machacan seguro. Menos mal que muchos, porque en su cabeza hay
otra cosa, no se dejan corromper y prefieren su sueldo menguante antes que el
enriquecimiento rápido e ilimitado. Si no fuera así y todos se movieran por la
especulación estaríamos apañados.
La crisis actual es perfecta para el
desarrollo del género negro, como ya ocurrió en 1929.
Ambas crisis se parecen mucho a escala
planetaria y a escala macroeconómica. Al final todo procede del mismo sitio: de
la economía financiera. Y no quiero hacer el discurso fácil para demonizar a la
banca, pero ocurre que en el espacio de la economía financiera converge todo:
el blanqueo de dinero, el movimiento de capitales, muchas veces de origen oscuro, y la alteración
de ritmos de creación de riqueza, que es lo que ocurrió en 1929. Hacer
tornillos y enriquecerse con ello es un proceso lento, igual que hacerlo con
los pequeños préstamos hipotecarios. Buena parte de nuestros problemas vienen
de esa gente que necesita negocios rápidos, que pasan por la economía
financiera, la ingeniería financiera o la delincuencia financiera, que es otro
método veloz de enriquecimiento.
‘La marca del
meridiano’ arranca con el asesinato de un guardia civil en la reserva, ¿qué
siente un guardia civil cuando asesinan a un compañero?
Ellos tienen una hipersensibilidad especial,
porque han enterrado a muchos compañeros y han visto esa imagen repetidas
veces. Cuando estudias la Historia de la Guardia Civil te das cuenta que parece
un martirologio. Y es así porque guardias civiles han muerto en muchos lugares
por estar siempre en los lugares donde había problemas. Nunca los han rehuido y
han pagado muchas veces con la vida. Precisamente eso les da una especie de
sentimiento trágico de su trabajo.
La noticia del
alto el fuego anunciado por ETA se celebraría en la Guardia Civil, ¿no?
Si, aunque ellos celebran más cuando detienen
un comando. El alto el fuego no ha pasado de ser un movimiento estratégico de la
organización terrorista porque no tenía otra elección. Lo que resulta innegable
es que, en total, son doscientos diez guardias civiles asesinados y creo que
ETA tenía claro desde el principio que la Guardia Civil era su enemigo máximo y
decidió golpearle muy duro.
Bevilacqua es un
guardia civil modélico, honrado, que ama su profesión y conoce las entrañas del
cuerpo, ¿todos los guardias civiles mantienen el mismo espíritu?
Todos no. Más que honradez hablaría de
convicción aunque ha de pasar por el tamiz de la honestidad. En la Guardia
Civil hay una gente vocacional, muy imbuida del espíritu del cuerpo, y hay también
otra que no lo está tanto. Y, por supuesto, igualmente existen elementos que se
corrompen. Estos últimos creo que son personas que, por alguna razón, no dan el
mínimo de convicción ni de capacitación. Hay que tener claro que en un
colectivo de ochenta mil personas, por muchas pruebas que se hagan, siempre
termina por entrar alguien que no debe.
Cuentas muchas
cosas en esta historia sobre la Benemérita, ¿es la Guardia Civil la auténtica
protagonista de la novela?
Bufff, es cierto que cuento muchas cosas
internas, que hay una trama de corrupción dentro del cuerpo y que explico cómo
funciona el control, la prevención y neutralización de la corrupción, pero
luego la historia se abre mucho al exterior y llega a los Mossos de Esquadra y
a otra realidad geográfica muy distinta que es Cataluña. Por otro lado, creo
que es la novela más ambiciosa de toda la serie, la que presenta un gran
entramado de delincuencia organizada. En otras hay crímenes más personales,
pero aquí hay un crimen que esconde una urdimbre de corrupción dentro de la
propia Guardia Civil y la solución es atacar policialmente esa trama.
¿Los móviles se
han convertido en herramientas indispensables para las fuerzas de seguridad del
estado?
Sí, el móvil y facebook. Y combinados, no
veas. Es alucinante la barbaridad de datos que proporcionan estos dos elementos
informáticos. Son auténticos chivatos que van radiando lo que sucede en tiempo
real. El otro día me comentaban la cantidad de casos que se resuelven,
aproximadamente un ochenta y cinco por ciento, porque los maleantes los
utilizan indebidamente. Indebidamente para ellos, claro. Parece que ahora los
malos ya se van dando cuenta de que su vida no puede pasar por facebook y lo
evitan un poco más.
‘La marca del
meridiano’ indaga en el pasado de Bevilacqua, ¿cómo lo lleva?
El pasado es algo que nos conforma, que no es
renunciable. Al futuro sí podemos renunciar, pero al pasado no. La cuestión no
es tanto erradicarlo o exorcizarlo como colocarlo en el sitio de la estantería
que le corresponde. Los errores y deslices no puedes olvidarlos ni ponerlos
donde no toca. En esta novela, Bevilacqua, que tenía ya bien colocados un par
de trozos de su pasado, digamos que los sitúa un poco mejor, donde deben estar.
¿Te has leído ya ‘La vida imaginaria’, la novela finalista de
Mara Torres?
La he leído y muy rápido además porque es muy
fluida. Conozco a Mara Torres desde hace muchos años y cuando alguien lee más
de la cuenta como ella, corre el riesgo de terminar escribiendo. Creo que su
novela tiene dos aciertos importantes. Uno, que construye una voz cercana, que
te cuenta cosas del principio hasta el final y que fluye con naturalidad; dos, que
se trata de un libro muy adecuado para leer en estos tiempos de adversidades,
cuando se ve a la gente muy resentida por los golpes tan duros que va
recibiendo. Lo que más me gusta de su protagonista es que ha sufrido un revés
sentimental y afronta la situación de
una manera no rencorosa. Tiene momentos de torpeza, patéticos o de evasión,
pero nunca de rencor hacia posibles culpables de su adversidad. El
resentimiento hacia el culpable o culpables no construye absolutamente nada.
La última: escribes, das conferencias, ganas
premios y ahora montas una editorial, ¿cómo lo haces?
Bueno, en la editorial no estoy solo, estoy
con mi mujer que soporta buena parte del peso. También me dedico a la gestión
cultural y organizo un par de festivales. Creo que el mundo de la cultura hay
que tomárselo profesionalmente y cuando estás en él y vas aprendiendo cosas has
de ponerlas en su justo valor. No tengo nada que enseñarle a Planeta acerca de
cómo promocionar un libro, pero hay espacios editoriales que hoy no están
cuidados. Y no por impericia, sino porque se ha producido una situación de hundimiento
de mercado que ha llevado a la polarización entre libros comerciales, que
funcionan, y libros que no tienen ventas para subsistir y caminan directamente
hacia la autoedición. Y alguien ha de crear estaciones intermedias en las que
pueda recalar un buen escritor que carece de editorial para publicar. A mí me
da mucha tranquilidad cuando mi editor me comenta cosas de mis libros después
de leérselos. Y por mucho que yo sea muy celoso de mis escritos y los corrija y
repase multitud de veces, eso ocurre algunas veces. Esa función editorial hay
que reinventarla, recuperarla, rediseñarla y adaptarla a la realidad actual.
Vamos a publicar libros perdidos y también poesía y narrativa española
contemporánea. Creo que esta empresa tiene mucho sentido y además también conlleva
una enorme parte de gratificación personal.
SOBRE LORENZO SILVA
Lorenzo Silva Amador nació el 7 de junio de 1966 en Madrid. Abogado, articulista, conferenciante, gestor cultural, ensayista y escritor de ficción, alterna su residencia entre Getafe y Viladecans. Su obra es extensísima (http://www.lorenzo-silva.com/index_espanol.htm), al igual que los galardones alcanzados, sin embargo, nos limitaremos a incluir aquí los títulos de la serie de novelas policiales, protagonizadas por Bevilacqua y Chamorro, que le han llevado a ganar el Premio Planeta 2012. Son estos: ‘El lejano país de los estanques’ (1998); ‘El alquimista impaciente’(2000); ‘La niebla y la doncella’ (2002); ‘Nadie vale más que otro’ (2004 ); ‘La reina sin espejo’ (2005); y ‘La estrategia del agua’ (2010); y ‘La marca del meridiano’ (2012, Premio Planeta)